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Editorial 444

 


Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo

 

En la naturaleza todo funciona con un ritmo perfecto y sincronizado. En otras épocas el hombre funcionaba al ritmo de la naturaleza, pero, con la llegada de la revolución industrial, se impuso la tecnología y la mecanización del trabajo. Ahora, la máquina marca el ritmo y los seres humanos se han convertido en una simple pieza del gran robot económico.


El progreso, la globalización y la velocidad son signos de los tiempos modernos, pero el problema no está en el progreso, ni en la globalización, ni en la velocidad, sino en la incapacidad de las personas para armonizar las cosas.


La falla más importante de las personas que vienen a los cursos de "Súper Aprendizaje Alfa" es la lentitud mental y la falta de concentración. Con estas fallas no se puede ser altamente eficaz en nada.


El problema fundamental de la sociedad actual radica en que, todo funciona más rápido, y, si bien las personas se han adecuado, desde el punto de vista físico, al ritmo moderno, no ocurre lo mismo en el aspecto mental. Las personas siguen funcionando con esquemas mentales del pasado, sus procesos mentales son lentos, por lo cual, se ven desbordadas por la dinámica de la sociedad.


Esta situación hace que tengan que invertir demasiado tiempo y energía en el trabajo y que el producto de su esfuerzo sea de baja calidad. Como éste es el denominador común de la sociedad, lo aceptamos como válido.


El método de Lectura Veloz de Súper Aprendizaje Alfa, enseñamos a aprender en una hora lo que otros aprenden en cinco o en más horas. En realidad, no enseñamos a leer muy rápido sino a procesar con fluidez que es otra cosa muy distinta. El objetivo es organizar el cerebro para que funcione a nivel superior, con el fin de que perciba lo importante de las cosas de forma rápida y no pierda tiempo en procesar datos que carecen de valor. Esta habilidad el cerebro la aplica automáticamente a todos los aspectos de la vida. Se trata de desarrollar un cerebro más selectivo, lo cual está al alcance de todos.


Muchas personas desean superarse, pero no logran los cambios que desean, debido a que siguen funcionando con los esquemas mentales de siempre. Necesitan cambiar la dinámica del cerebro con ejercicios contra reloj , que enseñan a ir directamente a lo importante de las cosas. Esta dinámica ayuda a centrarse en lo importante de la vida y a liberarse de temores, prejuicios, culpas, preocupaciones y de infinidad de cosas inútiles.


Cuando una persona funciona a alto nivel, tiene tiempo para todo. Tiene un tiempo para cada cosa y hace cada cosa en el tiempo indicado; lo cual significa que, es dueño de su tiempo y de sus decisiones. Sabe prever y planificar las cosas y sabe crear las condiciones para que todo se dé en el tiempo indicado.

"Un tiempo para cada cosa" permite que el cerebro se concentre en el objetivo y lo resuelva con rapidez y eficacia. Cuando el cerebro tiene que prestar atención a varios objetivos, la energía mental se dispersa y carece de poder para resolver las cosas.


Muchas veces quedamos impresionados por la actividad frenética de ciertas personas y pensamos que son muy eficaces. En realidad, hiperactividad y eficacia no van de la mano.


"Quien mucho abarca poco aprieta" es un refrán muy sabio que nos invita a tener un orden en la vida y a centrarnos en lo que estamos. Todo tiene un proceso y es necesario respetar cada paso para llegar a feliz término.


El agite, la prisa, la avaricia y las expectativas exageradas son producto de la ansiedad y de la frustración. Indican problemas de enfoque que es necesario subsanar.


Cuando veo a tantos jóvenes y adultos, desorientados, moviéndose en todas direcciones sin saber por qué ni para qué, tratando de matar el tiempo en actividades que no conducen a nada, me pregunto: ¿Qué está pasando en el mundo, cuando hay tantas cosas importantes por hacer? y sólo me queda como respuesta un verso del poeta A. Machado: "A dónde el camino irá"


"Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo" significa: Responsabilizarse únicamente de lo que uno puede hacer. Lo importante no es cambiar el mundo sino cambiarse a sí mismo.


"Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo" nos invita a vivir de forma creativa y a disfrutar de la vida, a liberarnos de la dinámica de la sociedad y a encontrar nuestro propio ritmo.


"Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo" nos recuerda que, además de productores de cosas y de dinero, tenemos otras dimensiones: Afectiva, intelectual, social, moral y espiritual, que debemos atender para sentirnos plenamente realizados.


Al final, lo que importa no es tanto la cantidad de lo que hacemos o producimos, sino la calidad de lo que somos y la forma como influimos en las personas para que el mundo sea un poco mejor.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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