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Editorial 493

 

 

Catarsis



La palabra catarsis proviene del griego kátharsis , significa purificación. Es una palabra descrita por Aristóteles como la purificación emocional, corporal, mental y religiosa. Aristóteles consideraba que los espectadores de las tragedias, experimentarían la purificación del alma y de las pasiones mediante la experiencia de compasión y de miedo.


Según Aristóteles, la catarsis es la facultad que tiene la tragedia de redimir o purificar al espectador de sus propias bajas pasiones, al verlas proyectadas en los personajes de la obra y al observar el castigo merecido e inevitable que sufren las personas como consecuencia de sus errores.


Al involucrarse en la trama, la audiencia puede experimentar dichas pasiones junto con los personajes, pero sin temor a sufrir sus verdaderos efectos. De modo que, después de presenciar la obra teatral, cada espectador se entenderá mejor a sí mismo, y no repetirá la cadena de decisiones que llevaron a los personajes a su trágico final.

En las tragedias clásicas, el motivo principal del infortunio es casi siempre el orgullo desmedido que hace a los mortales creerse superiores a los dioses, o que no los necesitan ni les deben honores.


El orgullo es considerado como el más grave de los defectos, y la causa fundamental de todos los infortunios.


De este modo, la tragedia también enseña al espectador, sobre los valores de la religión clásica y de la vida ajustada a la verdad y al bien. La catarsis es, pues, el medio por el cual los espectadores pueden evitar los vicios y errores que conducen a un fin trágico.


La catarsis es un tema muy amplio, profundo y complejo, por lo cual, vamos a tratar de simplificar las cosas, con el fin de obtener aplicaciones prácticas y concretas para la vida.


Los seres humanos hemos evolucionado, pero seguimos siendo animales con instintos poderosos que pugnan por expresarse. Los instintos no tienen conciencia ni moral, por lo cual, necesitamos controlarlos. En esto juega un papel importante los principios, valores y la disciplina recibida a través de la educación.


Un ser humano sin ninguna educación tendría un comportamiento exactamente igual al de un animal.


La catarsis supone una higiene mental. La higiene mental tiene por objeto liberar la mente de ideas y de sentimientos negativos. De las ideas, temores, complejos, culpas y prejuicios que paralizan. Esta carga de "desechos mentales" se convierte en un peso muerto que nos impide avanzar. Como es lógico, resulta difícil desembarazarse de estos contenidos porque se apoyan en principios y valores aceptados como absolutos e indiscutibles y en costumbres consolidadas. Esta es la razón por la cual, la gente se resiste al cambio. Sin embargo, la ley de la vida es: "Adaptarse o morir"; de modo que, la higiene mental es una necesidad de supervivencia que exige liberarse constantemente de lo negativo; pero nadie puede liberarse de los contenidos negativos si no introduce otros contenidos superiores que tomen el control de la mente.


Las conductas humanas están determinadas por hábitos. Los hábitos son estructuras mentales profundas, consolidadas a lo largo de los años. Las personas tienden a aferrarse a los hábitos, porque son las únicas formas de conducta que conocen para sobrevivir, pero la vida evoluciona y se impone una rectificación constante para adaptarse a los nuevos ritmos.


Vivimos en una sociedad mediocre y bastante enferma, desde el punto de vista mental, y, como lo malo se pega con mayor facilidad que lo bueno, es conveniente elegir las mejores circunstancias a nivel de ideas, valores, personas, sentimientos y decisiones.


En medio del desorden y de la confusión que reina en este mundo convulsionado, existen unas constantes (principios, valores y conductas) que han sobrevivido a lo largo de la historia y se imponen como claves del éxito y nos indican las pautas a seguir


La catarsis o higiene mental, debe estar dirigida a seleccionar ideas, sentimientos, lenguaje, conductas y calidad de vida, pues ellos son los principales agentes que modelan nuestra personalidad, poco a poco, pero de forma profunda y determinante; por lo cual, debemos estar atentos para controlar todos los factores que influyen en nuestra vida.


La dinámica del cerebro es muy poderosa, y, una vez establecidas las premisas, se desencadena el proceso mental correspondiente. Esta es la razón por la cual, muchas personas quieren cambiar y no pueden o les cuesta mucho; se debe a que tienen grabadas programaciones negativas que desconocen, las cuales dificultan el cambio. Pero el ser humano es siempre libre y tiene poder para introducir programaciones positivas que vayan tomando el control de la mente.


La mejor forma de mantener limpia la mente consiste en ser una persona asertiva; en tomar sólo lo bueno de la vida; entender que el mundo está bien hecho; que las personas son como son y que todo sucede por una razón; lo único que podemos hacer es tratar de cambiar las circunstancias para que ocurra lo mejor, y, la primera de las circunstancias que debemos cambiar es nuestra propia persona. Se trata de tener principios y valores sólidos y ser creativo y fluido en la acción.


Muchas personas pasan la vida entera tratando de eliminar defectos y ocurre que, cuanto más los combaten, más se afianzan, por la sencilla razón de que se convierten en centro de atención. La forma más eficaz de limpiar la mente consiste en ser proactivos; es decir, en trabajar siempre en positivo y aceptar las cosas como vienen, cambiando lo que se puede cambiar y aceptando lo que es inevitable.


Es importante entender que todo se rige por leyes, y, por ley de Causa y Efecto, somos el resultado de lo que hemos pensado, de lo que hemos amado u odiado y de lo que hemos decidido durante toda la vida. Dentro de unos años seremos el resultado de lo que hagamos en adelante.


La clave está en aprender a controlar ciertos pensamientos que generan temor, angustia... y cultivar otros que generan fe, paz... Lo que significa alejarse de todo lo que contiene discordia, competencia, violencia, falsedad y crear un mundo interno y externo en el que reine la armonía. Es necesario nutrirse todos los días con lecturas, pensamientos, espiritualidad... porque la sociedad genera mucho desgaste.

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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