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Editorial 631

 


Escribe lo que piensas


"Las palabras se las lleva el viento y lo escrito, escrito queda"


El hecho de escribir obliga a realzar un análisis, a profundizar, a valorar los aspectos más importantes y a definir las cosas con claridad y precisión. Este esfuerzo de análisis, de abstracción y de síntesis, ayuda a organizar la mente, a tomar conciencia del valor real de las cosas, a establecer prioridades y a encontrar razones para actuar con inteligencia, decisión y perseverancia.


Los seres humanos desaprovechamos nuestras capacidades, el tiempo y las oportunidades, porque vivimos de forma muy superficial, distraídos en mil cosas superfluas. El hecho de escribir lo que pensamos nos ayuda a tomar conciencia de la realidad de la vida y a reflexionar sobre lo que hacemos bien y sobre lo que hacemos mal.


La vida fluye con rapidez y la falta de reflexión nos impide aprender de los éxito y de los fracasos, por lo cual, no aprovechamos lo suficiente nuestras fortalezas ni las experiencias de éxito, así como tampoco aprendemos de los errores, por lo cual estamos condenados a cometer siempre las mismas fallas y a pagar las consecuencias.


El hecho de poner por escrito un proyecto, un problema o una experiencia, ayuda centrarse, a comprender mejor la situación y adquirir más experiencia y sabiduría, las cuales podremos aplicar en futuras situaciones.


Al escribir se perciben aspectos que de otra forma pasarían desapercibidos.


El escribir supone un esfuerzo, pero, cuando se adquiere el hábito resulta fácil y efectivo.


Lo ideal es describir la situación de forma simple con el fin de adquirir una visión clara de la situación, a partir de la cual resultará más fácil encontrar la solución.


Todo en la naturaleza y en la vida humana obedece a patrones que se repiten constantemente. En el caso humano las conductas son repetitivas, con muy pocas variantes, debido a que obedecen a hábitos adquiridos que desencadenan las conductas correspondientes de forma casi automática. Por esta razón las personas son esencialmente siempre iguales y actúan de forma similar. Por la misma razón, las personas tienen tantas dificultades para cambiar. Los cambios que realizan los seres humanos son muy superficiales y circunstanciales. Para lograr cambios importantes es necesario rectificar a nivel de creencias, de valores, de criterios y de comportamiento.


Como todo obedece a patrones es importante conocer y controlar dichos patrones, lo cual supone cierto conocimiento de la estructura y funcionamiento de la mente humana.


Escribir bien es privilegio de pocos. La gente admira y valora a quienes hablan bien y a quienes escriben bien, porque se trata de actividades creativas muy complejas; sin embargo, con un poco de entrenamiento todos pueden adquirir ciertas habilidades para hablar y escribir con cierto estilo.

No es necesario explayarse a la hora de escribir lo que piensas. Lo ideal es definir y describir sólo lo esencial, con el fin de que el hecho de escribir resulte fluido y agradable. Puedes hacer referencia a los aspectos negativos de la situación, pero sólo tangencialmente, pues, debes centrarte en las soluciones. La psicología nos dice que, cuanta más importancia damos a algo, más lo fortalecemos. Cuanto más repetimos una idea, un sentimiento o una acción, más fortaleza adquieren y con el tiempo se convierten en hábitos que funcionan de forma automática. De aquí la importancia de escribir de forma afirmativa, de buscar soluciones, de vivir en actitud de renovación y de superación permanente, de trabajar sobre un proyecto de vida que nos proporcione fe, ilusión y fortaleza para seguir adelante.


La sociedad produce mucho desgaste psíquico y moral, por lo que es bueno escribir, todos los días , algo de forma afirmativa, aunque sean dos líneas. Lo que escribimos se convierte en decretos que fortalecen nuestras creencias, nuestra autoestima, nuestros valores y nuestra personalidad. Nuestras palabras, sobre todo si son escritas, nos modelan día a día de forma lenta pero profunda.
"Las personas son como son, porque piensan como piensan, hablan como hablan y actúan como actúan"


Lo ideal sería que cada persona llevara un diario de vida y lo revisara de vez en cuando. Se sorprendería de muchas cosas, de las cuales no tenía conciencia clara en el momento de escribirlas, pero, al analizarlas en la distancia del tiempo, podría adquirir una visión superior de las cosas y de sí mismo y utilizar esas nuevas experiencias para actuar de forma más inteligente y sabia.


Para escribir es necesario conocer ciertas técnicas y adaptarse a la forma de funcionar del cerebro.
1. El cerebro necesita cierto tiempo para madurar las ideas, procesarlas y crear soluciones. Cuanto más complejo es el asunto, más tiempo necesita, por lo que, a la hora de pensar y de buscar soluciones es importante evitar la prisa, la angustia y la obsesión.


2. El cerebro trabaja sobre la información que tiene almacenada; por lo cual, es necesario alimentar al cerebro constantemente con lecturas, ideas y reflexión relacionados con el asunto que nos interesa resolver.


3. El cerebro es humano. Sólo se activa cuando la persona tiene fe, interés, autoestima y confianza en sí y en el proyecto. La inteligencia emocional juega un papel importante; de aquí la importancia de encontrar razones y motivación para hacer las cosas.


4. Todas nuestras conductas dependen de hábitos adquiridos, el hecho de escribir es un hábito que debemos desarrollar.


5. El escribir sobre un problema, un proyecto o un asunto, es un proceso creativo que se va desarrollando progresivamente a medida que la persona se va enriqueciendo con nuevas ideas.


6. El cerebro humano funciona en base a un código verbal, por lo cual, el hábito de escribir, aunque sea de forma simple, ayuda a profundizar en el significado del lenguaje y a organizar el cerebro a un nivel superior, incrementando nuestros poderes mentales.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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