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Editorial 588

 


La observación es la base de la inteligencia y de la memoria

 

"No hay nada en la mente que no haya entrado por los sentidos" Aristóteles

Los sentidos son sólo la ventana que permite la entrada al cerebro de los estímulos provenientes del exterior; luego, el cerebro convierte los estímulos en imágenes y las interpreta basándose en la información que tiene grabada.


La capacidad de percibir, de procesar y de comprender que tiene el cerebro, depende del conocimiento y experiencia adquirida.


Los seres humanos percibimos las cosas y aprendemos por analogía, por tanto, el cerebro sólo puede percibir y comprender lo que se relaciona con lo que ya conoce.


Cuando queremos aprende algo o resolver algo, utilizamos ideas y experiencias que hemos aplicado en circunstancias análogas. Esta es la razón por la cual, todo aprendizaje nuevo resulta difícil y exige tiempo y dedicación hasta que el cerebro se familiariza con el asunto. Cuanto más evolucionadas son las personas más capacidad tienen para percibir cosas que las demás personas no pueden percibir.


A medida que la humanidad ha evolucionado ha descubierto cosas que antes eran desconocidas, y, a medida que siga evolucionando descubrirá cosas que están ahí pero que aún no podemos percibirlas porque somos miopes mentales.


Por tanto, los obstáculos para aprender, crecer y lograr objetivos importantes, no están fuera del ser humano sino en los límites que él mismo se pone.


La Ley de Analogía nos enseña que el ser humano aprende a partir de las ideas y de las experiencias que tiene, por lo cual, es fundamental tener criterios claros e ideas claras acerca de las cosas importantes, pues es a partir de esta información que percibimos las cosas, aprendemos y resolvemos.


El mundo es el mismo para todos, pero en la práctica, cada persona percibe el mundo a su modo, de acuerdo a la forma en que se ha desarrollado. Esto explica por qué, donde unos fracasan, otros triunfan, y, por qué, donde unos son felices, otros son infelices. El que es optimista percibe lo positivo de la vida y el pesimista percibe lo negativo. La actitud que tiene cada persona determina la forma como le va en la vida.


Toda percepción determina un estado interior que a su vez produce un estado de ánimo y un comportamiento; de aquí la importancia a ver el lado positivo de las cosas.

Cómo desarrollar la capacidad de observación


Las conductas humanas son el resultado de hábitos. Un hábito es una conducta adquirida por repetición. Con el ejercicio se integran cada vez más los movimientos que participan en cada acción. A medida que se van corrigiendo los movimientos inadecuados, la acción se hace más perfecta y eficaz. En realidad, los hábitos adquiridos mandan en nuestra vida.


El desarrollo y el éxito en toda actividad depende de la adquisición de hábitos eficaces; de aquí la importancia de aprender a percibir y observar con atención e interés.


Puesto que toda nuestra vida depende de hábitos, deberíamos aprender, desde niños, numerosos hábitos fluidos y eficaces, tales como: leer bien, pensar, hablar bien, escribir, relacionarnos, disciplina, alimentación, responsabilidad, ser felices, compartir, etc.) Sería muy útil establecer un plan concreto de entrenamiento diario en las actividades que consideramos fundamentales, pues, el desarrollo de hábitos superiores ayuda a percibir con rapidez y precesión lo que necesitamos para lograr nuestros objetivos.


Puesto que es el cerebro quien percibe las cosas, no es con ejercicios mecánicos que lograremos mayor capacidad de observación, de inteligencia y de memoria, sino con ejercicios activos de dificultad creciente. Todo cambio se inicia en la mente y se consolida con la acción.


La observación nace de la atención y la atención nace del interés. Prestamos atención a lo que nos interesa. Es sorprendente la facilidad con la que aprendemos lo que nos interesa.


Cada día desfilan ante nosotros infinidad de oportunidades para aprender y progresar, pero no podemos percibirlas porque nos falta nivel de conocimientos y de experiencia. A medida que las personas adquieren conocimientos y experiencia, desarrollan una súper inteligencia, que ayuda a percibir el valor de las cosas y a encontrar soluciones eficaces.


El desarrollo nos permite acceder a un mundo superior que ya existe y está ahí, invisible, pero al alcance de la mano. Este mundo superior nos ofrece muchas oportunidades para aprender, crecer, ser más libres y más felices; por lo cual, lo más inteligente que podemos hacer, es invertir tiempo y esfuerzo en aprender a observar y profundizar en el valor real de las cosas


Lo que bien se observa, bien se comprende, bien se aprende, bien se expresa, bien se conserva y bien se recuerda. La capacidad de observar es un hábito que se aprende con ejercicio e interés.
El mundo es un libro abierto que sirve de poco para quienes no saben observar ni entender el significado de las cosas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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