Editoriales

Editorial 755

 


Lavado del cerebro - control mental


El término lavado de cerebro lo acuñó el periodista Edward Hunter en 1951. Lo utilizó para describir cómo los militares estadounidenses capturados en la guerra de Corea cambiaban súbitamente su escala de valores y sus lealtades. Los malos tratos, e incluso la tortura, terminaban por doblegar su moral y creían haber cometido crímenes de guerra inexistentes. Hunter tradujo el término del chino hsi nao = cerebro lavado.


El lavado de cerebro es típicamente coercitivo. El sujeto sabe desde el primer momento que está en manos del enemigo y el prisionero no tiene ninguna alternativa. En cambio "El control mental", es más sutil y retorcido y se logra a través de la sugestión. Sin embargo, hoy se usas indistintamente ambos conceptos, lavado del cerebro y control mental.


Todos nosotros estamos sujetos a diversas presiones sociales, en la escuela, en el trabajo, etc. En casi todas las organizaciones existe presión para que se acepten ciertas normas existen. Estamos sometidos constantemente a muchas formas de influencia, algunas de ellas son buenas e inofensivas en cuanto nos ayudan a desarrollar las conductas necesarias para convivir, aprender y progresar, otras son sutiles y destructivas. El objetivo es siempre el control mental y el sometimiento a lo establecido. De esta forma se evita que surjan personas rebeldes que puedan atentar contra el orden establecido.


El lavado de cerebro adquiere tintes de gravedad cuando entran en juego intereses poderosos e ideologías. La ideología de Hitler causó la Segunda Guerra Mundial, que costó la vida a casi 60 millones de personas. El Holocausto, practicado de forma sistemática, es un hecho de triste recordación que debe alertar a la humanidad. Es importante tener presente hasta dónde puede llegar el ser humano, y, hasta dónde pueden llegar naciones enteras, cuando se dejan manejar por el discurso de fanáticos dementes.


Hace apenas unos años, 1994, se produjo la masacre conocida como "El Genocidio en Ruanda" en el que fueron exterminados a machete más de quinientos mil hutus. Fueron exterminados por sus compatriotas tutsis, hermanos de raza, de lengua y de religión. ¿Por qué?


En 1994 las milicias hutus, llamadas Interahamwe (que significa "golpeemos juntos"), eran entrenadas y equipadas por el ejército ruandés y eran arengadas e incitadas a la confrontación con los tutsis por parte de la Radio Televisión Libre dirigida por las facciones hutus más extremas.

 

Estos mensajes profundizaron las diferencias y odios que separaban a ambos "grupos étnicos" y, a medida que avanzaba el conflicto, los llamamientos a la confrontación y a la "caza del tutsis" se hicieron más explícitos, especialmente a partir del mes de abril en el que se hizo circular la historia de que la minoría tutsis planeaba un genocidio contra los hutus.


Lo que sigue ya lo sabemos. Más de quinientos mil hutus masacrados con machetes, azadas, hachas, martillos... Parece que estuviéramos hablando de una novela de ficción, pero no, se trata de hechos históricos vergonzosos, no sólo para los hutus, sino para todas las naciones, porque todas las naciones estaban conscientes de lo que se cocinaba en Ruanda, pero a nadie le importó.

El lavado de cerebro se utiliza de forma sistemática en muchas partes. Unas veces de forma pública, directa e institucional y otras veces de forma velada y sofisticada.


El lavado de cerebro anula la capacidad crítica, es como si cada persona perdiera su propia conciencia y fuera poseída por alguien que controla su pensamiento, sus sentimientos y su decisión. En esta circunstancia, las personas actúan como zombis. Dependen de una fuerza superior que les arrastra, decide por ellas y las libera de la responsabilidad de lo que hacen.


Para que se produzca el lavado de cerebro se necesita de alguien que manipule a las personas. Esta persona suele tener un carisma especial y un prestigio que capta el interés y la motivación de sus seguidores. Este líder no es cuestionable por sus acciones, aunque sean ilógicas e inmorales, porque lo único que importa es el objetivo a lograr.


La causa justifica cualquier acción, aunque sea inmoral o irracional. "El fin justifica los medios. De esta forma se explican los genocidios, guerras absurdas y tantas aberraciones que se han cometido y comenten en nombre de la justicia, de la libertad, del progreso o de la revolución. Cosas que las personas no harían en su sano juicio.


Si estás leyendo este tema es porque te interesa, y te interesa porque eres bastante evolucionado, por lo cual, creo que estás protegido contra el lavado de cerebro alienante como en los casos que hemos señalado; sin embargo es útil conocer ciertas técnicas utilizadas por la sociedad para influir en la mente de los demás, pues todos los días estamos sometidos a lavado de cerebro o control mental, a través de la educación, de la propaganda, de las costumbres que imperan en la sociedad, de las redes sociales, de los movimientos políticos, religiosos, etc.


Debes estar atento a:


1. Uso de slogans, frases repetitivas, propagandas ,... las cuales se van introduciendo en el subconsciente de forma progresiva. "Una mentira repetida cien veces termina por convertirse en verdad" Al principio reaccionamos en contra, pero luego vamos perdiendo capacidad crítica, hasta que terminamos por aceptarla.


2. Repetir mentiras con el fin de descalificar, desacreditar, debilitar los criterios y valores de las personas o instituciones. El objetivo es socavar la personalidad y debilitar la fortaleza moral, para que al final la persona claudique y acepte lo que se le propone. "Miente que algo queda"


3. Controlar la información, falsificarla, impedir que te informes, etc. De esta forma no tendrás capacidad crítica y aceptarás las cosas de forma pasiva.


4. Ridiculizar todo lo que se aleja de su posición. ¿Quién se va a interesar por algo que es ridículo? La crítica y la ofensa son armas arrojadizas muy destructivas.


5. Polarizar las cosas. Es una forma de fanatizar... de rechazar al contrario sólo por el hecho de no ser como uno.


6. Nosotros o ellos. Al convertir al otro en enemigo se fortalece la unión. Es una forma de auto defensa Así los partidos políticos y los países se unen contra el otro, considerado como agresor.


El Dr. Stanley Milgram, descubrió en unas pruebas de obediencia a la autoridad que más del 90 % de los sujetos examinados obedecían las órdenes aunque creyeran que al hacerlo causarían sufrimientos físicos o morales a otras personas. Milgram escribió: La esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona llega a verse a sí misma como el instrumento que realiza los deseos de otra persona, y, en consecuencia, no se considera ya responsable de sus propias acciones.


Abre tu mente, permanece alerta y filtra toda la información que llegue a tu mente, venga de quién venga, porque la información que dejas entrar en tu mente, sin analizarla, adquiere poder sobre ti.


Las personas y la sociedad inventan cada día formas más sutiles para influir en la mente de los demás, por lo cual debes mejorar tu capacidad crítica de forma constante. Recuerda, tus enemigos no están en China están muy cerca de ti.


Si quieres ampliar la información lee sobre Sectas (Editoriales 233 a y 233 b)


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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