Editoriales

Editorial 586

 


Peligros de la excesiva información

 

Los conocimientos se multiplican en progresión geométrica y la información fluye a gran velocidad. Es tal la dinámica de las cosas y tanta la información, que el cerebro humano se ve desbordado y no tiene tiempo ni capacidad para procesar tanta información.


Google, gracias a la tecnología disponible en su buscador, ha analizado miles de listados de libros provenientes de bibliotecas, librerías, museos, editoriales, etc. y después de eliminar todos los registros duplicados, llega a una cifra aproximada de 129.864.880 de libros diferentes, además de los miles de libros que se editan cada día, sólo en España se editan unos 100.000 libros cada año.

 

A esta información hay que añadir la prensa escrita, revistas, programas de televisión, radio, conversaciones, etc.


El cerebro humano posee una capacidad inmensa, pero tiene unos límites, por lo cual es importante evitar saturarlo, sobre todo, de información basura.


La excesiva información es un obstáculo para la fluidez del pensamiento y para la creatividad. La "sobrecarga informativa" hace que la búsqueda de información resulte lenta y difícil. La comprensión está en proporción indirecta a la extensión. "Quien mucho abarca, poco aprieta.


Lo ideal es tener una mente bien organizada con ideas esenciales bien definidas. El dramaturgo Corneille decía, hace más de tres siglos: "Es preferible una mente bien formada que una mente muy informada"


Existen personas con mucha información pero con poco criterio y escasa creatividad.


Es importante comprender la diferencia que existe entre información, conocimiento y sabiduría.


1. La información proporciona datos elementales sobre las cosas.
Hoy tenemos mucha información de todo tipo. La información, en sí, es buena. La información es la base para aprender, progresar y evolucionar. El problema surge, cuando las personas son desbordadas por la información, debido a que no tienen capacidad para procesarla, ni criterios para seleccionar los datos que les conviene para aprender y progresar.


La información no es conocimiento. En la actualidad las personas tienen mucha información sobre las cosas y sobre los acontecimientos, pero les sirve de poco, debido a que no sacan enseñanzas o aplicaciones para la vida. La información queda en simples datos descriptivos.


2. El conocimiento ofrece una visión más profunda de las cosas, da a conocer su naturaleza, características y funcionamiento, es la base del progreso.


Gracias al conocimiento los seres humanos “dominamos” la naturaleza.
Todos estamos conscientes de que el conocimiento significa poder y progreso y que la verdadera competencia de la vida se da en el campo del pensamiento; por esta razón las empresas compiten por tecnología de avanzada y cada día adquieren más importancia la escuela, el colegio y la universidad.


Para que el conocimiento sea poderoso, necesita estar estructurado, es decir: bien comprendido y organizado en esquemas y mapas mentales, de modo que fluya con rapidez y precisión.


Sin embargo, el conocimiento en sí, sólo genera progreso material, y, si bien crea las condiciones para una mejor calidad de vida, no la garantiza, a menos que vaya asociado a la sabiduría, es decir, a los principios y valores que sirven para controlar y orientar la conducta humana.


Hoy disponemos de conocimientos y de progreso suficiente para que en todo el mundo existiera una calidad de vida excelente, pero lo que vemos es otra cosa muy distinta: ignorancia, pobreza, violencia, injusticia y explotación.


El conocimiento por sí sólo nunca resolverá el problema humano si no va acompañado de la sabiduría.


No debemos confundir progreso con evolución. Progreso es lo que logramos a nivel materia, lo que tenemos y Evolución es lo que somos, lo que valemos como persona.


3. La sabiduría está relacionada con los principio, con los valores y con la experiencia; enseña el valor real de las cosas, el sentido de la vida y el arte de vivir.


Para los filósofos griegos, sólo los sabios podían ser libres y felices, porque eran los únicos que conocían la verdad y el bien, y, por tanto, podían actuar de forma correcta. De esto, hace más de dos mil años. Hoy, nosotros, cegados por la soberbia de los grandes avances científicos y tecnológicos, estamos muy lejos de este pensamiento griego. Vivimos como locos, obsesionados por construir un mundo de fantasía que puede terminar como la torre de Babel.

La excesiva información, sobre todo, la información basura, produce personas vacías, superficiales, sin ideas, con poca capacidad de análisis, sin criterios propios y con escaso sentido común, lo cual genera infantilismo, inmadurez e irresponsabilidad.

Muchas personas son adictas al Twitter, al Facebook, al Chateo, a los videos juegos y otras muchas formas de redes sociales. Hoy las personas, sobre todo los jóvenes, están en todo, pero a la hora de la verdad no están en nada serio. Carecen de proyecto propio y viven a la deriva, esperando hacia dónde se mueve la sociedad.

El presente es inseguro y el futuro incierto, debido a que nuestra vida carece de consistencia. Necesitamos basarnos en ideas valiosas, criterios claros, valores consistentes y sabiduría. Estos elementos no son antiguos ni modernos, son eternos, y sobreviven a los siglos y a las generaciones, porque no dependen de las modas del momento ni de la voluntad de los hombres.
Existen por derecho propio.

Existe una tendencia generalizada a sobrevalorar lo moderno, como si sólo por el hecho de ser moderno fuera bueno y valioso. En realidad, los aspectos esenciales de la vida y de las cosas son siempre los mismos; sólo cambian las formas, las cuales, por cierto, son efímeras. Lo esencial siempre permanece.


Conclusiones
La esencia de la evolución está en el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia; es decir en el conocimiento y en los valores, por lo cual, la mejor forma de tener una mente organizada, fluida y eficaz, consiste en seleccionar sólo ideas importantes.


La evolución humana se acelera cada día y la información fluye y se multiplica, de modo que, la única solución para funcionar al ritmo de la vida y no perder el tren del futuro consiste en aprender a procesar, seleccionar y organizar las ideas con rapidez. Y, puesto que el cerebro procesa en base a un código verbal, se impone el desarrollo de un vocabulario amplio y rico.


Más importante que tener mucha información es tener una mente formada, es decir, cultura general y criterios claros sobre los aspectos fundamentales de la vida. La cultura y los criterios proporcionan una visión superior, desde la cual se pueden comprender mejor las cosas.


La cultura y los criterios ayudan a renovarse y a mantenerse siempre actualizado.


No es necesario saber de todo, pero sí es necesario saber lo esencial de las cosas importantes.
Ve a lo esencial de las cosas, a lo que perdura, y evita ser esclavo de la moda, de lo superfluo, de las necesidades creadas y de lo pasajero.


A medida que pasan los años, sólo queda lo que forma parte de ti, lo que es consistente. Muchas personas se siente vacías porque se han alimentado de cosas superfluas.


Es importante tener un plan de lectura y el hábito de leer. Cada vez que lees activas tu cerebro y lo reorganizas a un nivel superior.


La sociedad genera mucho desgaste mental, por lo cual, necesitas fortalecer todos los días tus ideas, sentimientos, principios, valores y proyectos con lecturas nutritivas.

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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