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Editorial 544

 


Sé flexible y consistente como el bambú

 

"Cuando una persona está viva, es blanda y flexible. Cuando está muerta, se vuelve dura y rígida. Cuando una planta está viva, es blanda y tierna. Cuando está muerta, se vuelve marchita y seca. Por ello, lo duro y lo rígido son compañeros de lo muerto: lo blando y lo flexible son compañeros de lo vivo. Así pues, un ejército poderoso tiende a caer por su propio peso, al igual que la madera seca está lista para el hacha. Lo grande y poderoso será colocado abajo; lo humilde y débil será honrado"
Lao Tsé. Tao Te Ching, LXXVI.

 

Las arañas sujetan las puntas de su tela en pequeñas plantas o ramas flexibles. Así, cuando el viento sopla, su tela no se rompe, pues su base no es rígida. La tela se balancea, pero no se rompe. ¡En la flexibilidad de sus bases está la firmeza!

El bambú es tan resistente que en muchos países asiáticos es utilizado para construir andamios de hasta 80 pisos de altura. Los anudan con cintas de plástico y el proceso de montaje y desmontaje llega a ser hasta 12 veces más rápido que el de los andamios convencionales.

El bambú es tan flexible que el viento puede doblar su tallo, de más de treinta metros, hasta tocar el suelo sin quebrarse.


No hay que ser duro para ser resistente. Ni ser flexible quiere decir ser blando.

 

Aplicaciones en la vida real.


A lo largo de la historia se han impuesto el poder, la fuerza, la rigidez, el autoritarismo, la represión y la violencia, y han subyugado los sentimientos, la verdad, la razón, el sentido común, la iniciativa... por eso estamos donde estamos después de más de tres millones de años de evolución.


El subconsciente de cada persona y el subconsciente colectivo están llenos de patrones rígidos que se transmiten de generación en generación a través de la educación familiar y de la presión social. Nos han robado lo mejor de nosotros, la espontaneidad, la creatividad y la alegría de vivir, y nos han contagiado de temor, de angustia, de egoísmo y de competencia.


Los seres humanos necesitamos ser educados en principios, valores, normas y disciplina, que nos ayuden a controlar los instintos, pero la forma en que nos han educado ha sido represiva y traumática, debido a que nuestros padres nunca realizaron un curso de psicología ni de pedagogía. Por esta razón, la estructura mental de las personas es rígida. No aceptamos ni toleramos a quienes piensan distinto. "Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” Einstein


Hoy, están cambiando las cosas, y, obligados por la dinámica de la globalización estamos haciendo ajustes en muchos aspectos para poder convivir y sobrevivir. Pero seguimos siendo rígidos, autoritarios, envidiosos, críticos, egoístas y poco solidarios.


La flexibilidad mental es mucho más que una habilidad, es una virtud que define un estilo de vida y permite adaptarse mejor a las presiones del medio. Una mente abierta tiene más probabilidades de generar cambios constructivos y mejorar la calidad de vida.


La mente flexible permite andar por la vida sin tantos traumas, permite vivir mejor y crecer como persona.


Si se busca en la tradición espiritual y la sabiduría antigua, se puede encontrar que el camino del medio es la propuesta de Buda, de Lao-Tse, de Confucio y de Cristo. "En el medio está la virtud" Aristóteles.

 

Un rasgo muy singular y definitorio de la inteligencia es su adaptabilidad, su flexibilidad, su capacidad para reconocer errores, rectificarlos, abrirse a nuevas experiencias, ser capaz de superar ideas y prejuicios arraigados durante años y entender otros puntos de vista, situaciones nuevas, etc.
El poder mental es casi cuantitativo. La flexibilidad mental es más sutil, es cualitativa, muy difícil de imitar.


La rigidez mental es la consecuencia de traumas y conflictos internos de los cuales no tenemos conciencia porque son subconscientes; mientras que la flexibilidad mental está relacionada con la salud mental y con el buen funcionamiento.


La rigidez está asociada con la represión mental, lo cual limita nuestras capacidades y hace difícil el éxito, la adaptación, la convivencia y la felicidad. Por el contrario, la flexibilidad está relacionada con la intuición, la creatividad, la libertad, el buen entendimiento, el éxito y la alegría de vivir.


Tanto la flexibilidad como la rigidez mental son hábitos que consolidamos día a día, a través de nuestras ideas, sentimientos y decisiones. De aquí la importancia de trabajar para ser como el bambú, flexible y consistente.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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