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Editorial 426



De la abundancia del corazón habla la boca

 

Según la Ley de Vibración todo lo que sentimos y pensamos se expresa a través de vibraciones las cuales se expande en todas direcciones, influyendo, para bien o para mal, en las personas, comenzando por quien las emite.

Las personas vibran y, así como cada flor produce un olor característico, cada persona emite vibraciones que dejan al descubierto su realidad interna.


La palabra es la expresión de toda la persona. Cada quien produce las palabras de acuerdo a la clase de persona que es; por esta razón: "De la abundancia del corazón habla la boca" y "Digas lo que digas, sólo dirás lo que eres"

A través del lenguaje se puede conocer el estado de ánimo de las personas, sus sentimientos, su actitud, sus criterios, principios, valores, aspiraciones, su nivel cultural, su estatus social, etc.


Una persona capacitada sólo necesita escuchar durante unos segundos para saber quién es, cómo piensa, cómo se siente y cuál es su proceder de la persona. Nuestro lenguaje nos delata y deja al descubierto nuestra realidad interna.


Algunas vibraciones son percibidas de forma consciente por la gente, pero la inmensa mayoría son captadas a nivel subconsciente, desde donde actúan sobre la mente sin que tengamos conciencia de ello.


Muchas personas han desarrollado una habilidad increíble para embaucar a la gente a través de un lenguaje sutil; por lo cual, necesitamos desarrollar el sexto sentido para percibir las intenciones que se ocultan detrás de las palabras.


Vivimos en una sociedad que emite vibraciones de temor, angustia, competencia, desconfianza y agresividad. Si dejamos entrar esas vibraciones, nos iremos contaminando de las mismas enfermedades que aquejan a la sociedad. El antídoto son las vibraciones de signo positivo. Si vibras en positivo, nadie podrá causarte daño, pero si tienes miedo o dudas de tu poder, entonces te haces vulnerable. Para vibrar en positivo es necesario tener cierta calidad de persona, cultivar ideas, sentimientos, actitudes y conductas positivas


El lenguaje es mucho más que un código; forma parte de la estructura mental de la persona y de la sociedad. Es el elemento esencial de la cultura, de la historia y de la evolución. El lenguaje programa y condiciona la mente; por tanto, cuida tu lenguaje porque te modela día a día, de forma lenta pero profunda. Con tus palabras puedes hacer mucho bien o mucho mal. Puedes estimular al bien o puedes destruir la vida de las personas.

Si las personas supieran que en la vida de las persona actúa la Ley del Búmeran y que todo lo que sienten, piensan o hacen, se les devuelve potenciado, entonces se cuidarían un poco más, evitarían palabras e intenciones negativas y serían mejores personas.

Toda vibración negativa comienza por herir a quien la produce; de modo que, necesitamos ser honestos y bondadosos, no sólo por razones morales, sino por sentido común.
"El bien que haces a los demás te lo haces a ti mismo y el mal que haces a los demás te lo haces a ti mismo"


"De la abundancia del corazón habla la boca" El corazón representa ese lugar íntimo en el que la persona guarda lo más valioso de sí: El amor, la fe, la verdad, la amistad, la felicidad. ¡Ojalá que esto fuera así para todas las personas! Entonces el mundo sería un paraíso y cada persona se nutriría de la riqueza de los demás, pero las cosas son muy distintas. Hay personas que guardan en su corazón: odio, envidia, rabia y frustración. Su presencia contamina todo a través de su lenguaje y de sus acciones.


Contenido y Forma


Contenido y Forma son dos categorías filosóficas. Todo lo que existe tiene contenido y forma. El contenido es el conjunto de elementos que lo constituyen y la forma es su apariencia, el modo en que aparecen organizados los elementos.


Los seres humanos tenemos contenidos mentales y una forma de expresarlos. En la naturaleza existe congruencia entre el contenido y la forma. Las cosas son como son, no fingen, no aparentan lo que no son.


Pero en la realidad humana, no siempre existe congruencia entre el contenido y la forma.

Si bien es cierto que, de la abundancia del corazón habla la boca, también es cierto que las personas pueden fingir, mentir y traicionar, por medio de un lenguaje sutil y engañoso. La gente inventa máscaras, para ocultar sus sentimientos y sus intenciones, por lo cual, necesitamos ser más observadores y analíticos para detectar la congruencia o incongruencia del lenguaje, sobre todo, cuando están en juego nuestros intereses. Lo cual no significa desconfiar de las personas. Significa ser prudentes y no ingenuos.


Los pensamientos son decretos que tienden a convertirse en realidad , de aquí la importancia de seleccionar los pensamientos porque ellos modelan la personalidad y determinan el rumbo de la vida. Así como piensas así te sucede; por tanto, piensa bien y se te dará lo mejor. Sin embargo, no es suficiente con pensar, es necesario actuar y persistir en la acción. Los pensamientos negativos y el lenguaje negativo son los poderes más destructivos de la tierra.


De todo lo dicho concluimos que: es necesario controlar el pensamiento, los sentimientos, el lenguaje y las decisiones, porque ellos determinan nuestra forma de sentir, de pensar y de actuar. Somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hablamos y lo que hacemos. De aquí la importancia también de seleccionar las personas con las que nos relacionamos, poque influyen de muchas formas en nuestra vida.


La credibilidad es una condición indispensable para el éxito por muchas razones; pero nadie puede tener credibilidad si no es auténtico. Para que exista coherencia es necesario ser honesto. Podemos controlar y falsificar la palabra porque depende del hemisferio izquierdo pero no podemos manipular la expresión corporal porque depende básicamente del hemisferio derecho el cual escapa al control humano.

Ley de coherencia nos recuerda que necesitamos vivir en un mundo coherente. Una de las principales misiones de nuestro cerebro es ordenar los datos que recibe, de manera que tengan sentido.
Ahora bien, las palabras no son simples sonidos que se pierden en el aire. Las palabras son energía, fuerza, vibración positiva o negativa, que influye para bien o para mal, primero en quien las pronuncia y después en las demás personas.


Al pensar y al hablar creamos una "realidad mental activa" que envía mensajes positivos o negativos al cerebro, activando la parte positiva o la parte negativa de nuestra persona e impulsándonos a actuar de una forma o de otra.


“Somos lo que somos, porque pensamos como pensamos y hablamos como hablamos”


Las ideas, sentimientos, lenguaje y conducta, forman un todo y no puede existir contradicción entre ellos. No podemos pensar o hablar en negativo y actuar en positivo.


Cuando hablamos, oímos nuestra voz llena de significados. Si nuestra voz expresa fe y seguridad, nos envía mensajes, tales como: Tú puedes, eres importante, vales mucho, etc. Imagina lo que significa recibir estos mensajes cada vez que hablas. Además, las personas perciben también estos mensajes, lo cual hace que te valoren, te respeten y te tomen en cuenta.


Sé como el sándalo que perfuma el hacha que lo corta.


Que de tu boca sólo salgan palabras de estímulo, de perdón y de agradecimiento.


"Cuida tus ideas porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se volverán acciones..." Gandhi


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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