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Editorial 421



Los problemas no se resuelven enfrentándolos

 

Cada vez que enfrentas un problema lo fortaleces, debido a que activas las estructuras mentales que lo generan.


Muchos padres castigan a sus hijos para obligarles a cambiar de conducta, pero el efecto es contraproducente, pues, el castigo hace que los hijos se pongan a la defensiva.


Las conductas negativas son generadas por estímulos negativos y sólo comienzan a cambiar cuando las personas reciben estímulos positivos. Los estímulo positivos generan conductas positivas y los estímulos negativos generan conductas negativas. ésta es una realidad tan probada que, hasta en el entrenamiento de animales se utiliza la recompensa en vez del castigo.


Los estímulos pueden venir de fuera, de la sociedad, o pueden venir de dentro. Cuando una persona cree en sí misma, cuando lee temas de desarrollo humano o cuando se esfuerza por ser mejor persona, proyecta sobre sí misma estímulos que le ayudan a superarse. Los estímulos más poderosos son los que uno se da a sí mismo.


La conducta de las personas responde a programaciones adquiridas a través de la educación y de las decisiones personales tomadas a lo largo de los años. Los seres humanos están obligados a decidir constantemente en todos los aspectos. Las decisiones que toman les van marcando poco a poco y van definiendo su carácter, su actitud, su éxito o su fracaso.


Somos hijos de una historia de lucha y de represión que nos ha marcado con signos de violencia y de agresividad. La sociedad vive enfrentada a nivel político, económico, social y religioso, como lo ha hecho a lo largo de la historia. De aquí que seamos poco dados al razonamiento y al diálogo. Esta situación hace que vivamos en actitud defensiva y de ataque.


Como nuestro carácter es guerrero por naturaleza, acostumbramos a enfrentar los problemas de forma impulsiva, sin planes, sin lógica, sin estrategias; en consecuencia, en vez de resolverlos los complicamos más.


Las personas necesitan detenerse un instante y pensar que son independientes de sus problemas. Tienen un problema pero no son el problema, lo cual es muy diferente.


Lo grave no es el problema en sí, sino la actitud irreflexiva a la hora de resolverlo.


Un problema no es una roca que debemos transportar, un problema se debe a comportamientos erróneos que es necesario rectificar mediante la reflexión y el cambio de actitud.


Los problemas son personales y provienen de la estructura mental, de modo que, la solución sólo es posible si introducimos cambios en dicha estructura. Necesitamos cambiar algunas ideas, criterios, paradigmas, hábitos y actitudes. Estos cambios sólo puede realizarlos la propia persona, por lo que es importante actuar, en vista de que la solución no puede venir de fuera.


La solución de un problema comienza por aceptar que tenemos un problema. Lo cual no es fácil, pues, los seres humanos somos muy orgullosos y nos cuesta reconocer nuestros defectos o problemas. Además, la tendencia a justificar lo que hacemos, nos impide ver nuestros problemas. Es impresionante observar cómo las personas alcohólicas, ludópatas, mitómanas, corruptas, hipócritas e irresponsables, elaboran malabarismos mentales para justificar su comportamiento.


Todos nos consideramos seres racionales, pero el grado de conciencia reflexiva de las personas es muy bajo. Nuestra vida está regida por automatismos, es decir por comportamientos casi inconscientes. Es posible que sólo tengamos conciencia clara del 10% de lo que realizamos durante el día. Por esta razón, si hacemos un balance sólo podemos recordar unos cuantos hechos puntuales. Lo que quiere decir que muchas personas viven como zombis.


Esta falta de reflexión y de conciencia hace que nos llenemos de problemas pequeños y grandes, los cuales constituyen un grave obstáculo para el éxito y la felicidad.


Tenemos una conciencia muy elemental y superficial de lo que hacemos y desconocemos la dinámica mental que genera nuestras acciones. En el fondo somos extraños a nosotros mismos. Un poco de conocimiento de la psicología humana ayudaría a actuar de forma más inteligente y a evitar muchos problemas.


Esta falta de conciencia de sí mismo es la principal causa de los problemas y la mayor dificultad para resolverlos.


"Ningún problema puede resolverse desde el nivel en el que se ha creado" Covey.


Por tanto, si quieres resolver tus problemas necesitas comenzar por conocerte mejor, por valorarte más, por tener más autoestima, por despertar el sentido de tu propia dignidad y del auto respeto; por comprender el derecho y el deber que tienes de triunfar, de ser libre y de ser feliz. Cuando hayas activado estos aspectos, comprenderás la razón de tus problemas, comprenderás que son tus mayores enemigos y encontrarás la forma de resolverlos.


Son muchas las razones por las cuales las personas están atrapadas en problemas, pero la más importante es la ignorancia, la ignorancia de las cosas y la ignorancia de los valores. "Somos libres de lo que conocemos y esclavos de lo que ignoramos"


La baja autoestima, la falta de actitud y el poco espíritu de superación son también causas de los problemas.


Todas las personas tienen problemas. Lo grave no es tener problemas sino el convivir con ellos durante mucho tiempo.


No enfrentes los problemas, simplemente, no los alimentes y se irán extinguiendo de forma natural.

 

El Viento, envidioso de la grandeza del Sol, le propuso una competencia con el fin de humillarlo.

El sol, consciente de su superioridad, aceptó el reto y dejó que el Viento eligiera una prueba que fuera de su agrado.

Dijo el viento: "A lo lejos hay un hombre caminando. Quien logre sacarle la cazadora en menos tiempo, ganará la competencia"

De acuerdo, dijo el Sol.
Entonces, el Viento comenzó a soplar con toda su fuerza y cuanto más soplaba, el hombre se agarraba con más fuerza la cazadora. Al final el Viento se dio por vencido.
El Sol brilló con toda su majestad, el hombre comenzó a sudar y terminó por quitarse la cazadora.
El viento utilizó la fuerza bruta y el sol utilizó la inteligencia. Para resolver un problema no es suficiente la voluntad, es necesario encontrar la fórmula o estrategia adecuada.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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