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Editorial 711

 


Cuánto vales como persona


Toda evaluación se realiza de acuerdo a ciertos criterios establecidos. Los criterios utilizados por las empresas para seleccionar el personal se basan únicamente en su capacidad productiva. Se trata de criterios pragmáticos en los que no importa la calidad de la persona sino su eficacia profesional. La razón está en que los valores no cotizan en el mercado laboral y financiero.


Dado que las empresas demandan gente productiva, la escuela y las universidades se abocan a desarrollar personas productivas con miras a satisfacer las exigencias del mercado laboral; en consecuencia, la educación no es tal, sino simple instrucción. Ha desaparecido el educacor con vocación, que, además de enseñar, educaba en principios y valores y orientaba sobre los aspectos fundamentales de la vida. Hoy la educación ha dejado de ser una vocación para convertirse en una profesión más.


Y, así como en las fábricas producen piezas específicas para máquinas y artefactos, las universidades producen personas específicas destinadas a encajar en el mercado laboral.


El resultado de este craso error es la automatización y robotización de las personas. Hoy no tenemos conciencia de este error porque estamos inmersos en él y formamos parte de él, pero algún día, cuando las cosas colapsen, comprenderemos este error, pero ya será tarde para algunas generaciones.


Desgraciadamente el poder económico ha tomado el control del mundo y marca las pautas a seguir. El poder económico no tiene sentimientos ni conciencia y no tiene reparos en sacrificar al ser humano con tal de satisfacer su avaricia desmedida.


Todos creíamos que los avances de la ciencia simplificarían el trabajo y disfrutaríamos de más tiempo libre para desarrollarnos, compartir, etc. pero las cosas han resultado al revés. Hemos quedado a voluntad de los robots que hemos creado. Ahora, la ciencia nos está comiendo la conciencia y los sentimientos. La culpa no la tiene la ciencia, sino las personas que controlan el mundo y de las personas que se dejan controlar.


Esta mentalidad ha contaminado el espíritu humano y hace que la mayoría de las personas sacrifiquen todo (tiempo, familia, salud, sentimientos, amistades, valores y desarrollo personal) para satisfacer un sin fin de necesidades creadas y para evitar caer en la pobreza.


No es fácil sustraerse de la dinámica de la sociedad, debido a que es la única dinámica que conocemos y a la cual estamos acostumbrados; pero somos inteligentes y hay algo dentro de nosotros que nos advierte de que debemos encontrar una salida hacia la libertad.


En primer lugar es importante escuchar este llamado de libertad que nos invita a tomar el control de nuestra vida para desarrollarnos y ponernos a valer como personas.


Existen muchas personas buenas y maravillosas en todos los niveles sociales, lo que indica que, a pesar de todos los problemas de corrupción, violencia y libertinaje, existen muchas familias e instituciones que cumplen con sus funciones de forma eficaz; pero también existen demasiadas personas alienadas que viven a la deriva, cuyo destino es la ignorancia, la pobreza, la frustración y el deterioro como seres humanos.


Hasta aquí hemos dado algunas pinceladas para tener una idea de la realidad del mundo en el que vivimos.


Ahora bien, para encontrar una cosa, es necesario buscarla donde está. Si quieres saber de economía, pregunta a los economistas; si quieres saber de vicio, pregunta a los libertinos y si quieres vivir con dignidad, pregunta a los virtuosos.


Cómo autoevaluarse

Lo más difícil que existe es autoevaluarse. "Si lograr conocerte a ti mismo, es porque eres un verdadero sabio" S. Exupery


Como ya hemos indicado, toda evaluación se realiza de acuerdo a ciertos criterios establecidos. En la sociedad actual existen criterios para todo. Cada persona tiene sus propios criterios, de acuerdo a los cuales juzga sus comportamientos y justifica lo que hace. Como es lógico, los criterios correctos conducen al éxito y los criterios erróneos conducen al fracaso. De modo que, si no estás satisfecho con lo que estás logrando, revisa tus criterios y tu forma de hacer las cosas.


Todas las personas tienen un valor por el hecho de ser personas; pero también es cierto que ese valor potencial se incrementa en la medida en que desarrollan sus potencialidades. Existen aspectos tangibles que podemos evaluar, pero los aspectos más importantes de la persona, como la autoestima, los sentimientos y los valores, escapan a todo análisis. De todos modos te ofrecemos una guía para que puedas hacer un balance de tu propia realidad y sepas a qué atenerte en el futuro. Se trata de aspectos que necesitas cuidar porque determinan cómo te va en la vida.


La salud. Sin salud y sin energía no funcionan los demás aspectos de la personalidad. Así lo confirma el adagio latino: "Mente sana en cuerpo sano"


La autoestima es el valor que te asignas a ti mismo. No importa lo capacitado que estés, la autoestima establece el límite al cual puedes llegar en los distintos aspectos de la vida. La buena autoestima ayuda a llegar muy alto, mientras que la baja autoestima actúa como freno. Por tanto, analiza tu autoestima y saca de tu mente todas las ideas negativas que te cierran el camino hacia el éxito.

La inteligencia cognitiva se refiere a la capacidad de análisis, de aprendizaje y de solución de problemas. Comprende habilidades, creatividad, productividad, eficacia.


Es fundamental para triunfar a nivel profesional y para resolver los problemas cotidianos.


La inteligencia emocional es la capacidad de conocerse y conocer a los demás, de controlar las emociones, de relacionarse positivamente, de saber vivir y de ser feliz.


Los valores son las columnas de la estructura humana, de la conciencia, de la personalidad y de la convivencia social. Los valores nos ayudan a controlar los propios instintos y pasiones, y de esta forma, hacer posible la convivencia social. Hasta los delincuentes tienen su código de honor que les exige fidelidad, y, quienes quebrantan el código lo pagan hasta con su vida.


Los valores son la muralla que separa la barbarie de la civilización. Si quieres tener autoestima, fortaleza mental y personalidad, cultiva los valores.


Establece tu propia lista de valores (honestidad, bondad, responsabilidad, etc.)


La espiritualidad es una necesidad de todo ser humano. Así como el cuerpo nos pide comida, el espíritu nos pide encontrar el sentido de la vida, porque, de lo contrario se siente perdido. Si algo causa angustia a cualquier ser vivo, es sentirse perdido. Es una necesidad vital saber dónde estamos y cuál es la meta final de nuestra vida.


La sociedad actual anda a la deriva en muchos aspectos, especialmente en el espiritual.

“Toda la Creación existe en ti y todo lo que hay en ti existe también en la Creación. No hay divisoria entre tú y un objeto que esté muy cerca de ti, como tampoco hay distancia entre tú y los objetos lejanos. Todas las cosas, las más pequeñas y las más grandes, las más bajas y las más altas, están en ti y son de tu misma condición. Un solo átomo contiene todos los elementos de la Tierra.

Un solo movimiento del espíritu contiene todas las leyes de la vida. En una sola gota de agua se encuentra el secreto del inmenso océano. Una sola manifestación de ti contiene todas las manifestaciones de la vida.” Kahlil Gibrán


Eres más valioso de lo que crees y puedes llegar a niveles que, ni puedes imaginar.


No te dejes condicionar por una sociedad mediocre, a que no le interesas ni un comino.


Somos inteligentes y hay algo en nosotros que nos advierte de que debemos encontrar una salida hacia la libertad. No dilapides el tiempo ni la vida en cosas tontas. Ponte a valer. En cierta forma, cada persona vale lo que decide valer.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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