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Editorial 562



Cuáles son tus posibilidades de éxito


1. Imprime esta página y sigue las pautas que te indicamos.


2. Toma un lápiz o bolígrafo y colócalo a unos 40 centímetros de altura respecto de la hoja.


3. Observa las cuatro dianas.


4. Cierra los ojos y traza una cruz sobre las cuatro dianas de modo que el punto en el cual se cruzan las dos líneas quede dentro del círculo central de cada diana.


5. Abre los ojos y comprueba los aciertos. El resultado es válido únicamente cuando el punto en el cual inciden las dos rayas de la cruz queda dentro de la diana pequeña.


6. Coloca de nuevo el lápiz a una altura de 40 centímetros. Observa la ubicación de las dianas.

Cierra los ojos e intenta de nuevo.


7. Intenta por tercera vez.


8. Una vez terminado el test ve a Autoevaluación. Al final de esta página

 

 

 

 

 

 

Autoevaluación

 

 

 

 

Esta prueba sirve para medir tu honestidad, y, en consecuencia, tus posibilidades de éxito en la vida.

 

Seguro que has tenido la tentación de abrir los ojos pero se ha impuesto tu honestidad. Si es así, te felicito, eres honesto; pero, si has abierto los ojos, tienes un problema serio. Nadie te estaba observando; no tenías necesidad de engañar y menos aún de engañarte a ti mismo, lo cual resulta absurdo.

 

En esta prueba es posible acertar una vez. Es muy difícil acertar dos veces. Es imposible acertar tres veces. Lo importante del test es que deja al descubierto tu honestidad o tu falta de honestidad.

 

La honestidad es condición para triunfar en la vida. Te ayuda a ver las cosas con objetividad, a juzgarlas con lógica y a resolverlas con la verdad y la justicia por delante. Este es tu modo de ser y lo expresas de muchas formas, aunque no te des cuenta de ello y los demás lo perciben y confían en ti.

 

La honestidad genera confianza en ti mismo y también en los demás. La honestidad no es una conducta que abunde en la sociedad actual, debido a que las personas, por temor o por interés, tienden a fingir, a ocultar sus verdaderas intenciones y a engañar. Con esta actitud no se llega lejos.

La honestidad preside la vida de los verdaderos triunfadores. La razón es muy simple: Cada persona depende de la calidad de su trabajo, de la calidad de su estudio y de de la calidad de sus sentimientos. Podemos engañar a los demás y, hasta podemos engañarnos a nosotros mismos, pero nadie puede engañar a la naturaleza, la cual, tarde o temprano hace justicia, aunque nadie se entere de cuándo, dónde ni como.


Sobre la mentira no se puede construir nada duradero.

 

La honestidad está muy relacionada con la ética y con la dignidad; es decir, con el respeto a la verdad, con el respeto a sí mismo y con el respeto a los demás. La honestidad, como otros muchos valores, jamás pasa de moda y constituye la estructura de la personalidad; sin ella, todo se viene abajo. Recuerda, nadie puede robarte tu dignidad, pero puedes perderla por causa de ti mismo.

 

“La ética (honestidad) enseña que existen principios básicos para vivir con efectividad y que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una verdadera felicidad, cuando aprenden esos principios y los integran en su conducta”. Stephen R. Covey.

 

La honestidad es activa y exige capacitarse constantemente en muchos aspectos para ser eficaz en la acción; por tanto, la honestidad está reñida con la pereza y con la mediocridad. No es suficiente con ser "bueno", es necesario hacer algo por sí mismo y por los demás. Tú no existirías, ni serías libre, ni podrías disfrutar de tantos bienes y oportunidades como te ofrece la vida, si muchos millones de personas honestas no hubieran luchado durante miles de años por construir un mundo mejor.

 

Ser honesto es simplemente ser inteligente y hacer bien las cosas porque, en definitiva, tu éxito y su felicidad dependen de la calidad de tus ideas, de la calidad de tus sentimientos y de la calidad de su conducta.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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