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Editorial 704


Vive y deja vivir

 


"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo" Oscar Wilde

"Sólo se vive una vez, pero una vez es más que suficiente si se hace bien" Woody Allen
Sabes bien cuál es tu espacio en esta vida, quédate ahí y deja vivir a los demás.

Son pocos los que viven, porque son muchos los que no dejan vivir. Los seres humanos hacemos pactos de convivencia obligados por la necesidad, porque de lo contrario nos devoraríamos unos a otros como los caníbales de la prehistoria, pero no tenemos un pacto que nazca del corazón.


Somos seres sociables, y, físicamente vivimos juntos, pero estamos muy distanciados unos de otros.


En realidad, no sabemos vivir ni ser felices, lo cual genera mucha frustración y rabia, lo cual, unido al egoísmo y a la envidia hace que tampoco dejemos vivir a los demás su propia vida.


Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera, y, sobre ella, un racimo de plátanos.


Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo.


Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que, cuando un mono intentaba subir la escalera, los otros lo molían a golpes.


Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.


Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Lo primero que hizo el mono novato fue subir la escalera, pero los demás monos se encargaron de bajarlo y de propinarle una buena paliza, para evitar que el agua fría cayera sobre ellos.


Después de algunas palizas, el nuevo integrante nunca más intentó alcanzar los plátanos.


Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza.


De forma sucesiva fueron reemplazados los monos 3, 4, 5 repitiéndose siempre la misma historia.
Al final quedó un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.


Si fuera posible preguntar a alguno de los monos, por qué pegaban con tanto ímpetu al que intentaba agarrar los plátanos, con certeza la respuesta sería ésta: "No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así" ¿Te suena conocido?


En la mayoría de los casos, los seres humanos opinamos, criticamos y condenamos porque sí, sin lógica, sin razones, sin justicia.


En la naturaleza existe un equilibrio ecológico maravilloso que ha permitido que muchas especies hayan sobrevivido durante millones de años, debido a que la naturaleza sabe regularse por sí misma, pero con la llegada del hombre las cosas han cambiado drásticamente.


El ser humano, llamado a ser el guardián de la naturaleza y de la vida, se ha convertido en el gran depredador , en una amenaza constante para sí mismo y para los demás. Thomas Hobbes afirmaba que: " El hombre es un lobo para el hombre" Resulta un poco fuerte esta comparación, pero es la realidad. Los seres humanos tenemos un barniz de civilización, pero en el fondo somos egoístas, envidiosos, críticos, fanáticos, intransigentes, malos competidores, destructivos, etc.


Hoy nadie puede vivir seguro y en paz, porque pende sobre todos la espada de Damocles que en cualquier momento puede caer sobre nosotros. Vivimos bajo amenaza de guerra, de crisis económica, de pérdida del trabajo, de robo, de agresión, de acoso, de injusticias, de traición, de falta de respeto, etc. Existen demasiadas personas desadaptadas que ni viven ni dejan vivir.

No pierdas la oportunidad de contar la historia de los monos a tus amigos, para que, de una forma o de otra, se pregunten por qué están golpeando, por qué critican, por qué mienten, y por qué están haciendo las cosas como los monos del experimento. Sólo reflexionando, algún día podremos establecer un poco más de distancia con nuestros parientes lejanos.


Vive y deja vivir. No pagues tu ignorancia, tu incapacidad, tus fracasos y tu frustración con los demás.


Nuestra escasa evolución, hace que vivamos a la defensiva y que tratemos de reprimir, criticar y hacer la vida imposible a los demás.


Observa las actitudes, lenguaje y comportamiento de las personas y comprobarás que la mayoría viven a la defensiva. Son pocas las personas amables que viven y dejan vivir. En realidad, sólo las personas exitosas y felices viven y dejan vivir. Las demás personas viven en un pacto frágil de no agresión, pero con la espada desenvainada. Esto explica la falta de entendimiento con uno mismo, a nivel matrimonial, laboral, político, etc.


Es tanta nuestra envidia, los celos y nuestros complejos que nos duele la felicidad y el éxito de los demás, y, como los monos, tratamos de echa abajo a quienes a quienes se esfuerzan por triunfar.

Mucha gente no hace nada por cambiar las cosas, pero cuando alguien intenta hacer algo bueno, buscan la forma de echar abajo su proyecto. Esta realidad hace que, quienes triunfan en algo tengan un mérito añadido, pues lo logran por mérito propio, venciendo la oposición de la sociedad.

 

Cómo vivir y dejar vivir.


Sé tú mismo, humilde, honesto, emprendedor, creativo, libre, exitoso y feliz. Con estas cualidades te sentirás bien, tendrás mucho que hacer y no tendrás tiempo para entrometerte en la vida de los demás. Es la única forma de vivir y dejar vivir.


Las personas que no tienen estas cualidades, carecen de proyectos personales, y, lo único que saben hacer bien, es entrometerse en la vida de los demás y tratar de echar abajo sus proyectos, porque no soportan la felicidad ni el éxito de los demás, pues son una crítica a su mediocridad.


Conscientes de que existen muchas personas que no viven ni dejan vivir, necesitamos aprender a defender nuestro espacio físico y mental.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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