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Editorial 573

 


Siempre tendrás problemas

 

Es importante entender y aceptar que la ley de la vida es lucha, competencia y evolución. Por no entender esta ley desde la infancia, tratamos de evadir el esfuerzo y las responsabilidades, sin percatarnos que con ello estamos labrando nuestra desgracia.


Desde niños nos exigen muchas cosas sin enseñarnos a comprender las razones verdaderas por las que debemos estudiar, ser disciplinados, perseverantes, honestos responsables. En consecuencia, nunca internalizamos el deber, la disciplina y la responsabilidad.


En estas condiciones resulta difícil madurar, tomar conciencia del valor real de las cosas y asumir las responsabilidades. Esta es la razón por la cual las personas son inmaduras, mediocres e irresponsables y se crean sus propios problemas.


Somos hijos de una sociedad represiva que inhibe la espontaneidad, la inteligencia y la creatividad, lo cual limita nuestras capacidades para triunfar en la vida.


Hoy, todo el mundo habla de democracia y de derechos humanos, pero somos poco democráticos y respetamos poco los derechos de los demás, lo cual nos convierte en seres problemáticos y conflictivos. Al no funcionar bien como personas, tampoco funcionamos bien como sociedad.


Como la vida es una lucha constante contra los propios enemigos internos (ignorancia, temor, egoísmo, pereza y libertinaje) y contra los enemigos externos (competencia, crisis, etc.) debemos estar conscientes de que siempre tendremos problemas. Problemas que vienen de dentro y problemas que vienen de la sociedad; de modo que, los problemas, la angustia y la incertidumbre serán nuestros compañeros de viaje.


Por dónde comenzar a resolver los problemas


Las conductas humanas son reflejo de la forma en que funcionamos, por tanto, si queremos que las cosas cambien, tenemos que comenzar por cambiar nosotros. Si seguimos haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, obtendremos lo mismo que hemos obtenido. Para que cambien las cosas necesitamos cambiar nuestra actitud mental. Necesitamos aprender a controlar nuestras ideas, sentimientos, reacciones y decisiones, porque todo lo que pensamos y hacemos nos marca para toda la vida.


Los problemas no surgen por generación espontanea. Los problemas tienen un proceso. Son el resultado de decisiones erróneas o de omisiones.


Los seres humanos cometemos muchos errores desde la infancia, como consecuencia de una educación deficiente, que no desarrolla en nosotros la inteligencia, la conciencia, la disciplina, la creatividad, la perseverancia, etc. En consecuencia, no estamos a la altura de las dificultades; por esta razón, estamos condenados a luchar durante toda la vida en resolver problemas, en pagar deudas contraídas con la vida desde la infancia, en vez de trabajar en proyectos creativos y sentirnos protagonistas de nuestro destino. La mayoría de las personas se sienten atrapadas en problemas que les impiden crecer y ser libres y felices.


Las personas y la sociedad invierten más del 90% del tiempo y de la energía en resolver problemas de supervivencia, en vez de invertir en proyectos de desarrollo. Mientras las personas y la sociedad no se liberen de los problemas e inviertan más dinero, tiempo y energía en desarrollo, jamás podrán resolver sus problemas.


Según Covey: "Ningún problema puede resolverse desde el nivel en el cual se ha generado" por tanto, para resolver los problemas es necesario evolucionar.


Los problemas surgen cuando las cosas no funcionan bien, cuando se quebrantan las leyes naturales, cuando se falta a la verdad, a la lógica, a la justicia y al amor.


Nuestras conductas dependen de hábitos que hemos adquirido a lo largo de los años. Los hábitos son estructuras mentales subconscientes que determinan la dirección de nuestra vida. En cierta forma, nuestra suerte ya está echada. Somos esclavos de los hábitos que hemos creado. Los hábitos mandan. Sin embargo, somos libres y siempre tenemos el poder de rectificar.


La vida es un proceso de crecimiento y evolución, lo cual supone vencer obstáculos y resolver problemas. Los problemas se convierten en estímulos que nos obligan a sacar lo mejor de nosotros, por tanto, lo grave no son los problemas que podamos tener en la vida sino nuestra incapacidad para resolverlos.


Al margen de las circunstancias que puedan haber influido en nuestra vida, somos inteligentes y libres, y, por tanto, responsables de nuestro desarrollo, y, por ser seres sociables y pertenecer a una sociedad que nos ha dado mucho, también somos responsables del buen funcionamiento de la sociedad. El egoísmo y la indiferencia causan muchos problemas sociales que nos afectan de muchas formas.


Cada persona es lo que ha hecho de sí y tiene lo que merece en atención a la forma en que se ha desarrollado.


No podemos hacer nada para cambiar el pasado, pero sí podemos abrir los ojos y conocer las claves verdaderas para lograr el éxito verdadero, la paz verdadera y la verdadera felicidad.


Los problemas se deben a falta de desarrollo y de adaptación; por tanto, no pierdas tiempo en resolver problemas porque no terminarás nunca. Trabaja en superarte y los problemas desaparecerán como por arte de magia.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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