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Editorial 467

 


Si quieres ser feliz, haz el bien


¿Qué es el bien? Cada persona tiene un concepto muy personal del bien. Para el avaro, el bien es el dinero; para el esclavo, la libertad; para el enamorado, el amor; para el que sufre dolores, la salud.


Existen muchos bienes particulares de tipo material (cosas, riqueza) , intelectual (conocimientos), afectivo (familia, amigos), social (estatus, reconocimiento), moral (honestidad, paz) y espiritual (sentido transcendente de la vida)


Cada persona aspira a ciertas cosas, de acuerdo a la educación recibida, a la escala de valores que ha desarrollado y a sus necesidades y metas.


Las personas poco desarrolladas aspiran a cosas materiales que garanticen la supervivencia, y, a medida que evolucionan aspiran a valores de nivel superior.


Cada persona puede ser feliz en el nivel en que vive, si logra satisfacer las necesidades a las cuales aspira; sin embargo, las personas luchan por alcanzar niveles más altos, porque saben que existen valores superiores que dan mayor sentido a la vida; pero este deseo y esta lucha se ven truncados debido a que las personas están atrapadas en una dinámica mental y económica, de la que les resulta muy difícil liberarse.


El medio familiar en que nacen las personas determina el nivel en el cual les toca vivir, y, salvo algunas excepciones, repetirán la historia de sus padres. La razón está en que los padres programan la mente de sus hijos "a su imagen y semejanza" y la mente es la que determina las conductas. Tenemos el libre albedrío, pero ¿Qué puede hacer una persona con el libre albedrío si no tiene ideas de desarrollo entre las cuales elegir?


Y aquí entras tú. El hecho de tener internet y leer este tema, indica que eres una persona bastante evolucionada. Tal vez, no te des cuenta de ello, pero has tenido mucha suerte en la vida. Si hubieras nacido en una zona marginal serías mentalmente marginal y no tendrías acceso al conocimiento, al progreso ni a la libertad mental.


Todo esto que te ha dado la naturaleza, no es para que lo escondas o lo utilices de forma egoísta, es para que lo pongas al servicio de los demás. Lo que tenemos, lo debemos a millones de personas buenas y generosas que han dado lo mejor se sí para el que mundo sea un poco mejor.


La ignorancia, la pobreza y la violencia que sacude al mundo es producto del fracaso y de la frustración de las personas. Las personan sienten que han nacido para algo más que para trabajar y sobrevivir. Hay algo dentro de cada ser humano que anhela volar hacia la libertad.


En el fondo, las personas son esencialmente buenas y desean ser buenas y hacer el bien, pero todo se quedan en deseos. Es necesario comenzar a actuar y entender que, la mejor forma de crecer y de ascender a niveles superiores consiste en hacer el bien, en ayudar.


Muchas personas que trabajan en distintas ONG dan testimonio de cómo les ha cambiado la vida. No es necesario pertenecer a una ONG, ni es necesario ir a un país pobre. Cada día nos encontramos con personas de distintos niveles sociales que necesitan un saludo, unas sonrisa, un estímulo... para activar su parte positiva.


En mis tiempos jóvenes fui jefe de tropa scout y entre todos los recuerdos hay uno que me ha ayudado mucho. Todo scout contrae el compromiso de hacer una obra buena cada día. Con el tiempo se convierte en un hábito y en una forma de ser que trae muchos beneficios a quien hace el bien y a quien lo recibe, y, en consecuencia, a la sociedad entera.


Trata de hacer una obra buena cada día, puede ser un saludo o una idea. A veces es suficiente un estímulo o una idea para cambiar la vida de las personas.


Para quien vive en la oscuridad, es suficiente un fósforo para recordarle que existe la luz y puede avanzar hacia ella.


“Un soldado americano yacía gravemente herido en una pequeña isla de los mares del Sur durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando un soldado japonés se le acercó con la bayoneta calada, pensó que sería muerto y todo terminaría. Entonces, y de modo inconsciente, hizo la seña scout. Horas más tarde recobró el conocimiento. Seguía tirado en el suelo, pero comprobó con sorpresa que sus heridas habían sido curadas, y encontró junto a él una nota que decía: 'Yo soy el soldado japonés que trató de matarlo, pero su seña scout me recordó que también fui scout en mis años jóvenes. ¿Cómo podría haberlo yo matado? Yo le presté los primeros auxilios lo mejor que pude. Buena suerte"


"Después de la guerra el soldado americano visitó junto con su padre la oficina principal de los Boy Scouts de Estados Unidos (BSA), y contó esta historia y donaron el dinero para levantar un monumento al Espíritu Scout.


No necesitas ser scout, pero puedes adquirir el espíritu scout y tener una mente abierta a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones y de todas las clases sociales.


"Haz bien y no mires a quién" Al final, por Ley de Justicia, lo que diste, eso tendrás.


Hay muchas personas, más de las que imaginas, que, de forma callada ayudan a otros. Gracias a estas personas el mundo no termina en un desastre.


Pon la felicidad en esas cosas que forma parte de ti: ideas, valores y sentimientos, los cuales nadie te puede robar y que puedes llevar contigo a donde quiera que vayas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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