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Editorial 596

 


Cada día es un milagro

 

La vida es una experiencia maravillosa que valoramos poco porque nos hemos acostumbrado a ver las cosas como algo común y rutinario. Sólo valoramos las cosas cuando las perdemos. Sólo el enfermo valora la salud. Sólo el preso valora la libertad. Sólo en enfermo terminal valora la vida,...


Hemos llenado la mente de tantas cosas inútiles y de tantas necesidades creadas que hemos perdido el sentido de la vida y desconocemos el valor real de las cosas.


"Somos súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles y vacíos.


"Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías. No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación al mejoramiento del espíritu. Pienso que moriremos esbeltos: "¿Cómo estaba el difunto?". "Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis"


Hoy, la palabra es "virtual". Todo es virtual. Un hombre encerrado en su habitación, en Brasilia, puede tener una amiga íntima en Tokio, y no conocer a ninguno de sus vecinos. Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales... "


Cada día es un milagro, sólo para quienes lo pueden ver.


Si observas la naturaleza verás que las cosas se suceden con el mismo ritmo que hace millones de años. La naturaleza no tiene prisa, sólo los seres humanos vivimos inquietos y estresados. La inquietud y el estrés se han incrementado, sobre todo a partir de la industrialización, momento en el cual se inició una competencia por la acumulación de riqueza. A partir de este momento el hombre se convirtió en una pieza anónima del gran robot industrial, y el tiempo adquirió valor de oro. "Time es money"


Desde entonces la competencia se ha incrementado y el hombre ha quedado sometido a la voluntad de las máquinas, de los robots, de internet y de tantos otros mecanismos que están convirtiendo al hombre en un ser virtual.


El profesor japonés Akiyod Mori, especialista en neurología, de la universidad de Nihon, señala que, una sobredosis de video - juegos es capaz de destruir la sede cerebral de las emociones.


Acaba de realizar una investigación, durante un año, con 240 jóvenes de 6 a 29 años y ha encontrado que quienes se sientan frente al Play Station o el Nintendo, dos o tres horas, durante cuatro días a la semana, reducen el nivel de la actividad emocional y creativa, hasta el punto que convierten en semi robot. Pero la situación empeora en el caso de los video dependientes, que utilizan los juegos electrónicos de dos a siete horas diarias. Estas personas tienen un electroencefalograma casi plano, en lo que respecta a las ondas emotivas; lo cual indica que han perdido casi toda la sensibilidad afectiva. Esta situación no mejora una vez que se apaga la videoconsola.

Las personas video dependientes son muy irritables, tienen dificultades para la concentración, para cultivar amistades y para relacionarse con los demás. Tienden a convertirse en egoístas e insensibles. Podemos afirmar que, los videos - juegos son verdaderos “reductores del cerebro y de la conciencia" Existen otros muchos aparatos y actividades que automatizan a las personas y producen los mismos efectos que los videos juegos.


Muchas personas, cuando se dan cuenta de esta realidad desean cambiar pero no pueden porque han creado adicciones que se lo impiden.


Si aún estás a tiempo, reflexiona y toma conciencia del gran milagro que es la vida y vive cada día con ilusión, con emoción, con intensidad. No necesitas para ello de cosas grandes, sólo necesitas tomar conciencia del valor que tiene cada cosa, hasta los más ínfimos detalles.


Detén la marcha, no tengas prisa ni angustia, porque "A cada día le basta su propio afán" Capacítate para resolver las cosas con eficacia. Organiza tu vida. Establece prioridades y céntrate en las cosas importantes. No te llenes de necesidades ni de cosas inútiles. Sé libre.


El objeto de la vida es el desarrollo y la felicidad, por lo cual, céntrate en desarrollarte de forma integral y armónica y en ser feliz con lo que tienes. La felicidad no está en tener muchas cosas sino en valorar las cosas que tienes, comenzando por la salud, los sentidos, etc.


Celebra la fiesta de la vida. Cada día puede ser como una fiesta, a pesar de los problemas y dificultades. Cuánto daría un ciego por ver, un paralítico por caminar,...


Disfruta el pacer de lograr objetivos, por pequeños que estos sean.


Disfruta el placer de la compañía de tus familiares y amigos y de tantas personas buenas con las que te relacionas cada día. Da amor y recibirás amor.


Considérate un pequeño dios. Como decía el filósofo Platón: Los seres humanos somos "demiurgos" (pequeños dioses) que tenemos una misión importante en la tierra.


Desarrolla el sentimiento de la naturaleza y disfruta de tantos espectáculos maravillosos que te ofrece la naturaleza.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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