Editoriales

Editorial 740

 


Sólo te pertenece lo que logras con tu propio esfuerzo


Lo que logras por ti mismo es la expresión de lo que eres y de tu capacidad para sobrevivir y progresar. De aquí la importancia de ser autosuficiente.


Las personas que logran resolver su propia vida, se debe a que han desarrollado las capacidades y habilidades necesarias a través de aprendizaje, esfuerzo y perseverancia.


Las personas necesitan adquirir desde temprana edad: conocimientos, experiencia, hábitos, disciplina y responsabilidad. Este capital forma parte de la persona, le proporciona satisfacción interna y seguridad y puede llevarlo consigo a donde quiera que vaya. Es tan íntimo que nadie se lo puede robar.


La mayoría de las personas son educadas para la dependencia y para el sometimiento. Su objetivo es lograr un trabajo y ganar un sueldo mensual que le proporcione seguridad y le ayude a sobrevivir. Si las personas fueran educadas para la libertad, serían emprendedoras y tendrían un proyecto de trabajo independiente, que les permitiría crecer en muchos aspectos y progresar; pero la falta de iniciativa y el temor al riesgo, hacen que las personas se conformen con un sueldo miserable. De esta forma, los seres humanos se convierten en pequeñas piezas desechables del gran robot económico y social.


Es fundamental programarse para la libertad, el éxito y la felicidad, y aceptar que la vida no es fácil, que la vida es lucha y competencia y que es necesario esforzarse y adquirir hábitos eficaces. A partir de esta visión de la vida será más fácil lograr los objetivos que nos proponemos. Asume tus responsabilidades y no aceptes que otros las asuman por ti, porque te estarán privando de la posibilidad de crecer y de triunfar.


Mi pregunta es: ¿Qué va a ser de tantas personas sin iniciativa, cuando desaparezcan los puestos de trabajo, debido a que las empresas, tal como las conocemos, pasarán a la historia?


Esta pregunta causa angustia, por eso, nadie se la hace, ni los gobiernos, ni las universidades, ni quienes deberían prever con tiempo y orientar en la dirección correcta.


Hay países en los cuales la mitad de la juventud está sin trabajo, a la espera de que mejore la economía y se abran fábricas, lo cual no va a suceder.


¿Cuál es la solución?


La solución debe salir del cerebro de cada persona. Es necesario comenzar por cambiar la forma de pensar, pues, todo cambio se incia en la mente, y es necesario inventar nuevas formas de trabajo.


La humanidad ha pasado por muchas crisis que la han obligado a crear nuevas formas de supervivencia. Antes las crisis eran locales y no afectaban al resto del mundo, pero la globalización ha hecho que todos viajemos en el mismo barco y que las crisis nos afecten a todos.


Las crisis surgen por falta de renovación. La renovación comienza por adquirir una nueva forma de pensar y por tomar decisiones valientes, lo cual no resulta fácil, debido a que la sociedad es mediocre y está atrapada en hábitos que se imponen con fuerza. Somos esclavos de nuestros hábitos. Además la sociedad es envidiosa y represiva, por lo que no favorece a quienes desean superarse, más bien, trata de echarlos abajo. La sociedad se opone de muchas formas a quienes desean triunfar, porque el éxito de los triunfadores es una crítica a su mediocridad.

Debemos ser conscientes de esta realidad y entender que, a excepción de nuestros padres y de algunas personas buenas, nadie nos va a regalar nada; además, el desarrollo, el éxito, la libertad y la felicidad son una conquista personal, por tanto, nadie nos los puede dar.

Observa la vida de los árboles. La semilla que no echa raíces, muere, y el árbol que no absorbe nutrientes, muere. Los seres humanos somos seres solos, como lo es cada árbol y nos irá en la vida de acuerdo a la cantidad y calidad de nutrientes materiales, mentales y espirituales que asimilemos y de acuerdo a los frutos que produzcamos.

De aquí la importancia de educar a los hijos para la libertad, la creatividad y la responsabilidad. Somos genios y tenemos capacidad para convertir nuestros sueños en realidad. Para ello necesitamos activar nuestro cerebro y producir ideas, riqueza, afecto y felicidad. Necesitamos administrar nuesra vida con criterio e invertirla en esos objetivos importantes por los que vale la pena vivir y luchar.


Ante tus ojos aparece el mundo lleno de oportunidades que pueden ser tuyas si eres capaz de percibirlas y de asimilarlas; mas, para percibirlas, asimilarlas y disfrutarlas, necesitas funcionar al nivel adecuado; de lo contario, estarán ahí para otros, pero no para ti.


No llenes tu vida de cosas, ni tu mente de necesidades; porque el día de mañana serás esclavo de las cosas y tendrás dificultad para valorarte como persona. Lucha por esas cosas que forman parte de tu persona, que proporcionan satisfacción y seguridad y que puedes llevar contigo a donde quiera que vayas.


Exsiten muchas personas que logran muchas cosas con esfuerzo, pero se trata de cosas que logran para otros, debido a que trabajan por un sueldo. Aunque se trata de una realidad generalizada, no por eso deja de ser una forma de esclavitud que aliena a las personas. Creo que el principal esfuerzo de todo ser humano debería ser por lograr la libertad en todos los aspectos, para ser dueño de su propia vida.


El halcón del Rey


El Rey de una comarca lejana recibió dos pequeños halcones como obsequio y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Al cabo de algunos meses preguntó al maestro por los halcones, pues el rey era muy aficionado a la cetrería.


El maestro le confesó que uno de los halcones aprendió rápido pero el otro halcón no se había movido de la rama en que lo dejó el día en que llegó.

El Rey mandó llamar a sanadores y curanderos, pero ninguno encontró la forma de hacerlo volar. Entonces, el Rey comunicó a su pueblo que recompensaría a quien hiciera volar al halcón.


A la mañana siguiente el Rey se sorprendió al ver volar al halcón frente a su ventana y mandó llamar a la persona que logró hacerlo volar.


Le presentaron a un campesino.
El Rey le preguntó cómo había hecho para que volara, si había utilizado magia, brujería o encanto.
No Señor, respondió el campesino. Sólo corté la rama y el halcón voló. Se dio cuenta de que tenía dos alas y comenzó a volar.


La mayoría de las personas están posadas en su rama como el halcón, porque no saben que tiene alas o porque tienen miedo a volar. Necesita de alguien que les despierte a la realidad, que les diga que son genios y que sólo necesita creer en sí y comenzar a volar.


La experiencia personal nos dice que sólo disfrutamos de verdad de lo que logramos por mérito propio. Los éxitos fáciles o logrados con engaño no satisfacen.


Los éxitos materiales, si no van acompañados de otros éxitos humanos, tampoco satisfacen; por eso vemos muchas personas "exitosas" tremendamente infelices.


Lo que realmente vale es lo que nace de dentro, lo que creamos y producimos con esfuerzo.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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