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Editorial 473

 


Qué puedes hacer por ti y por la humanidad

 

Cada persona es como la semilla de un árbol que crece y da frutos; los frutos contienen semillas que darán origen a otros árboles. De forma similar, los seres humanos se multiplican y sobreviven en el tiempo.


Las ideas, los valores y los sentimientos también son como semillas que se transmiten de padres a hijos y avanzan hacia el futuro.


Las ideas y el espíritu de los grandes personajes del pasado, siguen vivos en la mente de las personas, y, aunque han muerto hace miles de años, siguen influyendo en nuestra vida.


Nuestros padres nos han transmitido ideas, valores y sentimientos que vienen desde muy lejos, se han transmitido de generación en generación, desde la prehistoria, a través del árbol genealógico.
Nuestros ancestros lucharon para dejar a sus descendientes un mundo mejor. En cierta forma, lo que somos se lo debemos a miles de generaciones que fueron evolucionando poco a poco a través de los siglos.


Nosotros somos la punta de lanza de nuestro árbol genealógico y tenemos el compromiso de honrar la memoria de nuestros ancestros, siendo dignos representantes. Ellos nos miran desde el pasado y esperan que demos la talla. También somos responsables de los hijos que vendrán, los nuestros y los hijos de los demás, porque, todos formamos el árbol genealógico de la humanidad. Estos hijos están esperando en el futuro y es nuestra responsabilidad dejarles un mundo mejor.


Lo expuesto sirve para fortalecer nuestro sentido de pertenencia a una familia extensa, que ha logrado sobrevivir a través de millones de años y ahora avanza hacia un futuro promisor. El sentido de pertenencia es muy importante, sobre todo en esta sociedad globalizada en la que las personas están perdiendo sus raíces y se encuentran a la deriva.


Qué es lo mejor que puede hacer una persona por sí misma


Lo más importante que puede hacer una persona por sí misma y por la sociedad es fortalecer el sentido de pertenencia a su familia, a su cultura y a sus valores, porque ellos constituyen el fundamento de la propia identidad, de la autoestima y de la dignidad, y, porque sólo a partir de esta experiencia interna, las personas tienen la motivación y la fortaleza para luchar por las cosas importantes de la vida.


Sólo las ramas que están unidas al árbol reciben la savia que fluye de las raíces. De aquí la importancia de la familia y de conservar una buena relación con todos los familiares.


También pertenecemos al árbol genealógico de la humanidad que nos nutre sin cesar. El sentido de pertenencia a la sociedad es también importante. Para que el sentido de pertenencia a la sociedad se fortalezca, necesitamos convertirnos en ciudadanos del mundo y abrir nuestra mente y nuestro corazón a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones y de todas las clases sociales.


Los jóvenes utilizan mucho la palabra "Ubícate". Creo que es importante ubicarse en la vida.
Ubicarse significa muchas cosas: Significa conocerse, saber con lo que se cuenta a nivel intelectual, económico, etc. y conocer las metas por las cuales vale la pena vivir y luchar.


Ubicarse significa saber dónde estás y a dónde debes llegar.


Ubicarse significa hacer todo lo necesario para alcanzar los objetivos.


Cuando el filósofo Sócrates preguntó al oráculo de Delfos por el principio de la sabiduría, el oráculo le respondió: "Conócete a ti mismo"


Sólo a partir del conocimiento de la propia realidad podemos construir nuestro futuro. Y, sólo a partir del conocimiento de los demás podemos relacionarnos de forma exitosa e influir en ellos.


Confucio, filósofo chino, siglo V a C, preocupado por la corrupción e inmoralidad que reinaba en su país se dedicó a predicar por los pueblos los principios de la verdad, la justicia y el bien, pero después de un tiempo se dio cuenta de que la gente seguía igual, por lo que decidió dedicarse a moralizar a sus familiares, en la creencia de que ellos sí le entenderían, pero tampoco asimilaron su mensaje. Al final, Confucio se dedicó a la superación de sí mismo. Es por aquí por donde debió haber comenzado, debido a que, lo que hacemos por fuera es reflejo de lo que somos por dentro. En la actualidad, Confucio es el guía espiritual del pueblo chino.


De todo lo expuesto podemos concluir que lo más importante que puede hacer una persona por sí misma y por la humanidad es ponerse a valer y ser la mejor persona que pueda ser, porque, más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro.


Los seres humanos somos pragmáticos, valoramos mucho el progreso y la eficacia e ignoramos que las verdaderas fuerzas que mueven el mundo son ciertas ideas, sentimientos y valores, que pasan desapercibidos para la mayoría de las personas; sin embargo, constituyen las fuerzas que impulsan la evolución.


La ignorancia de estas ideas, sentimientos y valores, impide programar la vida personal y social de forma correcta, dando origen a numerosos problemas que todos conocemos.


El anhelo de todo ser humano es la libertad y la felicidad; sin embargo, las personas están encadenadas al trabajo, a numerosas responsabilidades y a infinidad de necesidades creadas, que poco o nada tienen que ver con las verdaderas necesidades humanas. Las enfermedades mentales crecen en proporción directa con el progreso. Y las personas buscan fuera la felicidad que no encuentran dentro de sí. Algo anda mal.


Ni tú ni yo podemos cambiar el mundo, pero sí podemos comenzar por cambiar personalmente. Es lo único que podemos hacer por nosotros y por los demás.


Los seres humanos somos como una luz que sólo cuando se enciende comienza a iluminar y a medida que se hace más intensa llega más lejos.


¿Hasta dónde podrás llegar en la vida? depende de la intensidad de tu vibración; es decir, de tu conocimiento, de tu sabiduría, de tu bondad, de tu honestidad.


El valor de todas las personas buenas que existen en el mundo se une y constituye una fuerza que contrarresta la fuerza de las personas negativas. Gracias a estas fuerzas positivas invisibles, la humanidad siempre sale airosa en la lucha por la supervivencia.


Las personas buenas ayudan a la humanidad y las persona malas perjudican a todos los seres humanos, debido a que sus vibraciones contaminan el espíritu de la humanidad y son causa de problemas y sufrimiento, por lo cual son responsables, y la vida se lo cobrará de alguna forma, aunque las personas no se enteren de cuándo, dónde o cómo se lo cobra.


La Ley de Justicia exige que cada quién reciba lo que merece en atención a sus obras.


"He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz" Jorge Luis Borges


Estas palabras de Jorge Luis Borges indican lo mejor que puedes hacer por ti y por la sociedad:

 

Ser feliz. Ser feliz significa funcionar bien, de acuerdo a la Leyes de la Vida y emitir vibraciones de alta intensidad que se irradien en todas direcciones influyendo para bien en las personas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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