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Editorial 601

 


No hieras los sentimientos de las personas


Los peores enemigos son los que creas tú mismo, los que viven en tu mente, porque , forman parte de ti y te siguen a donde quiera que vayas, haciéndote fracasar en los proyectos que emprendes. Estos enemigos son invisibles, por lo cual, escapan a tu control y no puedes defenderte de ellos. Estos enemigos son: El egoísmo, la envidia, la pereza, el odio, la ignorancia, los temores, los complejos...


Existen otros enemigos gratuitos e inevitables que llegarán a tu vida sin que tengas nada que ver en ello. Son: la competencia desleal, la envidia y la traición. Con estos enemigos no existe posibilidad de negociación. En este caso, deberás luchar contra ellos para defender tus derechos y tu dignidad. Ellos no pueden hacerte daño si te mantienes fiel a tus valores.


Existen enemigos que nos creamos cuando maltratamos u ofendemos a las personas. Las personas pueden olvidar las palabras ofensivas que les decimos, pero nunca olvidarán el dolor emocional que les causamos. De aquí lo importante que es cuidar el lenguaje para no herir los sentimientos de los demás.


Cada persona percibe el significado de las palabras de acuerdo a su forma de pensar y a su estado de ánimo, lo que hace que las mismas palabras no signifiquen exactamente lo mismo para todos. Esta es una de las razones por la cual discutimos más de la cuenta. De aquí la importancia de cuidar el lenguaje y las actitudes. Con frecuencia el problema no está tanto en lo que decimos cuanto en la forma en que lo decimos.

Los enemigos no los creamos por defender la vedad de las cosas o por defender nuestros derechos, siempre que lo hagamos de forma respetuosa. Los enemigos surgen cuando nos salimos de la lógica y nos dejamos llevar por las emociones y decimos cosas que hieren sus sentimientos.


Existen palabras, actitudes y acciones que expresan maldad. Las personas pueden perdonar los errores pero no la mala intención.


Existen enemigos de por vida. Se trata de personas que han sido traicionadas en aspectos que les han dejado huellas importantes.


La humillación, la injusticia, la crítica, el desprecio y la indiferencia hieren los sentimientos de las personas y las convierten en enemigos.


La soberbia, la prepotencia y el autoritarismo también generan enemigos, porque es una forma de abuso y desprecio, sobre todo en esta época en que las personas tienen conciencia de su derecho a ser respetadas y tomadas en cuenta.


La avaricia, el egoísmo y la falta de sensibilidad social, también generan sentimientos de enemistad.


Hay odios y enemistades que se transmiten de padres a hijos a través de generaciones. Se trata de enemistades ancestrales. Se dan especialmente entre países, religiones, castas, etc. Son la consecuencia de viejos conflictos que nunca se han subsanado. Esta clase de enemistades son causa de la mayoría de los conflictos que existen en el mundo. Es necesario el diálogo para zanjar cuentas y llegar a la paz.


Con frecuencia, la amistad y el matrimonio se destruyen por falta de tacto, por herir los sentimientos del otro. Nos falta educación, sensibilidad y respeto por los sentimientos del otro. Toda buena relación se basa en el respeto y en la sensibilidad por los sentimientos del otro. El amor es una flor muy delicada que es necesario cuidar con mimo.


Conclusiones


En la actualidad, las personas viven a la defensiva, sus actitudes son poco amistosas y su lenguaje desconsiderado, y, a veces, ofensivo, lo que da origen a discusiones que hieren los sentimientos y convierten a las personas en enemigas.


Siempre encontraremos personas conflictivas que necesitan discutir y hacer enemigos, porque a ello se han acostumbrado.


Conscientes de esta realidad, es necesario controlar las emociones y no entrar en el juego de la discusión, y, menos aún, en la ofensa.


No es bueno tener enemigos pequeños ni grandes; pues, los enemigos viven al acecho y en cualquier momento pueden hacernos daño.


La mejor forma de no tener enemigos es tratar a las personas con respeto y consideración, lo cual no significa aceptar comportamientos inadecuados.


Aprende a ser diplomático. La diplomacia consiste en resolver los conflictos a través del diálogo, lo cual supone, controlar las propias emociones y manejar con habilidad las emociones de los demás. Se trata de mantenerse siempre en el Adulto (lógica y realidad) y evitar descender al terreno de los sentimientos y de la discusión, pues, lo que no se resuelve a través del diálogo, no se resuelve de ninguna otra forma.


Y, si es malo tener enemigos, es peor ser enemigo de alguien, pues, por efecto búmeran, nuestras malas intenciones y deseos se devolverán contra nosotros. Necesitamos aprender a perdonar y olvidar.


Los seres humanos somos propensos a la ira, a la rabia y a la venganza. Estas reacciones son naturales, pero son auto destructivas. La mejor forma de sobrevivir en un mundo hostil no es la agresividad sino la comprensión, la tolerancia y el perdón; pero, estamos acostumbrados al "Ojo por ojo y diente por diente" por lo cual, nos resulta difícil entender que la paz es más fuerte que la violencia, que la verdad es más poderosa que la mentira y que el amor es más fuerte que el odio.
"Sed como el árbol del sándalo, que perfuma hasta el hacha que lo corta." R.Tagore


"Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen" Cristo.


Si sabes controlar a tus enemigos, eres inteligente, y, si no tienes enemigos eres sabio.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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