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Editorial 509

 


Lavado de cerebro y control mental

 

Muchas veces se utiliza el término "lavado de cerebro" como sinónimo de "control mental". Sin embargo, los dos procesos son muy diferentes y no deben ser confundidos. El control mental no es un lavado de cerebro.


El lavado de cerebro es típicamente coercitivo. El sujeto sabe desde el primer momento que está en manos del enemigo y que no tiene ninguna alternativa. Los malos tratos y la tortura, terminan por doblegar su moral.


Tal vez el caso de lavado de cerebro más famoso de los últimos tiempos sea el de Patricia Hearst, heredera de un imperio periodístico de Estados Unidos. Patty fue secuestrada en 1974 por el Ejército Simbiótico de Liberación (ESL), una pequeña secta política con métodos terroristas. Patricia fue encerrada durante semanas en un armario a oscuras, privada de alimentos y violada. Posteriormente, pareció convertirse en miembro activo del grupo. No aprovechó las oportunidades que tuvo para escapar y participó en el robo de un banco, delito por el cual fue condenada y encarcelada. Por desgracia, fue juzgada por un juez y un jurado ignorantes que no comprendieron su situación.


El método coercitivo no cuenta con un porcentaje de éxitos muy elevado. Tan pronto como el individuo se aleja de sus secuestradores y vuelve al entorno familiar, los efectos tienden a desaparecer. El ESL tuvo éxito con Patty Hearst porque le dieron una nueva identidad como "Tania". La convencieron de que los del FBI tenía orden de disparar en cuanto la vieran. Creía que su seguridad estaba en permanecer junto al grupo más que en buscar la liberación.


El control mental es más sutil y retorcido. Quienes lo practican son considerados como amigos o compañeros, de forma que el sujeto no está tan a la defensiva. Colabora con sus controladores y les suministra información privada sin saber que la utilizarán en su contra. El nuevo sistema de valores es interiorizado en la estructura de una nueva identidad.


En el control mental hay muy poco o ningún abuso físico. Por el contrario, los procedimientos hipnóticos se combinan con dinámicas de grupo para conseguir un fuerte efecto de adoctrinamiento. El individuo es engañado y manipulado para que acepte las órdenes impartidas. Casi siempre, el individuo responde positivamente a lo que le hacen.


El control mental es ejercido en ciertos grupos y sectas induciendo a sus miembros a un estado de trance, a través de largas sesiones de adoctrinamiento. Las repeticiones y el forzar la atención son buenos métodos para inducir al trance. Con los individuos en estado de trance, los líderes sin escrúpulos pueden implantarles creencias irracionales y conductas aberrantes y manejarlos como robots para fines inconfesables.


Milgram escribió: "La esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona llega a verse a sí misma como el instrumento que realiza los deseos de otra persona, y, en consecuencia, no se considera responsable de sus propias acciones".
Los componentes básicos del contro l

Los componentes básicos del control mental señalados por el psicólogo León Festinger, en lo que se conoce como la "Teoría de la disonancia cognoscitiva" son:
1. El control del comportamiento.
2. El control del pensamiento.
3. El control de las emociones.
4. El control de la información.


Festinger explica en su teoría de la disonancia cognoscitiva que un individuo puede tolerar sólo una cierta discrepancia entre sus pensamientos, sentimientos y acciones, que en definitiva son los componentes de su identidad. La teoría de Festinger propone, y numerosas investigaciones han venido a darle la razón, que si uno de estos tres componentes se modifica, los dos restantes cambiarán para reducir la disonancia.


Según Festinger, el individuo necesita mantener un orden y un sentido en su vida. Necesita que exista cierta congruencia entre sus ideas y su conducta. Si por cualquier motivo su comportamiento cambia, también cambian sus valores con el fin de mantener el equilibrio. Lo importante es saber que las sectas y las personas o grupos de control, crean deliberadamente las disonancias entre sus adeptos y las utilizan para cambiar sus ideas, valores y comportamientos, y, de esta forma controlarlos mentalmente y utilizarlos para sus fines.

1. Control del comportamiento


El control del comportamiento del individuo incluye el control de su entorno, el lugar donde vive, la ropa que viste, lo que come, las horas que duerme, así como su trabajo y otras acciones que realiza. Se le indica lo que tiene que hacer, cuándo tiene que hacerlo y cómo tiene que hacerlo.

2. Control del pensamiento


Incluye un adoctrinamiento tan profundo para incorporan un nuevo sistema de lenguaje, de ideas, de actitudes, etc. La persona debe aprender a manipular sus propios procesos de pensamiento y adaptarlos a las pautas recibidas.
Se suprime la capacidad crítica y se aceptan las ideas impuestas como única verdad, absoluta e indiscutible. El control mental vuelve a las personas autómatas y las hace actuar como zombis.
Esta táctica se utiliza de muchas formas en política para fanatizar a los adeptos, de modo que pierdan su capacidad crítica y obedezcan ciegamente a sus líderes. Las personas fanatizadas quedan subyugadas por sus líderes y están dispuestas a complacerles aún a costa de su vida.

3. Control de las emociones


El miedo y la culpa son las herramientas más poderosas para mantener a la gente bajo control. La culpa es, con toda probabilidad, el arma emocional más sencilla y eficaz que existe para conseguir la sumisión. Además nuestra mente está cargada de infinidad de grabaciones de miedo y culpa, grabadas en la infancia a través de una educación represiva. Estudios realizados en Estados Unidos indican que de 10 mensajes que envían los padres a sus hijos, nueve son represivos de alguna forma; de modo que la mente de los individuos está abonada para funcionar por el temor y la culpa.


Se enseñan a redefinir los sentimientos. Ahora el éxito y la felicidad no está en el desarrollo personal, ni en la satisfacción de las propias necesidades, ni en un proyecto personal. Está en seguir las órdenes del líder, en reclutar el máximo número de individuos, en donar una buena cantidad de dinero y en luchar por la causa, sin pensar si esta es justa o inmoral.
La lealtad y la devoción son, entre todas, las emociones más respetadas.


A menudo, se mantiene a los individuos en constante incertidumbre y desequilibrio.

La técnica más efectiva para el control emocional es la implantación de fobias. Con ellas se consigue que los individuos experimenten una reacción de pánico ante la idea de desertar, pues han sido adoctrinados, les han dicho que si se marchan se encontrarán perdidos e indefensos,... También les han dicho que deben unirse como una piña y trabajar juntos, pues, si se rompe la unidad, quedarán a la deriva en una sociedad hostil,... Esta táctica se utiliza en las sectas y en todas las agrupaciones dominadas por el fanatismo


Las fobias inducidas eliminan la posibilidad psicológica de que un individuo decida abandonar el grupo. Si las emociones de una persona caen bajo el control de un grupo, acto seguido lo harán sus pensamientos y su comportamiento.

4. Control de la información


La información es el combustible que utilizamos para que nuestra mente funcione correctamente. Niégale a un individuo la información que necesita para emitir un juicio acertado y será incapaz de hacerlo.


Cuando se le niega a alguien el acceso a la información crítica, se le despoja también del mecanismo interno que necesita para procesarla. El control de la información tiene un impacto devastador. Convierte a las personas en "zombis"


El control de la información también se extiende a todas las relaciones. Todos sabemos del control y vigilancia a que eran sometidas las personas en los regímenes comunistas, y cómo hoy, los regímenes totalitarios tratan de amordazar la libertad de expresión.


Gracias a las redes sociales, la información pulula por todo el mundo y, al final, todo sale a la luz; sin embargo, existen demasiadas trampas a nivel político, jurídico, comunicacional, social,... capaces de controlar la información, y, por tanto, de controlar la mente de las personas, por lo cual, necesitamos estar muy atentos para no dejarnos manipular por las opiniones de las personas, de la prensa, de la televisión, etc. y, sobre todo, mantener una actitud crítica y mucho sentido común.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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