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Editorial 499

 


Cómo reconstruir una vida, una nación, un matrimonio...

 

Reconstruir una vida supone que antes hubo una destrucción; de modo que, la reconstrucción requiere crear estructuras nuevas, comenzando por las estructuras mentales. "Todo cambio se inicia en la mente"


Ahora bien, como dice Covey: "Ningún problema puede resolverse desde el nivel en el que se ha creado" Toda quiebra humana se debe a que se ha perdido la capacidad de lucha. Es como una empresa que ha quebrado. No puede surgir, a menos de que se le brinde ayuda desde fuera. Sin embargo, los seres humanos podemos apelar a nuestras reservas de creatividad para salir adelante. Muchas personas han surgido de sus cenizas como el ave Fénix.


En toda destrucción quedan ruinas, dolor, frustración y desánimo. Es necesario aprender la lección y olvidar cuanto antes para poder seguir adelante.


La vida no se detiene y saca de circulación a quienes no funcionan. Por esta y otras razones, es necesario aprender a manejar las emociones y las frustraciones, y celebrar que estamos vivos y que tenemos reservas suficientes para reconstruir nuestra vida.


Lo más difícil de reconstruir es la fe, la confianza y la autoestima. En estos casos, es necesario apoyarse en los valores humanos y en el sentimiento de la propia dignidad. De aquí la importancia de cultivar a lo largo de la vida principios y valores, porque ellos son un aval en tiempos de crisis.


El conocimiento, la experiencia, la disciplina y la creatividad son fundamentales para salir a flote en situaciones de crisis; por lo cual, previendo que en la vida ocurren muchos imprevistos, es bueno desarrollar con tiempo estas capacidades, por si algún día llama a nuestras puertas la adversidad.
Casi todo problema humano tiene solución si sabemos encontrar la respuesta correcta.


Toda quiebra humana se debe a un error en el enfoque de la vida; por lo cual, la solución está en encontrar el enfoque correcto.

Cómo reconstruir un país

Dicen que cada país tiene el gobierno que se merece, y así es. A veces los pueblos son "buenos" y tienen gobiernos malos. No es suficiente con ser un pueblo "bueno" es necesario tener actitud, carácter, personalidad y decisión.


La ignorancia y la ingenuidad llevan a un país a la ruina. Sólo un pueblo culto es libre, y, sólo un pueblo libre es culto; por lo cual, para reconstruir un país necesitamos sembrar en la mente de sus habitantes conocimiento y libertad.


Si le preguntas a un constructor, te dirá que es más fácil construir una vivienda nueva que reconstruir una vivienda deteriorada. Por la misma razones es más fácil construir un país nuevo que reconstruir un país en la ruina.

Un país llega a la ruina, cuando colapsan: el Gobierno, las instituciones, las empresas, las familias y las personas. Un país se arruina cuando el pueblo no tiene capacidad para reaccionar a tiempo y poner las cosas en su lugar.


La reacción se produce únicamente cuando las cosas llegan a un punto álgido que amenaza la existencia, pero, a veces, la reacción llega tarde, debido a que el poder establecido ejerce el control total. Rusia tardó 70 años para "liberarse políticamente" del comunismo; pero necesitará de 50 a 100 años para liberarse de las secuelas mentales que dejó.


El país lo formamos todos y lo construimos entre todos, por lo cual, es fundamental que cada persona conozca su función en la sociedad y se sienta orgullosa de formar parte de ella y de colaborar para el progreso y el bienestar.


El egoísmo y el individualismo atentan contra el buen funcionamiento de la sociedad. Ambas conductas son señales de subdesarrollo mental y de poca evolución. Por tanto, para construir un país, necesitamos comenzar por desarrollar la conciencia cívica y entender que somos sujetos de derechos y deberes. Tenemos derecho a todo lo que nos permite la ley y tenemos el deber de cumplir lo que exige la ley. Además tenemos el deber de velar porque se respeten los derechos de los demás y porque los demás cumplan la ley. En este sentido somos muy indiferentes. No defendemos a los débiles, ni nos enfrentamos a quienes trastornan el orden social. "El mundo no está en peligro por las personas malas, sino por aquellas que permiten la maldad" Einstein


Muchas personas tienen tantos problemas personales que es muy poco lo que pueden hacer para construir el país, por lo cual, la mayor responsabilidad recae sobre las personas más desarrolladas. Al final, es una minoría de personas, capaces y creadoras , la que impulsa la evolución de las empresas, de los países y del mundo entero. El resto, la masa social, es mediocre y carece de capacidad y de poder para cambiar las cosas.


El hecho de que tú estés leyendo este tema, se debe a que eres una persona bastante evolucionada, por lo cual, debes implicarte de alguna forma en la reconstrucción del país. De este modo, además de ayudar a la sociedad, te ayudarás a evolucionar tú mismo, pues, nada ayuda tanto a evolucionar como lo que se hace por los demás.


El poder de las minorías es una realidad que se da en todos los ámbitos de la vida. En el reino vegetal, las plantas más fuertes se apoderan del espacio, de los nutrientes y de la energía solar. En reino animal, el pez más grande se come al más pequeño. En el campo humano, los más poderosos y los más astutos se imponen a los demás.


Lo ideal sería que los poderes: económico, político y social, estuvieran asociados a la verdad, a la justicia, a la honestidad y a otros valores de la evolución, entonces estaríamos hablando, no sólo de progreso, sino también de evolución. Pero en la sociedad actual vemos cómo los poderes político, económico y social están disociados de los valores de la evolución, de modo que, el progreso no garantiza el desarrollo de las personas; en consecuencia, no garantiza la justicia, ni el bienestar personal y social. De aquí la importancia de construir el país comenzando por la construcción de las personas.
En cada época encontramos nombres de personas importantes que han sobrevivido al tiempo porque sus ideas y sus obras abrieron caminos hacia el futuro, y, gracias a estas personas hemos progresado y hemos evolucionado y hemos llegado a donde estamos.


Las minorías creadoras son los verdaderos líderes del mundo. Su liderazgo deriva de su desarrollo y creatividad. Es algo que nace de dentro y que se irradia, transformando todo lo que tocan. Una sociedad sin líderes se siente desorientada y abatida, debido a que la sociedad en sí es mediocre y carece de capacidad para progresar y para evolucionar. Por esta razón, cuando te encuentres con un líder del progreso material o del desarrollo humano, respétalo, admíralo, aprende de él y dale tu apoyo.


Los problemas del mundo no de deben tanto a los monopolios de las minorías que controlan los poderes económicos o políticos, sino a la mediocridad de la sociedad y a su incapacidad para generar soluciones y para hacerse respetar.


Lo mejor que puedes hacer por tu país es evolucionar, contagiar a los demás de tu entusiasmo y ser parte de la solución.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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