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Editorial 548

 

Lenguaje mortal

 

Investigadores de la Universidad Cornell en Nueva York, EE.UU. analizaron el lenguaje de 52 criminales, 14 de ellos estaban diagnosticados como psicópatas. El objetivo del análisis era detectar patrones verbales que delataran su condición de "depredadores sociales"

La psicopatía es un trastorno mental caracterizado por una marcada conducta antisocial y por la incapacidad del individuo para sentir culpa o empatía hacia las personas.

Durante el desarrollo del estudio cada criminal describió su crimen, después fueron analizadas las grabaciones a través del Sofware Wmatrix, utilizado para el análisis y comparación lingüística, y el programa DAL (Diccionario de afectividad del lenguaje) que sirve para cuantificar las emociones en el lenguaje.

A diferencia de los asesinos comunes se descubrió que los psicópatas utilizaron más descripciones de tipo causa-efecto (porque, para,...) indicando que sus acciones "eran necesarias" para cumplir con determinados objetivos. Hablaban más en tiempo pasado y su expresión era poco natural y poco fluida. Por otra parte hicieron hincapié en sus necesidades físicas, tales como sexo, comida o dinero.

Los asesinos comunes, por el contrario, hablaron más sobre necesidades sociales, como la familia, la religión, etc.

En vista de los resultados obtenidos, los investigadores sugieren utilizar este tipo de examen en cualquier clase de comunicación. Puede ser una herramienta eficaz para conocer las tendencias psicológicas de las personas.

El código utilizado por el cerebro es verbal. El cerebro procesa en base a lenguaje, por lo cual, el lenguaje programa la mente, nutre la mente y determina las conductas. Los seres humanos pensamos, soñamos y creamos en base a un lenguaje interno, por tanto, el lenguaje es un código que expresa la realidad profunda de las personas. "Habla joven para poder conocerte" Sócrates.
"De la abundancia del corazón habla la boca" Mat. 12, 34

De lo dicho se desprende que, todo proceso mental se realiza a través de un lenguaje. El lenguaje, las ideas, los sentimientos y las acciones van de la mano. De aquí la importancia de utilizar siempre un lenguaje asertivo. El lenguaje nos modelan día a día, de forma lenta pero profunda.

El lenguaje es más peligroso que las balas. Por de pronto, la violencia es precedida por un lenguaje violento que activa los peores instintos del ser humano. Por otra parte, las balas matan el cuerpo, pero las palabras pueden matar el alma.

Cuánto bien y cuánto mal podemos hacer con nuestras palabras.

Aplicaciones

Tus peores enemigos están dentro de ti (ignorancia, pereza, egoísmo, indisciplina, libertinaje, lenguaje negativo...)

Los seres humanos poseemos un poder mental inmenso que puede llevarnos a la gloria o hundirnos en el fracaso, depende de la dirección que le demos.

Existen muchas personas fracasadas que pudieron triunfar a lo grande si se hubieran programado en positivo y existen muchas personas exitosas que pudieron hundirse en el fracaso, sin embargo, tomaron la dirección correcta, aprendieron a controlar su lenguaje, su pensamiento, sus sentimientos y sus decisiones.

La palabra es un arma de doble filo, puede herir y matar o puede sanar.

Observa el lenguaje de las personas y saca tus propias conclusiones. Como las personas no cambian sustancialmente, conociendo su lenguaje, conoces su espíritu, sus valores y sus posibles comportamientos.

La mejor forma de fortalecer el espíritu y de ponerse a valer, consiste en leer temas de desarrollo humano y relacionarse con personas positivas, emprendedoras, evolucionadas y felices.

Aléjate de las personas mediocres, frustradas, resentidas y de quienes viven quejándose, culpando y criticando, porque su actitud y su lenguaje son altamente contagiosos. No te hagas el valiente ni te creas invulnerable. Los seres humanos somos débiles y tenemos muchos talones de Aquiles.

Es importante estar alerta y desarrollar sensibilidad para detectar esta clase de personas, pero es necesario estar más alerta aún, para detectar otra clase de personas que actúan de forma sutil, las cuales utilizan un lenguaje aparentemente lógico e inofensivo, pero tremendamente venenoso, debido a que pasa desapercibido, pero genera angustia, duda y temor, respecto de asuntos importantes de la vida.

En otras épocas las personas utilizaban un lenguaje respetuoso, pero hoy, pulula por todas partes un lenguaje vulgar, grosero, soez, ramplón,... que se está apoderando del espacio social y de la mente de las personas, y, puesto que las personas hablan como son y son como hablan, la situación no es muy esperanzadora.

Puesto que el lenguaje influye en la programación personal y en la programación de la sociedad, somos responsables de la forma en que hablamos.

Son especialmente responsables los padres, educadores y autoridades, porque son la imagen de los valores y de las conductas ejemplares que deben servir de modelo a la sociedad.

Las injusticias, los odios, la violencia y las guerras que observamos en el mundo son producto del odio y de la violencia que hemos sembrado en el corazón de los hombres a través de un lenguaje ofensivo, hiriente y violento. "Quien siembra vientos cosecha tempestades"

Los efectos positivos o negativos del lenguaje recaen primero sobre la persona que lo produce y después sobre las personas que lo escuchan.

Existen personas resentidas y frustradas que necesitan liberarse a través de un lenguaje ofensivo. Son personas que no soportan el éxito de los demás y sienten la necesidad imperiosa de agredir a través del insulto, de la descalificación y de la ofensa. Es una forma de matar simbólicamente al "enemigo"

Los mayores valores de la evolución son el desarrollo de la conciencia y del lenguaje; por tanto, el mayor obstáculo para el desarrollo, la convivencia social y la evolución es el lenguaje vulgar y agresivo. No hay que confundir libertad de expresión con lenguaje vulgar. La vulgaridad es una degeneración, y, como tal, tiende a destruir todo a su paso.

Así como existe un lenguaje mortal, existe un lenguaje salvador. Hoy existen diversas terapias que ayudan a superarse a través de la programación verbal.

Bernhardt descubrió que el sistema nervioso puede, por medio de repeticiones constantes establecer un patrón de conducta subconsciente, capaz de producir verdaderos milagros.

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.