Editoriales

Editorial 561

 


Medalla de oro, de plata o de bronce

 

La competencia es la ley de la vida. Compiten las plantas por la luz, por el espacio y por los nutrientes. Compiten los animales y también los hombres. La competencia es un mecanismo de selección natural que garantiza la supervivencia de los más capaces.


Necesitamos tomar conciencia de que vivimos en un mundo presidido por la Ley de Competencia. Necesitamos ser competitivos y desarrollar espíritu de superación, pero debemos evitar la competencia compulsiva y el deseo imperioso de ganar siempre.


El cuerpo y el espíritu no pueden vivir en tensión permanente, necesitan descanso y distracción.


A los Juegos Olímpicos de Londres 2012 han asistido 10.500 deportistas de 204 países. Estos deportistas han tenido que competir en sus respectivos países y han necesitado superar las marcas mínimas establecidas por el comité organizador, de modo que, todos los participantes merecen una medalla en atención a sus méritos. Pero en la vida se impone la Ley de Selección, por lo cual, sólo un reducido número de deportistas obtendrá una o más medallas. Pero, además, la selectividad llega a tal punto, que sólo un atleta en cada disciplina logrará la medalla de oro. Existe también la medalla de plata y la medalla de bronce para los deportistas de nivel inferior. Quienes ganen medalla serán recordados en los anales del deporte, los demás pasarán al olvido.


A simple vista parece absurdo invertir tanto tiempo, tanta energía, tanto esfuerzo y tantas ilusiones en proyectos deportivos en los cuales sólo una mínima parte de los deportistas logra alzarse con la medalla; pero las cosas cambian si consideramos que el valor del deporte está más allá del logro de medallas.


El deporte es una escuela para salud del cuerpo y de la mente, para el desarrollo de los valores humanos (esfuerzo, constancia, paciencia, fortaleza, superación, honestidad, humildad, control de las emociones, resistencia a las frustraciones, etc.)


El deporte enseña el arte de vivir, enseña a ganar y a perder, enseña a ser humilde en la victoria y digno en la derrota.


Las personas deportistas suelen ser buenas personas, están acostumbradas a lograr las cosas en base a esfuerzo y dedicación, lo cual es muy importante en una sociedad que se rige por la ley del menor esfuerzo. El espíritu de superación adquirido en los entrenamientos genera una actitud y una forma de ser que se transfiere a todos los aspectos de la vida, por lo cual, el deporte es un premio en sí.


La verdadera victoria no es contra los demás sino sobre sí mismo. Se trata de la victoria sobre la ignorancia, la pereza, el egoísmo y el temor. Si ganas esta batalla, podrás lograr casi todo lo que te propongas en la vida.


Muchos deportistas se irán de los Juegos Olímpicos con una sensación de fracaso, y no es para menos, porque los juegos han sido la culminación de sueños e ilusiones alimentados durante años. Quienes logren una medalla lo recordarán con satisfacción durante toda su vida, pero, si bien las medallas son importantes, porque son la confirmación de la valía personal, más importante es la estructura mental de lucha y de superación que han desarrollado, motivados por alcanzar la victoria.
El espíritu deportivo es una forma de ser que marca para toda la vida y ayuda a lograr objetivos en todos los aspectos.


A medida que pase el tiempo, cicatrizarán las heridas y quedará en la mente de todos, el recuerdo agradable de haber pertenecido al grupo de los elegidosy de haber participado en los Juegos Olímpicos.


Ahora bien, qué medalla de (Oro, Plata o Bronce) te asignas en la competencia de la vida a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual.


Tus Juegos Olímpicos duran toda la vida y tienes tiempo para entrenarte y superar tus propias marcas.


Beneficios del ejercicio y del deporte


Fortalece la estructura ósea y muscular.


Aumenta la capacidad pulmonar, el flujo sanguíneo y la resistencia al cansancio.


Ayuda a drenar las toxinas físicas y mentales.


Reduce las tensiones, la angustia, la depresión y el estrés.


Refuerza la autoestima y produce una sensación de salud, de paz, de armonía y de bienestar.


Aumenta la capacidad de concentración y la creatividad.


Incrementa la resistencia, la agilidad y los reflejos físicos y mentales.


Mejora la calidad de vida y es un antídoto contra el envejecimiento físico y mental.


Recuerda que, el espíritu deportivo es una forma de ser que marca para toda la vida y ayuda a lograr objetivos en todos los aspectos. "Mente sana en cuerpo sano"


Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus