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Editorial 439

 


Oriegen de los males - la caja de Pandora

 

Zeus , al ver que Prometeo había robado el fuego del Olimpo para entregarlo a los hombres, se enojó y decidió castigar a los hombres. Ordenó a Hefesto, dios del fuego, crear una estatua de mujer que fuera deslumbrante por su belleza.


De este modo Zeus, bajo la apariencia de un bien, había creado un engañoso mal, al que llamó Pandora , a la cual, cada uno de los dioses le entregó un nefasto obsequio para los hombres.

Pandora fue enviada a la tierra y se dirigió a Epimeteo , hermano de Prometeo, llevándole una caja, regalo de Zeus. Epitemeo se enamoró perdidamente de Pandora y la tomó como esposa.


Epitemeo tenía la caja, regalo de Zeus, que no podía ser abierta, tal y como le había advertido Zeus a Pandora, pero, un día, la curiosidad pudo con Pandora y abrió la caja en la cual estaban encerrados todos los males. Hasta entonces la vida en la tierra había sido completa armonía, pero todo cambió cuando Pandora abrió la caja y liberó todos los males.


Pandora cerró la caja justo antes de que saliera la esperanza, y sobrevino una época de desolación general. Tras esto se dice que Pandora volvió a abrir la caja, liberando la esperanza, y, desde entonces, los seres humanos intentan afrontar las desgracias apoyándose en la esperanza.


Cuál es el origen de los males


Según este mito, el origen del mal es la conducta inmoral de los hombres, como es el hecho de robar el fuego del Olimpo, lo cual genera consecuencias negativas. Según la Biblia, el origen del mal está en el pecado.


A primera vista resulta incompatible la existencia del mal con la existencia de un Dios bueno y poderoso. Si Dios es bueno y poderoso, ¿Por qué permite el dolor, las injusticias...?


Dios, al crear al hombre libre, se comprometió a respetar su libertad. Pudo haber creado robots en vez de hombres y entonces el mundo sería "perfecto" pero frío e insensible. Dios prefirió crear al hombre, dotado de inteligencia, conciencia y libertad.


Ahora bien, si existe el mal, alguien tiene que haberlo creado. Si no ha sido Dios, habrá sido el demonio. Pero resulta absurdo pensar que Dios haya creado el mal y más absurdo aún, que haya permitido que el demonio lo haya introducido en su creación.


Para comenzar, el mal no es una realidad en sí; es decir, no existe.


El mal es un concepto que hemos acuñado para referirnos a todo lo que no funciona bien o consideramos negativo; por ejemplo: La pobreza , la ignorancia, la corrupción, as injusticia, la guerra, etc.


El mal no anda suelto. El mal está encarnado en los seres humanos y llena los espacios de su mente y de su corazón que deberían estar llenos de buenas ideas, de valores y de buenos sentimientos. De modo que, el origen de todos los males está en las personas. Son las personas las que generan los males. Todos somos portadores de alguna forma de mal. La prueba es que, donde no hay personas no existe ninguna forma de mal; por lo que, la única forma de acabar con los males que reinan en la sociedad es acabar con los males que habitan en el corazón de cada persona.


En la mente de cada persona hay una parte buena, capaz de amar y una parte oscura, que contiene la caja de Pandora. Como cada persona posee el libre albedrío, tiene el poder de cultivar la parte buena de su mente y derramar sobre el mundo: conocimiento, amor, solidaridad,...) o puede abrir la caja de Pandora y arrojar sobre el mundo todas su miserias: ignorancia, envidia, odio, resentimiento, traición...


El origen de todos los males es la ignorancia de la verdad y del bien. Las personas pueden tener muchos conocimientos intelectuales acerca de las cosas. Se trata de conocimientos materiales que ayudan a resolver los problemas de supervivencia, pero no los problemas profundos de la vida que son problemas de desarrollo y de evolución.


Las personas conocen muchas verdades sobre las cosas pero ignoran esa verdad que da sentido y plenitud a la vida. Poseen muchos bienes, pero se trata de bienes perecederos y pasajeros; carecen de esos bienes (sabiduría, desarrollo, libertad, felicidad...) que forman parte de uno y que nadie puede robar.


Existen muchos males que se ha acumulado a lo largo de la historia y constituye una deuda contraída con la vida que nos afecta a todos. Todos hemos contribuido a este mal y somos responsables del mismo; de aquí la obligación que tenemos de ser mejores personas.


Todo lo que hacemos, bueno y malo, tiende a multiplicarse, a transmitirse a otras personas y a perpetuarse en el tiempo. Es como semillas que se reproducen y sobreviven a través de miles de generaciones. De modo que, después de muertos estaremos influyendo en muchas personas. En cierta forma, algo de nosotros seguirá viviendo y transmitiéndose, de alguna forma, de generación en generación.


En la mente de cada persona hay una parte buena, capaz de amar y una parte oscura, que contiene la caja de Pandora y es la causa de todos los males.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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