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Editorial 736



El valor del tiempo


El tiempo no existe en sí, es sólo una relación que sirve de referencia para medir la duración de las cosas o de los fenómenos que se producen en el mundo y en la mente de las personas.


El tiempo es la conciencia que tenemos del devenir de las cosas. Tenemos conciencia del tiempo por los cambios que se producen en las cosas. Cuando no hay cambios, el tiempo se detiene. Cuando los cambios se aceleran, también se acelera la sensación del paso del tiempo.


En épocas pasadas la vida era tranquila y el tiempo transcurría de forma lenta, debido a que las personas tenían que hacer pocas cosas y sus necesidades eran muy reducidas, pero, a partir de la industrialización el tiempo adquirió un sentido de valor, de riqueza. “Time is Money” Entonces surgió la necesidad de producir más en el menor tiempo posible.


Con el progreso aumentaron las necesidades creadas, lo que obligó a los seres humanos a trabajar más y más rápido para satisfacer las exigencias impuestas por la sociedad.


Cuando las personas se ven obligadas a trabajar más allá de sus posibilidades, caen en la prisa, la angustia y el estrés, es decir, en situaciones que les desbordan, entonces hay una sensación de que el tiempo fluye muy rápido.


Cada día se acelera el tiempo, debido a que las personas tienen que hacer más cosas en menos tiempo. Si las personas vivieran sin la presión de la sociedad y sin tantas necesidades creadas que satisfacer, vivirían a su ritmo y tendrían una conciencia muy distinta del tiempo y de la vida. Tendrían tiempo para disfrutar conscientemente de tantas cosas maravillosas que nos ofrece la vida, pero las cosas no son así. El tiempo se acelera más cada día, las necesidades se multiplican, crece la competencia, y el tiempo se va tan rápido, que casi no tenemos conciencia de vivir.


El tiempo es el espacio que nos da la vida para convertir nuestros sueños en realidad. El tiempo es sólo el escenario en el que transcurre la vida. Es un espacio vacío que sólo cobra sentido cuando se actúa en él. La vida de muchas personas es un tiempo vacío de contenidos, debido a que no ocurre nada importante en su existencia. En cambio, el tiempo de otras personas está lleno de éxitos, de sueños realizados, de felicidad.


El tiempo es relativo. Nosotros contamos la duración de la vida en años, sin embargo, lo más importante no es vivir muchos años, sino vivir intensamente, porque “Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. II Pedro 3:8-9 y “Un día con tu Señor es como mil años de los que contáis” Corán 22:47


Necesitamos detener el tiempo para vivir de forma consciente, porque, tanto el tiempo como la vida no son más que conciencia de las cosas. Conciencia de las cosas que pasan en el mundo y conciencia de las experiencias que vivimos en nuestro interior. Sin esta conciencia no existe el tiempo ni la vida, lo que equivale a decir que tampoco existimos nosotros, porque la vida no consiste en existir, también existen las piedras. Lo esencial de la vida es la vivencia interna, la conciencia de vivir plenamente, de sentir el propio desarrollo, de convertir los sueños en realidad, de ser libres y felices.

Cuando estamos distraídos y cuando dormimos es como si no existiéramos. Son tiempos vacíos de los cuales no tenemos conciencia. Algo similar ocurre con el concepto de velocidad, sólo tenemos conciencia de la velocidad cuando nos desplazamos con referecia a algún objeto. Si al viajar en avión, no sintieras el ruido de los motores, ni ninguna otra vibración y el cielo estuvidera totalmente despejado, no te enterarías de que estás viajando a cientos de kilómetros por hora. Son las variaciones que captan los sentidos lo que nos da sensación del tiempo, de la luz, de los sonido, de la velocidad, etc.


En realidad, sólo vivimos de verdad el tiempo en que estamos conscientes.


Es importante tener conciencia del tiempo para llenarlo de contenidos, pues, de lo contrario, no tiene sentido la vida.


Nuestra vida es un espacio entre la nada y la eternidad. Ese espacio de tiempo llamado vida no se mide por la duración cronológica sino por la importancia de los fenómenos que se dan en ese lapso. De modo que, no vive más el que más años vive, sino quien vive intensamente.


Para los niños el tiempo es eterno, porque viven el presente a su ritmo, ocupados en sus juegos, pero, cuando llegan las responsabilidades de la escuela y de la vida, comienzan a sentir el paso ágil del tiempo que se lleva las cosas, y surge la angustia existencial que los acompañará hasta el final de su vida.


La dinámica de la sociedad es incontenible y el ritmo de la vida se acelera cada día, lo que hace que las personas se sientan desbordadas.


¿Qué podemos hacer para controlar el tiempo?

El tiempo es relativo. Si viajamos en burro, tardaremos mucho tiempo para llegar a destino, pero, si viajamos en automóvil o en avión, el tiempo dará para mucho. Es decir, el problema del tiempo se nos plantea debido a que todo fluye con rapidez, pero nosotros no nos hemos renovado, en consecuencia, nuestros procesos mentales son lentos. Tardamos más de la cuenta en tomar conciencia de las cosas, en procesarlas y en reaccionar, por lo cual, el tiempo no nos alcanza; pero, si nos capacitamos, si planificamos mejor las cosas y aprendemos a ser más eficaces, entonces le ganaremos al tiempo, superaremos la prisa, la angustia y el estrés y tendremos tiempo para vivir de forma consciente y con tranquilidad.


La mejor forma de controlar el tiempo, consiste en tomar el control de la propia vida y adelantarnos al futuro.


¿Cómo podemos adelantarnos al futuro?


Existen muchas personas que, a pesar de la angustia y del estrés que impera en la sociedad, se pueden dar el lujo de vivir a su ritmo, porque han aprendido a ser autosuficientes y a controlar su vida.


La vida humana se reduce a un tiempo limitado. Ese tiempo es relativo. Nosotros lo medimos en años cronológicos; pero lo más importante no son los años, sino los fenómenos que vivimos en ese tiempo, y, sobre todo, la forma en que vivimos.


Lo más grave de la vida no es morir, puesto que ése es nuestro destino natural. Lo verdaderamente grave es vivir sin sentido.


El tiempo es sólo una circunstancia de la existencia humana, en nosotros está llenarlo de ideas, de sabiduría, de amistad, de amor, de bien y de felicidad, o llenarlo de ignorancia, temor, odio, fracaso y frustración.


Al final, el tiempo es sólo la conciencia de lo que somos. El tiempo no existe como realidad independiente, al igual que tampoco existen la verdad, el amor y la justicia, sólo existen en relación con las personas que los encarnan.

El tiempo es una experiencia personal que siente cada persona cuando toma conciencia del fluir de las cosas. Los ciegos no tienen conciencia de los colores, ni los sordo de la música, por tanto, para ellos no existen los colores ni la música. De forma similar, para las personas que no tienen conciencia de la vida, no existe el tiempo, y, para quienes tienen poca conciencia de la vida, el tiempo es relativamente reducido. En cambio, para quienes viven de forma plena e intensa, el tiempo es inmenso y eterno. Esta experiencia sublime sólo la viven las personas altamente realizadas que se sienten satisfechas de lo que han logrado y no tienen miedo a morir. En cierto modo están más allá de tiempo y de la muerte.


La Actualmente la relatividad del tiempo es un hecho científico comprobado por Einstein en los primeros años del siglo XX. Hasta ese momento la gente no sabía que el tiempo era un concepto relativo, y que podía cambiar según las condiciones del entorno.

El famoso científico Einstein lo demostró públicamente con la teoría de la relatividad, que el tiempo depende de la masa y de la velocidad. En la historia de la humanidad nadie había expresado anteriormente con claridad este hecho, con excepción de II Pedro 3:8-9: “Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. Y del Corán 22:47 “Un día con tu Señor es como mil años de los que contáis”

 

Según la teoría quántica cada persona crea su propio mundo. Lo cual significa que, el ser humano no ve el mundo exactamente como es, sino que lo hace a través de representaciones mentales personales.

Esta es la razón por la cual, cada persona percibe el mundo a su modo. Para un preso, el tiempo es eterno y obstinante y para los malos estudiantes, el reloj parece no avanzar, sobre todo cuando se trata de materias poco atractivas; sin embargo, cuando lo pasamos bien, el tiempo fluye con rapidez.

 

Conclusión: El tiempo es la oportunidad que nos da la vida para convertir nuestros proyectos y nuestros sueños en realidad.


El concepto erróneo que tenemos del tiempo que pasa y se lleva todo lo que amamos, es lo que hace que suframos de angustia existencial.


De ti depende que el tiempo de tu vida tenga sentido y valor y que lo llenes de éxito y de felicidad. De todos modos, ten siempre presente que la diosa Fortuna es caprichosa y que "El dinero va y viene y el tiempo sólo se va"




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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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