Editoriales

Editorial 646

 


Ídolos con pies de barro

 

El Rey Nabucodonosor había sometido a Israel y había llevado cautivos a muchos israelitas a Babilonia, entre los que se encontraba el profeta Daniel.

Nabucodonosor tuvo un sueño que le quitó por completo la tranquilidad. En sueños vio una estatua, hecha de diferentes metales y con pies de arcilla. Nabucodonosor llamó a sus magos y adivinos para que le recordaran el sueño del cual no se acordaba y le revelaran su significado, pero su adivinos, sin saber qué tipo de sueño había tenido, se vieron imposibilitados para descifrarlo. Es entonces que el rey los manda matar.


Junto a estos magos y videntes estaba Daniel, quién le dijo: "Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser"


Tú, oh rey, veías en sueños una gran estatua, era muy grande y estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
La cabeza de la estatua era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro y sus pies, de barro cocido.
Estabas mirando la imagen, hasta que una piedra golpeó sus pies de barro y los quebró. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el bronce, la plata y el oro y se convirtieron en polvo, sopló un fuerte viento que se llevó el viento y no quedó rastro alguno de la estatua.

Daniel le explica que la cabeza de oro representa al reino de Babilonia del cuál Nabucodonosor era rey. El oro simboliza que su reino es rico y poderoso y nadie podrá contra él. Después de él, vendrán otros imperios que irán decayendo hasta desparecer, porque los pies de barro no tienen consistencia.


Este sueño es la historia real de los imperios, de las instituciones, de la sociedad y de las personas. Mientras gobierna la cabeza de oro, es decir, la sabiduría, la riqueza y el poder, todo funciona bien, pero, a medida que se pierde calidad, surgen los problemas, y, cuando las cosas carecen de consistencia (pies de barro) todo se viene abajo.

Una fortaleza puede ser inexpugnable, pero si se debilita en alguna parte, por ahí entrará el enemigo. Una cadena puede ser muy resistente, pero si tiene un eslabón débil, se romperá por ahí. Aquiles era invencible, pues su madre, las diosa Tetis, cuando nació, le sumergió en la laguna Estigia para hacerlo invulnerable, pero al sumergirlo, lo sostuvo del talón, de modo que esa parte del cuerpo no tuvo contacto con el agua. Aquiles fue el más valiente de los griegos en la guerra de Troya y habría sido invencible si no le hubiera herido el talón una flecha.


Como puedes observar es suficiente una debilidad o una falla para que todo se venga abajo.


Todos los seres humanos tienen un punto débil, puede ser la avaricia, el vicio del juego, la soberbia, la ira, la pereza, el temor, la ignorancia, la imprudencia, la corrupción, la infidelidad, etc. Cualquiera de estos defectos puede llevar a la ruina.


Es importante estar conscientes de que todos tenemos pies de barro que pueden quebrarse en cualquier momento. Vemos a diario cómo se hunden países, gobiernos, empresas y personas, porque carecen de consistencia. También vemos con sorpresa cómo personas, aparentemente honestas y responsables, sucumben a la corrupción. Sin duda, tenían los pies de barro.


Como todos somos débiles y nadie está exento de claudicar, no tenemos derecho a juzgar a nadie. Lo mejor que podemos hacer es aprender en cabeza ajena.

El hecho de que tengamos los pies de barro no debe ser causa de angustia ni de preocupación; más bien, debe ayudarnos a ser humildes y comprensivos con los que caen; a fortalecernos todos los días, a ser prudentes y evitar correr riesgos innecesarios.


Al hablar de pies de barro no nos referimos a los pies físicos, sino a la falta de fortaleza moral. Hoy son muchas las personas moralmente débiles, cuya conducta deja mucho que desear; se trata de personas que no han aprendido valores o los han perdido.


Seguramente que al leer el título: "ídolos con pies de barro" pensaste que íbamos a hablar de los famoso (cantantes, artistas de cine, etc. pero no ha sido así. Creo que la mayoría de los famosos son ídolos de barro. Ellos logran que la gente se evada de sus problemas, pero no ayudan a enfrentar los problemas y a resolverlos, por lo cual, podrán ser famosos pero no son célebres. Famoso es quien logra ser conocido y alcanza notoriedad por cualquier razón (Por ejemplo, Nerón, Atila, Hitler y All Capone fueron famosos) y célebre es el que es conocido, respetado y admirado por sus méritos, por su grandeza y por su aporte a la humanidad (sabios, héroes...)

Cuando veo fans que siguen a sus ídolos de ciudad en ciudad, personas que hacen colas y duermen en la calle para conseguir las primeras entradas, me pregunto ¿Qué tienen en la cabeza estas personas?


Entiendo que los jóvenes necesitan divertirse, pero todo tiene unos límites razonables. El hecho de que sean los deportista, cantantes, actores de cine y demás personajes de la farándula y de la moda, quienes se conviertan en ídolos y en modelos exclusivos a seguir, pone de relieve la visión inmadura y superficial de la vida que tiene una parte numerosa de la juventud. Como es lógico, esta mentalidad les condiciona para ser mediocres por el resto de su vida. De este modo, los ídolos con pies de barro se convierten en progenitores de una inmensa juventud que tiene los pies de barro.


Necesitamos deportista, cantantes, actores de cine y personajes de la farándula y de la moda, porque no todo en la vida es estudiar y trabajar, pero tampoco puede ser "pan y circo"


Ahora bien, esta especie de relajación e inconsciencia que afecta a la juventud, no surge por generación espontánea, es la consecuencia del fracaso de la familia y de la escuela.


La vida es cambio y evolución, pero la familia, la escuela y las instituciones no han evolucionado al ritmo adecuado. No han enseñado los principios y valores de la forma adecuada y ahora los niños y jóvenes carecen de valores consistentes que les sirvan de guía y de control; en consecuencia, viven a la deriva. En estas circunstancias no tienen conciencia clara del sentido de la vida, ni de los objetivos por los que vale la pena vivir y luchar. Lo lógico es que se dejen fascinar por esos ídolos de barro que les venden ilusiones, sueños y esperanzas. El problema surgirá, cuando, pasados unos años, despierten y se den cuenta de que sus ídolos pasaron al olvido y de que ellos no han construido las bases de su futuro.


Vivimos en una sociedad mediocre en la que gran parte de los países, de los gobiernos, de las instituciones, de las familias y de las personas tienen pies de barro que pueden quebrarse en cualquier momento. Necesitamos sustituir a tiempo los pies de barro por unos pies consistentes hechos de principios y valores, de verdad, de conciencia, de capacitación y de responsabilidad.
Es poco lo que podemos hacer a nivel mundial, pero es mucho lo que podemos hacer en nosotros mismos.


La sociedad está acumulando mucha presión de todo tipo. Cada día crece el descontento, la rebeldía y el libertinaje entre la juventud como consecuencia del abandono afectivo, moral y espiritual en que les ha dejado la sociedad adulta. Caminamos hacia un futuro incierto. Esperamos que se haga la luz en la inteligencia y en la conciencia de las personas y que no nos golpee la piedra que convirtió en polvo la estatua del sueño de Nabucodonosor..

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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