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Editorial 656

 


Actitud y fortaleza mental


Las actitudes son formas habituales de reaccionar ante la vida. Las actitudes, como toda conducta superior, son aprendidas en la primera infancia, en respuesta a los estímulos del medio ambiente. Con los años estas actitudes tienden a consolidarse


Las actitudes son básicamente la expresión del inconsciente, de lo que la persona es y siente en lo profundo de su ser. Es producto de la filosofía de la vida, de los principios, valores, criterios y creencias; así como de las vivencias, del temperamento y del carácter.


El éxito y la felicidad del ser humano dependen más de su actitud ante la vida que de las cosas que nos ocurren. En las mismas circunstancias unas personas triunfan y son felices y otras fracasan y son infelices.


Existen actitudes externas que son la forma de reaccionar ante los estímulos o acontecimientos externos. Las actitudes externas determinan la forma en que nos relacionamos con los demás y, en consecuencia, favorecen o perjudican la convivencia y el éxito. Existen también actitudes internas , que son la forma de reaccionar frente a los estímulos que vienen de dentro (ideas, sentimientos, temores y recuerdos...). Las reacciones internas son más profundas e instintivas y cuesta más controlarlas. Estas reacciones son las que más influyen en nuestra vida, por lo cual, es fundamental aprender a manejarlas.


Piensa en una persona que conoces y trata de decir cómo es su personalidad. Para ello necesitas comenzar por visualizarla y describir cómo actúa ante los distintos aspectos de la vida (Cómo es con su familia, con los amigos, en el trabajo, cuáles son sus criterios, morales, etc.) y por la descripción que hagas de esta persona, podemos inferir cómo es y cómo le va en la vida, porque nuestra vida es la expresión de lo que somos por dentro.


Existen muchas vidas ficticias en donde, una cosa es lo que vemos y otra cosa lo que ocurre en el interior de las personas, pero, al final, las cosas caen por su peso; por lo cual, nos interesa desarrollar actitudes positivas que nos garanticen un éxito sólido y duradero.


Observa cuáles son las actitudes fundamentales de aquellas personas que "triunfan de verdad" y trata de hacerlas tuyas.


Ahora bien, vivimos en una sociedad de competencia y de cambios rápidos que exige respuestas oportunas y eficaces, lo cual sólo es posible si desarrollamos ciertas capacidades que nos proporcionen fortaleza mental. La fortaleza mental es el poder total de una persona, con el cual enfrenta la vida. La fortaleza mental es la suma de todas sus fortalezas: Salud, energía, conocimiento, autoestima, habilidades, experiencia, adaptación, madurez, valores, criterios, responsabilidad, disciplina, perseverancia, hábitos eficaces, autosuficiencia, motivación, creatividad, control mental, manejo de las emociones y de las frustraciones, etc.


La fortaleza mental es la base del desarrollo y del éxito. De aquí la importancia de cuidar y desarrollar todos estos aspectos, pues, ellos son las fortalezas que pueden conducirnos al éxito y a la felicidad.


La vida es muy compleja, el tiempo escaso y la capacidad de las personas es limitada. No tenemos tiempo para aprender todo, por lo cual, necesitamos concentrarnos en los aspectos más importantes. Necesitamos elaborar un proyecto de vida, por escrito, con el fin de integrar los esfuerzos en una dirección concreta, para que no nos ocurra como a tantas personas, que luchan durante toda su vida por lograr mil cosas, y, al final, sólo les queda cansancio y frustración.


A lo largo de la historia, los seres humanos hemos descubierto las fortalezas o claves que conducen al éxito y también las debilidades o errores que conducen al fracaso; sin embargo, tendemos al libertinaje, a sabiendas de las consecuencias negativas que acarrea. De modo que, conocemos el camino que conduce al éxito pero no lo seguimos y conocemos el camino que conduce al fracaso y no lo evitamos. ¿Por qué?


Es importante entender que el desarrollo, el éxito y la felicidad son una tarea personal de todos los días, por lo cual, debemos prestar atención a la calidad de lo que hacemos y a las decisiones que tomamos, pues todo nos marca de alguna forma.


Necesitamos leer, reflexionar y fortalecer todos los días nuestros principios y valores, pues, seguimos siendo animales con fuertes instintos y nuestra tendencia natural es hacia el libertinaje, por lo cual, debemos estar alerta para no salirnos del mapa de ruta. Son demasiadas las personas que iniciaron el camino correcto pero luego se perdieron en la selva de la vida por falta de fortaleza.

La sociedad es moralmente débil y mentalmente mediocre, por lo que necesitamos echar mano de la fortaleza mental para evitar caer en la corrupción, en la mediocridad y en otras muchas trampas que acechan a los incautos.


Lo más valioso de la fortaleza mental es que proporciona seguridad, tranquilidad, paz, capacidad para enfrentar la vida desde el Adulto y tener garantizados los mejores bienes que ofrece la vida.


La actitud y la fortaleza mental son características que se adquieren básicamente en la infancia, en base a los estímulos recibidos de los padres y a las decisiones personales. De aquí la responsabilidad de padres, educadores y de todas las personas que influyen en niños y jóvenes.

 

Una sociedad enferma contagia de su enfermedad a niños y jóvenes y una sociedad con buena actitud y fortaleza mental, estimula el espíritu de superación.


En adelante cuida tus actitudes y alimenta tus fortalezas, porque son la base del éxito y de la felicidad, y sé un ejemplo de actitud y fortaleza que estimule a otros. La gente te observa y eres un ejemplo para bien o para mal.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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