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Editorial 491

 


Respeta el ritmo de tu cuerpo y de tu mente

 

En la naturaleza todo tiene un ritmo: El átomo, las olas, el crecimiento de los seres, el cerebro, el corazón. Este ritmo es natural y sincronizado; hace que la energía fluya sin esfuerzo y alcance su objetivo.


El ritmo es la forma acompasada, armoniosa, libre, fácil y relajada de hacer las cosas. El ritmo establece la adecuada sincronización de todas las funciones y de los movimientos.


El ritmo es el ingrediente fundamental de los buenos hábitos. La eficacia de los buenos hábitos radica en que, al eliminar los movimientos inútiles, la acción adquiere ritmo, velocidad y control; lo cual supone ahorro de tiempo y de energía. La energía es el elemento esencial de toda acción. Todo se mueve gracias a energía. Cuanto mayor es la energía, mayor es el poder de la acción. Hay cosas que sólo se pueden lograr cuando la persona posee alto nivel de energía física y/o mental. Cuando la energía es escasa sólo se pueden lograr objetivos de poca monta; de aquí la importancia de alimentarse bien, descansar y hacer ejercicio, con el fin de mantener el cuerpo y la mente en condiciones óptimas de funcionamiento.


Cada persona debe conocer su cuerpo y adaptarse a su ritmo. Existen momentos de alta energía, entusiasmo y creatividad que deben ser utilizados para resolver asuntos complejos e importantes. Resulta inútil intentar resolver asuntos complejos cuando la persona se siente cansada o angustiada, pues no están dadas las condiciones de energía, concentración y creatividad y la mala experiencia dejará más cansancio y más angustia. Es necesario tener paciencia y esperar el momento oportuno o crear las condiciones favorables.


El ritmo determina la calidad de las creaciones humanas. La calidad del baile, de la música, de la pintura, de la escultura, de la arquitectura, de la oratoria, de la escritura, del deporte, etc. está determinada fundamentalmente por el ritmo de los movimientos, de las líneas, de las formas, de la expresión, de los procesos...


El ritmo es mucho más que el compás externo, está sobre todo, en la sincronización de la energía mental. La sincronización se logra cuando funcionan bien todos los elementos que participan en la acción y se apoyan mutuamente en el logro del objetivo. Por ejemplo. El ritmo en el estudio se logra cuando la persona está motivada, segura y concentrada; cuando tiene capacidad para comprender con facilidad, sabe seleccionar lo importante y puede reducirlo a su mínima expresión.


Según la Ley del Ritmo, las personas sólo pueden lograr el éxito y la felicidad cuando crean las condiciones necesarias para actuar con eficacia.


El ritmo depende de numerosos factores: energía, ejercicio, descanso, motivación, organización de la mente, capacidad procesadora, creatividad, cierta independencia laboral, solvencia económica, autoestima, equilibrio mental, criterios claros, valores, etc. La razón está en que, toda acción humana es un producto integral en el que participa la persona como un todo. Todo influye en todo. Un problema en cualquiera de los aspectos señalados entorpece los procesos mentales y repercute en el ritmo y en la calidad de lo que hacemos.


Cómo controlar el ritmo del cuerpo y el ritmo de la mente


Cuando el cuerpo funciona de acuerdo a su ritmo natural, los procesos biológicos se desarrollan de forma fluida, generando un estado de bienestar.


Cuando los procesos mentales fluyen de forma natural, generan tranquilidad, paz, armonía, felicidad.


El arte de vivir está en sincronizar el ritmo del cuerpo y el ritmo de la mente, de forma que exista el bienestar del cuerpo y el bienestar mental, lo que se traduce en placer y felicidad.


Como el cuerpo y la mente se influyen mutuamente. "Mente sana en cuerpo sano" necesitamos aprender a controlar el cuerpo y a controlar la mente. El cuerpo lo podemos controlar a través del ejercicio, de la alimentación sana, del descanso y de ciertas técnicas de relajación. La mente la podemos controlar a través del pensamiento, de la relajación, de la autosugestión, de la programación mental, del cultivo de ciertos valores y criterios... y de otras técnicas de condicionamiento mental. En realidad, nuestras conductas superiores dependen de hábitos que hemos consolidado a través de los años.

Más del 70% de las enfermedades "corporales", la angustia, la depresión y el estrés, se deben a que hemos alterado el ritmo natural del cuerpo y de la mente. La mayoría de las personas son víctimas del estrés físico y mental


Conscientes de que la dinámica de la sociedad es incontenible, y de que se lleva por delante todo lo que no funciona, necesitamos encontrar la forma ser eficaces sin perder el control del cuerpo ni de la mente.


Cómo controlar el ritmo del cuerpo y de la mente


1. Comprender que la salud física y mental son lo más valioso de la vida. Cuando las personas comprenden esta realidad, encuentran la forma de proteger el cuerpo y la mente.


2. Conocer cómo funciona el cuerpo y cómo funciona la mente. Sólo conociendo cómo funcionan y lo que les conviene, podemos ayudarlos.


Esto supone:

- Elaborar un plan de alimentación sana y ser consecuente con él. En poco tiempo este plan de alimentación se internaliza y se convierte en un hábito alimenticio saludable y agradable.


A esto hay que añadir un plan de ejercicio físico para liberarse de las toxinas y para mantenerse en perfecto estado de funcionamiento.


También es necesario descansar lo suficiente, pues un cuerpo cansado no produce nada de caldiad. El sentir la energía es fundamental para triunfar. Todo se mueve con energía.

- Elaborar un plan de programación mental, orientado al desarrollo de sí mismo y a liberarse de numerosos paradigmas y de compromisos sociales que no conducen a nada. Se trata de ser libre por dentro y por fuera. Se trata de funcionar de acuerdo a un proyecto personal, de establecer tiempos y ritmos propios y depender lo menos posible de los demás.


Muchas veces fracasamos porque son otros los que nos imponen los tiempos y los ritmos. El control del cuerpo y de la mente te permite actuar cuando están dadas las condiciones para ser eficaz, y, sobre todo


A medida que aprendas a encontrar tu propio ritmo físico y mental, cambiará tu vida. Uno ingrediente fundamental de la felicidad es sentirse libre por dentro y por fuera; es decir, vivir de acuerdo al propio ritmo.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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