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Editorial 457

 


Por qué discutimos tanto


Cada ser humano es único, su estructura mental es única, su visión de la vida es única, sus vivencias son únicas, como también son únicas su forma de percibir las cosas y de reaccionar, por lo cual, es importante entender que los seres humanos tenemos distinto temperamento y distintas opiniones y nadie tiene derecho a imponer sus ideas a los demás.


Cada persona tiene sus razones para ser como es y para actuar como actúa, pero vivimos en sociedad y necesitamos entendernos a través del diálogo. El problema está en que, a veces el diálogo (lógica) no funciona y se cae en la discusión. La discusión se debe a que privan los intereses, el egoísmo y los sentimientos sobre la razón.


Es importante tomar conciencia de que lo que no se resuelve a través del diálogo, no se resuelve de ninguna otra forma. La discusión empeora las cosas.


La finalidad de la palabra es relacionarnos, convencer, persuadir y estimular, con el fin de aunar esfuerzos, pero no es fácil, debido a que cada persona tiene sus hábitos, su visión de las cosas, sus creencias, sus manías, sus complejos, prejuicios e intereses, lo que hace que las relaciones y la convivencia sean conflictivas. De aquí la importancia de aprender desde la infancia las técnicas del diálogo y de la negociación.


Los seres humanos nos comunicamos a través de la palabra, por lo cual, el problema de las discusiones parte de las palabras mal dichas o de las palabras mal interpretadas. Con frecuencia no escuchamos exactamente lo que dice el otro, sino que lo interpretamos a nuestro modo.


Realiza el siguiente ejercicio: Transmite un mensaje a una persona o a un grupo de personas y pide que lo repitan de uno en uno o que lo copien. Podrás comprobar que cada uno lo interpreta a su modo. Lo mismo ocurre si les pides que describan un suceso que han presenciado. Todos han visto el mismo suceso pero cada uno lo describe desde su perspectiva.


Las palabras tienen distinto significado y distinta carga emocional para cada persona, de acuerdo a la educación y vivencias que ha tenido en la vida; de aquí la importancia de conocer cómo piensa cada persona y cómo siente, para utilizar un código verbal y una actitud emocional que faciliten la comunicación.


Es conveniente cuidar las formas y evitar palabras y actitudes que hieran los sentimientos de las personas, porque éstas se pondrán a la defensiva, perderán la ecuanimidad y se llegará a la discusión.


Las personas pacíficas llevan la de ganar, porque se basan en argumentos que se imponen por su propio peso, mientras que, las personas discutidoras se dedican a acusar, criticar y descalificar, pero no aportan razones convincentes.


Las personas no discuten por asuntos ajenos a su vida. Discuten por asuntos que les afectan de alguna forma. Aunque hay personas que necesitan discutir por todo. La discusión es una forma de ataque y defensa. A través de la discusión defendemos nuestra seguridad, nuestros intereses y tratamos de derrotar a quien percibimos como una amenaza. La discusión es una forma de guerra en la que todos pierden.

En la discusión nunca se llega a un acuerdo debido a que no existe una confrontación de ideas sino de sentimientos.


Las discusiones más dañinas son las que se dan entre esposos y seres cercanos, porque dañan el amor, el respeto y la confianza y hacen difícil la convivencia.


La mayoría de los divorcios terminan por discusiones que no debieron comenzar o que debieron resolverse antes de que tomaran cuerpo.


Las discusiones no resueltas siguen activas por dentro, generando resentimiento y ganas de revancha, por lo cual, son altamente destructivas.


El perdón, la paciencia y la humildad pueden arreglar las cosas. Lo cual no significa aceptar abusos e injusticias, porque se perdería el respeto a sí mismo y el respeto de los demás.

Es importante aprender a conocer el estado anímico de las personas para evitar discusiones y conflictos. Cuando las personas están alteradas emocionalmente no escuchan razones, por lo que hay que saber esperar el momento oportuno.

Por qué discuten tanto las personas.


La angustia y el estrés hacen que las personas vivan a la defensiva y reaccionen de forma impulsiva ante cosas en momento de paz pasarían por alto o resolverían a través del diálogo. Donde hay mucha discusión hay problemas de fondo, angustia y frustración.


La discusión es un hábito adquirido. Hay personas que aprenden a resolver las cosas de forma pacífica, a través del diálogo, y hay personas que se caracterizan por ser discutidoras, belicosas o pendencieras. La educación familiar y el entorno social influyen en la actitud de las personas.
La injusticia y el abuso son los mayores detonantes de las discusión.

Para que cesen las discusiones es necesario eliminar las causas que las generan.

A nivel personal : Mejorar la autoestima y practicar las normas de educación.
A nivel social: eliminar las injusticias y los abusos y educar para la convivencia, el diálogo y la paz, porque, al final, el comportamiento humano es cuestión de educación.


Cómo evitar las discusiones.

El método YO gano y Tú pierdes.

Este método se basa en el abuso de poder. El más fuerte o astuto se impone por la fuerza, pero esta actitud genera resentimiento y es una invitación al desquite, por lo cual es causa de futuros conflictos.


2. El método YO pierdo y Tú ganas.

En este caso yo soy el que pierde, por la única razón de que soy más débil. Toda persona avasallada interioriza la defensa a través del resentimiento y espera el momento del desquite.


3. El método NADIE pierde.

Consiste en analizar la situación, teniendo en cuenta las necesidades de ambas partes y se busca una solución equitativa que beneficie a todos. Lo importante es resolver el conflicto de forma definitiva.

Los Mensajes Usted y los mensajes Yo


Los mensajes Usted
Cuando nos referimos a alguien con el mensaje: Usted es..; Usted debe...
nos estamos metiendo en su vida, lo cual es una forma de intromisión y de agresión.
La personas al sentirse agredida se pone a la defensiva, debido a que los mensajes Usted expresan crítica, culpa, distancia.

Los mensajes Usted son negativos, porque:
A nadie le agrada que le digan lo que debe hacer o dejar de hacer. Las
personas odian ser controladas.

Los mensajes Usted son pobres, porque soy yo quien necesita que la otra persona actúe, pero no tengo poder sobre ella para obligarle.

 

Los mensajes YO
Los mensajes Yo, son sinceros, directos y respetuosos. El receptor los percibe como "menajes amistosos" por lo cual, los acepta con facilidad.

 

Con los mensajes YO, solicitamos ayuda a las personas que están causando el problema. Este llamado de "buena voluntad" ayuda a que la persona reflexione y comprenda que tiene el deber de rectificar.


No es lo mismo decirle a alguien. "Tú eres irresponsable" lo cual suena a condena, hiere la dignidad y genera una reacción de defensa. En cambio, la expresión: "Yo creo que eres irresponsable" expresa respeto y a la vez es una invitación a rectificar.


Lo que no se resuelve a través del diálogo no se resuelve de ninguna otra forma


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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