Editoriales

Editorial 739


"He cometido el mayor pecado que un hombre puede cometer. No he sido feliz" Jorge Luis Borges

 

Son palabras del escritor Jorge Luis Borges, el cual, al final de su vida, se dio cuenta de que estuvo afanado en muchas cosas, pero se olvidó de lo más importante: Vivir y ser feliz.


Creo que éste es el pecado de casi todas las personas, y si fuéramos honestos y objetivos, el epitafio de casi todas las lápidas de los cementerios debería decir: "Existió pero no vivió ni supo ser feliz"


El pecado es considerado como "una falta contra la razón, la verdad, la conciencia, el desarrollo, etc. Es faltar al amor a Dios y al amor debido al prójimo.


Los seres humanos no hemos venido a este mundo para trabajar como burros; ni para hacer fortunas, que luego dilapidan los hijos y nietos; ni para vivir de la fama, que luego se esfuma con la niebla. Hemos venido a este mundo para desarrollarnos, producir lo necesario, compartir, amar y ser felices. Sólo el que ama es feliz y sólo el que es feliz puede amar, compartir, ser buena persona y agradecer a Dios y a la vida por todos los bienes recibidos. Por esta razón es un deber ser feliz.

 

En este contexto encaja perfectamente el grito de dolor y frustración de Jorge Luis Borges: "He cometido el mayor pecado que un hombre puede cometer. No he sido feliz"


El objetivo de esta vida es el desarrollo y la felicidad; por tanto, lo que se sale de estos parámetros carece de sentido y de valor. Ahora bien, es importante distinguir entre felicidad y placer. Muchas personas confunden felicidad con placer. El placer es la satisfacción del cuerpo y la felicidad es la satisfacción del alma. Los placeres del cuerpo son pasajeros y dejan vacío y angustia. "Los ojos no se sacian de ve, ni los oídos de escuchar"


Así vemos, cómo el avaro nunca se sacia, el libertino cada vez siente más desasosiego y el autoritario cada vez necesita más poder. El problema de los placeres es que son efímeros y fugaces, su función es satisfacer el cuerpo pero no el alma. Cuando los placeres se hacen adicción, se convierten en la desgracia de las personas.


La verdadera felicidad está blindada, porque no depende de factores externos y circunstanciales, sino de una estructura mental que las personas tienen bajo control. Depende de sus valores, de su actitud y de su decisión inquebrantable. Podrán ocurrir problemas y desgracias, porque éstas son también parte inevitable de la vida, pero siempre pasarán las tormentas y volverá a brillar el sol. Sin embargo, a veces las cosas se complican tanto que destruyen todo a su paso, como ocurre con los tsunamis, de modo que: "Nada es para siempre"

El grado de felicidad indica el grado de salud mental de la persona y sirve de diagnóstico para orientarse en la vida. La felicidad invita a seguir en la misma dirección, mientras que la frustración es un llamado a rectificar.


Ahora bien, cada cosa expresa de alguna forma lo que es realmente por dentro. Un buen perfume siempre exhalará un aroma agradable, porque esa es su naturaleza. Una persona buena siempre expresará bondad, porque esa es su forma de ser. Una persona sabia siempre hablará con sabiduría, porque esa es su forma de pensar. Una persona cobarde, siempre expresará temor, porque ese es su estado natural. De forma similar, cada persona expresa de muchas formas lo es en su fuero interno. La felicidad es un síntoma de que todo funciona bien, así como la insatisfacción y la angustia son mensajes que invitan a rectificar.


Los seres humanos podemos fingir y engañar en algunos aspectos, sobre todo a las personas ingenuas, debido a que tenemos control mental sobre dichos aspectos y podemos manejarlos a nuestro antojo; de modo que, podemos pensar una cosa y decir otra, pero existen muchos aspectos que nos delatan, debido a que no tenemos control sobre ellos, es el caso de todo lo relacionado con la expresión corporal.


La expresión corporal es la manifestación de lo que somos a nivel subconsciente. El subconsciente contiene nuestra realidad profunda que hemos construido a través de los años. Esta realidad escapa a nuestro control y se expresa con total libertad, debido a que sus procesos son automáticos e instantáneos.


Las personas pueden ser buenas y tener grandes valores, y, sin embargo no ser felices, porque son rígidas y perfeccionistas. Necesitan revisar sus principios y responsabilidades y liberarse de lo que les impide ser felices.


Hay momentos de crisis en que nadie puede ser feliz, pero siempre existe una fe y una esperanza que generan fortaleza y son una forma de felicidad.


Las personas tenemos una aura, cuyo color depende del estado de ánimo de la persona, de sus intenciones y de sus sentimientos. Esta aura es percibida de forma inconsciente por las personas y proporciona información. En cierta forma percibimos la honestidad y la bondad de las personas, como también percibimos su lado oscuro. Si prestáramos más atención a los mensajes que nos vienen de dentro y si aprendiéramos a analizar la expresión corporal, podríamos tener más información sobre las personas y manejar mejor nuestras relaciones. Ahora bien, existe el riesgo de que veamos en los demás nuestros propios defectos. "Piensa el ladrón que todos son de su condición"


“Si quieres conocerte, observa la conducta de los demás y si quieres comprender a los demás, mira en tu propio corazón”. Fiedrich Von Schiller.


No hay que confundir felicidad con conformidad. La naturaleza es sabia y hace que las personas se "conformen" con lo que tienen, pero esta realidad supone el riesgo de caer en el conformismo. La mayoría de las personas son conformistas; sin embargo, cuando alguien experimenta el sabor del éxito y de la felicidad, nunca más quiere regresar al pasado. Cuando una persona experimenta el placer de lo que significa evolucionar, nada ni nadie la podrán detenerle en su camino hacia la meta.
Hace unos días me comentaba la mamá de un adolescente que participa en un curso de Súper

 

Aprendizaje Alfa, que su hijo le había dicho: "Mamá, me siento tan bien que ya no quiero regresar a como era antes" Esta experiencia interna de felicidad ha marcado a este joven para toda la vida. Su conciencia ha despertado a otra dimensión y no le interesa descender a los niveles de antes. Ahora tiene una visión suprior de la vida, del estudio, de la amistad, de la felicidad, de todo. Es posible que las tentaciones de la vida le distraigan pero siempre habrá dentro de él una conciencia y una luz que le salvará.


Como es lógico, existen muchos niveles de felicidad, dependiendo del grado de desarrollo de las personas, de su estructura mental, de su actitud, de sus valores, de su experiencia emocional, etc.
Muchas personas confunden la felicidad con el logro de cosas, con el éxito profesional, con tener fiestas, viajes y dinero para comprar lo que les apetece. Hay personas que tienen todo esto y sin embargo no son felices. Sin duda, ésta es una versión falsificada y superficial de la felicidad. La felicidad no está en las cosas, ni está en tantos lugares donde la busca la gente, así como tampoco lo están el amor, la paz, la libertad y el éxito.


La felicidad sólo podemos encontrarla dentro de nosotros. Donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo, tu yo interior.


"Cuando estés en paz contigo mismos y con el mundo que te rodea, la felicidad vendrá a ti sin buscarla " Lao Tse


La felicidad es una decisión personal

Una anciana de 78 años, bien vestida y perfumada se dirigía, acompañada de un caballero, hacia un asilo que sería en adelante su hogar.
Su esposo había fallecido recientemente, lo que motivaba esta mudanza.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del asilo, sonrió dulcemente, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.
Mientras se desplazaba con su andadera hacia el elevador, le describieron de forma detallada su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana.
_ Me encanta”, afirmó, con el entusiasmo de un niño.
_ Sra. Jones, no ha visto el cuarto, espere.
_ Eso no importa, respondió. La felicidad es algo que decides con el tiempo.
Si me gusta o no mi cuarto, no depende de cómo estén arreglados los muebles, depende de cómo arregle mi mente.
Ya decidí que me gusta.
Es una decisión que hago cada mañana, cuando me levanto. Tengo la elección; puedo pasar el día en la cama, repasando la dificultad que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que sí funcionan.
Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocaré en el nuevo día y en disfrutar de los recuerdos felices que he almacenado en mi vida.”



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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