Editoriales

Editorial 454

 


Ganar y aprender

 

Es importante ganar.


La pobreza y la ignorancia son los mayores males de la humanidad. Son dos formas de pobreza (pobreza física y pobreza mental ).

Muchos creen que la pobreza se resuelve con dinero pero no es así. Si se repartiera el dinero que existe entre todos los habitantes, en poco tiempo volvería a las manos de donde salió. La pobreza no es sólo cuestión de dinero, es también cuestión de mentalidad.

El dinero es un bien necesario para liberarse de la pobreza y muy útil para lograr buena calidad de vida y para ascender al desarrollo, pero necesita ser manejado con inteligencia.


Todos conocemos países y familias con grandes fortunas que terminan en la ruina por mala administración, por corrupción, por despilfarro, por falta de inteligencia.


Es importante ganar lo suficiente para tener una solvencia económica que nos asegure una buena calidad de vida y seguridad a futuro.; pero no es suficiente con ganar dinero, es necesario saber administrarlo e invertir, construir una imagen, generar confianza, hacer amigos y clientes y todo lo que puede contribuir a crear una estructura productiva.


Lo más importante no es la ganancia puntual sino la capacidad de seguir produciendo de forma indefinida.


La riqueza económica es importante, pues, la pobreza hace a las personas esclavas del trabajo y no les deja tiempo, ni energía, ni interés, para desarrollarse como seres humanos completos; pero las cosas más importantes de la vida como la autoestima, la amistad y la felicidad, no se pueden comprar con dinero; si así fuera, todos los ricos serían buenas personas e irradiarían felicidad. Por tanto, trabaja para ganar bien y tener buena calidad de vida, pero, sobre todo, trabaja para lograr esa riqueza interna que da plenitud a la vida, que forma parte de ti, que la puedes llevar contigo a donde quiera que vayas, y que, lejos de devaluarse, como pasa con todo lo material, se revalúa con el tiempo.


Es importante aprender.


"Si tienes dinero serás rico pero si tienes educación serás un señor"


Esta frase me la dijo el viglante de una clínica hace muchos años. Me llamó tanto la atención que la anoté y ahora la añado en mis escritos siempre que puedo, porque es convincente y en pocas palabras dice más que un discurso.

El vigilante me comentó que la leyó en un centro comercial y que le ha servido para orientar su vida. Hay personas a quienes una frase les cambia la vida, mientras que a otras no les cambia ni la Biblia entera.


Es importante progresar y ser solvente a nivel económico, pero "No sólo de pan vive el hombre" No es suficiente con llenar el bolsillo, los seres humanos también necesitan llenar el cerebro con ideas y el corazón con afecto.


Debido a mi trabajo, (Dictado de Cursos de Lectura, Oratoria y Liderazgo) hablo todos los días con muchas personas y observo que, más allá del aspecto académico de los cursos, buscan orientación, enfoque de la vida, motivaciones profundas.


La mayoría de las personas manifiestan que leen libros de desarrollo humano pero no logran cambiar. Esto se debe a que muchos libros de desarrollo humano se limitan a exponer ideas abstractas y teorías, no explican, no van al fondo de las cosas y no hacen aplicaciones prácticas a nivel de la vida real de cada día.


Hay muchas personas que ganan, pero no aprenden debido a que carecen de curiosidad y de espíritu de superación y se limitan a hacer todos los días las mismas cosas de forma repetitiva. Estas personas se van descapitalizando mentalmente, debido a que la sociedad evoluciona y ellas siguen ancladas a viejos hábitos y a viejos esquemas. Al ritmo que va la vida, en pocos años, quedarán fuera de circulación.


Es importante aprender algo todos los días, en distintos aspectos, pues, en la competencia de la vida sólo sobreviven los más capaces. La palabra clave es renovarse.


Qué aprender


Existen tres conceptos: Información, conocimiento, sabiduría.


La información proporciona datos elementales sobre las cosas.


El conocimiento ofrece una visión sobre las características y funcionamiento de las cosas, es la base del progreso.


La sabiduría está relacionada con los principio, con los valores y con la experiencia; enseña el valor de las cosas, el sentido de la vida y el arte de vivir.


Las tres clases de conocimientos son importantes, pero unos son más importantes que otros.


La información puede ser buena o mala. Hoy tenemos mucha información buena y mala. La información, en sí, es buena. Cuanta más información tengamos, más posibilidades tenemos de aprender, de progresar y de evolucionar. El problema surge, cuando las personas son desbordadas por la información, debido a que no tienen capacidad para procesarla, ni criterios para seleccionar los datos que les conviene para aprender y progresar.


La información no es conocimiento. En la actualidad las personas tienen mucha, mucha información sobre las cosas, sobre los hechos y sobre los acontecimientos, pero les sirve de poco, debido a que no sacan enseñanzas o aplicaciones para la vida. La información queda en simples datos estadísticos. Conocemos el cuerpo de las cosas pero no el alma.


El conocimiento ofrece una visión más profunda de las cosas, da a conocer su naturaleza, características y funcionamiento, es la base del progreso. Gracias al conocimiento los seres humanos “dominamos” la naturaleza.


Todos estamos conscientes de que el conocimiento significa poder y progreso y que la verdadera competencia de la vida se da en el campo del pensamiento, por esta razón las empresas compiten por tecnología de avanzada y cada día adquieren más importancia la escuela, el colegio y la universidad.


Sin embargo, el conocimiento en sí, sólo genera progreso material, y, si bien crea las condiciones para una mejor calidad de vida, no la garantiza, a menos que vaya asociado a la sabiduría, es decir, a los principios y valores que sirven para controlar y orientar la conducta humana.


Hoy disponemos de conocimientos y progreso suficiente para que en todo el mundo existiera una calidad de vida excelente, pero lo que vemos es otra cosa muy distinta: ignorancia, pobreza, violencia, injusticia y explotación. El conocimiento por sí sólo nunca resolverá el problema humano si no va acompañado de la sabiduría.


La sabiduría está relacionada con los principio, con los valores y con la experiencia; enseña el valor real de las cosas, el sentido de la vida y el arte de vivir.


Para los filósofos griegos, sólo los sabios podían ser libres y felices, porque eran los únicos que conocían la verdad y el bien, y, por tanto, podían actuar de forma correcta. De esto, hace más de dos mil años. Hoy, nosotros, cegados por la soberbia de los grandes avances científicos y tecnológicos, estamos muy lejos de este pensamiento griego. Vivimos como locos, obsesionados por construir un mundo de fantasía que terminará como la torre de Babel.


Necesitamos un poco de sabiduría. La sabiduría está relacionada con los principio, con los valores y con la experiencia; enseña el valor real de las cosas, el sentido de la vida y el arte de vivir.


A medida que las personas se hacen mayores tienen tiempo para reflexionar y adquieren una visión más sabia de la vida. Aprenden a valorar más la salud, la amistad y la familia. Son más comprensivas, tolerantes, pacientes y prudentes, y también más espirituales.


Este dato es una invitación y también un alerta, para que los jóvenes y no tan jóvenes aprendan a ser sabios desde ahora, no cuando hayan pasado muchos años y hayan perdido muchas oportunidades de ponerse a valer como personas.


Los seres humanos no necesitan saber todo, pero sí necesitan saber lo necesario para triunfar, para ser libres y para ser felices. Vivimos en una sociedad que tiene mucha información, poco conocimiento y escasa sabiduría, lo que da como resultado: Una sociedad mediocre.


La información, los conocimientos y los bienes materiales son importantes, pero, nadie puede asegurarlos; por eso, tu mayor riqueza eres tú mismo. Invierte en tu propio desarrollo para que puedas volar alto como el águila, y, si un día, por circunstancias de la vida, te visita la adversidad, puedas renacer de tus cenizas como el ave Fénix.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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