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Editorial 630

 


Peligros de la especialización


El cuerpo humano necesita distintos nutrientes (proteínas, grasas, carbohidratos, minerales, vitaminas, fibra y agua) Si falta alguno de estos elementos se produce una disfunción, el cuerpo se deteriora y sobrevienen las enfermedades.

De forma similar el ser humano funciona como un todo, es un ser animal, racional, emocional, social, moral y espiritual, y, como tal, necesita nutrir cada uno de estos aspectos para que su desarrollo sea integral y equilibrado. Una falla en alguno de estos aspectos trae consecuencias graves.


Hoy estamos conscientes de los problemas que tienen las personas debido a carencias y falta de desarrollo en muchos aspectos, pero vamos a centrarnos en el problema de la especialización.


Los conocimientos se multiplican en progresión geométrica. Cada año se editan millones de libros. Los analistas indican que en los próximos cinco años se crearán más de 100 nuevas profesiones cuyos nombres aún no conocemos. La expansión del conocimiento es tal que nos desborda.


El progreso científico requiere de una labor de síntesis, debido a la incapacidad del ser humano para manejar tanta información, por lo que, cada día se diversifican más las ramas del conocimiento y las personas se ven obligadas a especializarse.


Hace apenas unas décadas existía el médico, el abogado, el ingeniero, el psicólogo, etc. quienes, además de poseer los conocimientos específicos de su profesión, tenían una cultura general; pero hoy, el conocimiento se expande y se hace más profundo y complejo, lo que hace que cada profesión se diversifique en otras muchas. Antes existía el médico cirujano, pero en la actualidad existen más de 100 profesiones relacionadas con distintos tipos de cirugía. Existen cientos de profesiones y de especializaciones que tienden a ser cada día más específicas, lo que hace que los profesionales se centren en su tema y pierdan la visión global de las cosas.


Según Ortega y Gasset, el progreso científico ha traído la fragmentación del hombre moderno.


La cuestión es: ¿Cómo es posible que en una sociedad que ha alcanzado tal grado de desarrollo científico-técnico predomine un modelo de ser humano cuyo rasgo característico es la no cualificación?


Ortega y Gasset responde: “Resulta que el hombre de ciencia actual es el prototipo del hombre-masa, porque la ciencia misma, raíz de la civilización, lo convierte automáticamente en hombre-masa; es decir, hace de él un primitivo, un bárbaro moderno”.


En su obra "Misión de la Universidad" Ortega entendía que “En la Universidad se cultiva la ciencia misma, se investiga y se enseña a investigar”. Pero junto a la investigación científica y a la formación de científicos, señalaba otras dos funciones para la universidad, que la convertían en una institución crucial: La transmisión de la cultura y la enseñanza de las profesiones. En la actualidad, la mayoría de las universidades son transmisoras de conocimientos, pero no de cultura.


En la actualidad el avance científico es impresionante. El progreso científico es bueno en sí, pero puede entrañar graves peligros si no se maneja con criterio. Todo en exceso genera problemas. Lo ideal es el equilibrio.

La ciencia es importante porque nos permite conocer el mundo y utilizar las cosas para progresar y vivir mejor, pero el lenguaje científico es puramente descriptivo, sólo hace referencia al mundo material; Carece de significado humano, de contenidos morales, sociales, afectivos, espirituales; por lo cual, el desarrollo exagerado del lenguaje científico en detrimento del lenguaje humanístico tiende a robotizar a las personas; es decir, a reducir la conciencia, la sensibilidad humana, los sentimientos, los valores, la convivencia, etc. Es una forma de mutilación.


El lenguaje lenguaje ocupa cada día más espacio del cerebro, desplazando al lenguaje humanístico, el cual hace referencia a la vida humana, a los sentimientos, a los valores, a las conductas, a los derechos, a los deberes, etc.


La esencia de la evolución es el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia. Ambas cosas deberían ser objetivos prioritarios de todos los seres humanos; sin embargo, la dinámica de la vida obliga a las personas a especializarse en profesiones y actividades técnicas, científicas, comerciales y laborales, descuidando su desarrollo humano, porque, al parecer, no cotiza en el mercado de valores.


Lo expresado no quiere decir que las personas dedicadas a la ciencia carezcan de sabiduría, de valores y de sensibilidad humana. En general, todas las personas han recibido una educación de valores y se guían por ellos. Sólo queremos señalar que existe un incremento acelerado de lo científico y una reducción de lo humanístico, lo cual ya está generando graves consecuencias. “Existen muchos hombre y mujeres pero pocos seres verdaderamente humanos”


No es lógico que, habiendo logrado tanto progreso científico y material, exista tanta ignorancia, tanta pobreza y tanta violencia. Algo está mal.


La humanidad ha tardado millones de años para desarrollar la cultura que hoy disfrutamos (ideas, conciencia, valores, convivencia...) Lo ha logrado a base de lucha, esfuerzos, sacrificios y fracasos. Sería muy triste que todos estos logros se perdieran, sepultados por el avance arrollador de las ciencias.


Existe una diferencia importante entre progresar y evolucionar. El progreso es material y la evolución es humana. El progreso está orientado a la creación de cosas y la evolución al desarrollo de personas. Ambas cosas son necesarias, pero, la cultura es garante del desarrollo, de la libertad y de la felicidad, no así la simple ciencia. Lo cual no quiere decir que debamos detener el ritmo del progreso, sino que, a la vez que progresamos, debemos asimilar los valores culturales, con el fin de armonizar la inteligencia y la conciencia, porque, de lo contrario, en vez de una sociedad equilibrada, tendrremos una sociedad monstruosa.

El código utilizado por el cerebro es verbal. Lo cual significa que el cerebro piensa e imagina en base a palabras. Cuando pensamos utilizamos un lenguaje interno; de modo que, nuestras ideas y nuestro lenguaje nos modelan día a día.


Si quieres triunfar necesitas comenzar por crear una estructura mental sólida y fluida, basada en principios y valores correctos, en conocimientos, motivaciones, disciplina y responsabilidad. A partir de aquí podrás lograr cambios significativos en tu vida, porque, en definitiva, dependes de ti, y te va en la vida de acuerdo a tus ideas, lenguaje y decisiones.


El código utilizado por el cerebro es el lenguaje, por tanto, es fundamental desarrollar un vocabulario rico, amplio y fluido que te ayude a procesar de forma rápida y eficaz la información. En este sentido, se hace cada día más necesario el dominio de la lectura veloz y comprensiva, del análisis y de la síntesis.


Así como necesitamos una alimentación balanceada para mantener las defensas altas y lograr que el cuerpo funcione bien, de igual modo, como seres racionales, afectivos, sociales, morales y espirituales que somos, necesitamos fortalecer todos los días estos aspectos, de lo contrario seremos arrastrados por la dinámica poderosa de la sociedad y perderemos el control sobre nuestra vida. Este proceso suele ser lento y progresivo, por lo que, si las personas no mantienen un espíritu constante de superación, se van adaptando a la mediocridad sin darse cuenta.


“Si deseas mantener tu libertad, necesitas alimentarla cada día, porque la sociedad genera mucho desgaste psicológico y espiritual”


Recuerda: La especialización es buena y necesaria. Debes ser excelente en lo que has elegido como profesión, pero no debes descuidar por nada tu desarrollo humano, pues, al final no eres lo que sabes, ni lo que tienes, sino lo que eres como persona.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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