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Editorial 587

 


Peligros de la híperactividad

 

En la mitología griega la diosa Armonía personificaba la concordia, el equilibrio, el orden y la unidad.


En la naturaleza todo se rige por leyes. Una de estas leyes es la Ley de Armonía. Cada "elemento" sólo tiene significado en la medida en que se relaciona con el todo. Según esta ley, todo coopera ordenadamente al plan natural, cumpliendo el papel correspondiente a su naturaleza y grado evolutivo.


En la naturaleza las cosas tienen el mismo ritmo que tenían hace millones de años, pero el ser humano vive un proceso de evolución que se acelera cada día, lo que obliga a renovarse y actualizarse constantemente. Cuando las personas viven actualizadas no tienen dificultad para adaptarse al ritmo de los cambios y vivir en armonía consigo y con la sociedad, pero, cuando pierden el ritmo, son desbordadas por las exigencias de la vida y condenadas a vivir en una hiperactividad permanente.


La ley de armonía aplicada al cuerpo humano estriba en la justa cooperación de cada órgano al buen funcionamiento general del mismo, lo cual se traduce en salud.


La ley de armonía aplicada a la vida social exige que cada individuo sea fiel a su propio desarrollo y además cumpla una función social. La armonía social supone la necesidad de un principio de orden superior que sea capaz de conciliar los intereses de todas las personas.


Entre la armonía y el caos existe una gama de estados intermedios. El objetivo es alejarse del caos y acercarse a la máxima armonía. El caos desde el punto de vista humano significa: desorden, fracaso, frustración; mientras que la armonía significa: desarrollo, equilibrio, eficacia, éxito, felicidad.


La humanidad ha vivido en crisis permanentes. El camino de la historia, desde sus orígenes hasta hoy, está regado de sangre y no hay que hacerse ilusiones pensando que algún día sonarán las trompetas de la paz definitiva. La Ley de Polaridad o Ley de Los Contrarios nos recuerda que la vida es una lucha sin tregua en todos los aspectos; lo importante es alejarse del caos y avanzar lo más posible hacia la armonía personal y social.


La Ley de Armonía preside la vida de los seres humanos y según esta ley, sólo quienes funcionan de acuerdo a las leyes naturales que rigen la evolución, pueden alcanzar sus objetivos de forma exitosa. Los demás están condenados a vivir en medio de las crisis y del caos.


La hiperactividad es una enfermedad de los tiempos modernos. Es un trastorno de conducta de origen neurológico. Se caracteriza por la tendencia habitual a vivir sobre estimulado y a actuar de forma impulsiva.


Un adulto hiperactivo es una persona que padeció trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en la infancia y conserva algunos de los síntomas típicos de déficit de atención, hiperactividad e impulsividad. Esta clase de hiperactividad afecta a un porcentaje pequeño de personas, 5%, pero además de la hiperactividad ocasionada por trastornos de origen neurológico, existe también una hiperactividad de tipo social, causada por la forma de vida actual, caracterizada por la prisa, la angustia, la competencia y el estrés.


La hiperactividad social es un fenómeno que se inició con la aparición de la industrialización; momento en el que se pasó de la economía agraria que funcionaba al ritmo de la naturaleza, a la economía industrial, que funcionaba al ritmo de las máquinas, y en donde el tiempo tenía un valor importante. ("Time is money") y la producción era el objetivo esencial.


La globalización, las necesidades creadas y la competencia, han incrementado las exigencias laborales y los seres humanos se han convertido en simples piezas del gran robot industrial, tecnológico, económico y social. Esta dinámica tiende a crecer y las personas se sienten desbordadas.


Existen cientos de enfermedades laborale", ocasionadas por la presión laboral y por la híper actividad.


Las presiones laborales también son causa de numerosos suicidios. En la empresa Telecom se han suicidado más de 80 personas en los últimos años, y, a pesar de todas las medidas tomadas en el 2009 se suicidaron 25 personas y en el 2010 se suicidaron 23 personas.


Hoy sabemos que más del 70% de las enfermedades son de origen psicosomático. Cuando las personas no expresan su energía de forma natural, cuando se sienten presionadas y desbordadas por las situaciones, entonces, la energía física y mental no fluye de forma natural y trastorna el buen funcionamiento de la mente y del cuerpo, dando origen a enfermedades de tipo psicosomático.


La hiperactividad es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social; es decir, que existen factores biológicos, genéticos, psicológicos, socio-culturales y familiares que favorecen la hiperactividad.


La única forma de evitar la hiperactividad de tipo laboral, consiste en tomar conciencia del daño irreversible que causa, capacitarse y desarrollarse como persona para funcionar por encima de las dificultades y controlar los aspectos importantes de la propia vida. Se trata de ser independiente y autosuficiente a nivel laboral, económico, social y mental. Mientras dependamos de alguien (personas, empresa o sociedad) estaremos condenados a vivir con incertidumbre, angustia, temor y estrés.


La hiperactividad es una prueba de que las cosas no funcionan bien, por lo que está relacionada con problemas y falta de eficacia. Las personas hiperactivas suelen ser inseguras, angustiosas, problemáticas, desorganizadas y poco eficaces.


No hay que confundir ser dinámico con ser hiperactivo. Una persona dinámica actúa de acuerdo a un plan, controla sus ideas, emociones y movimientos y es eficaz; mientras que, una persona hiperactiva es nerviosas, inestable, actúa de de forma dispersa y es poco eficaz.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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