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Editorial 417

 


Suerte, destino o decisión personal

 

En la lucha entre varios millones de espermatozoides, uno llegó primero al óvulo. Este espermatozoide eres tú, soy yo y somos todos los que existimos.


Sin duda somos grandes triunfadores. Hasta aquí podemos decir que nos ha acompañado la suerte.


Nacimos en una familia bastante evolucionada que nos programó bastante bien y por esta razón yo he podido escribir este tema y tú te has interesado en leerlo. Esto también es suerte, pues, pudimos haber nacido en una familia ignorante y pobre y nuestro destino sería otro. Sin embargo, todo esto no es suficiente para alcanzar el grado de desarrollo que hemos alcanzado;en ello han jugado un papel decisivo las decisiones personales que hemos tomado a lo largo de la vida.


Los que triunfan es porque, en algún momento de su vida, tomaron la decisión inquebrantable de triunfar y luego, a través de sucesivas decisiones han consolidado su desarrollo.


Existen millones de personas que crecieron en situaciones muy adversas pero reaccionaron, lucharon y lograron triunfar.

Existen casos insólitos como el de una joven ciega, sorda y muda que estudia psicología, con notas excelentes, en una universidad de Madrid.

Acaba de aparecer la noticia y el video del joven Liu Wei, un chino de 23 años que perdió los dos brazos cuando tenía 10 años, tras una electrocución. Liu Wei conmovió hasta las lágrimas al público chino, interpretando al piano distintas melodías con los dedos de los pies.

Existen millones de casos increíbles que prueban que, por encima de la suerte está la decisión personal.


Resulta difícil entender por qué hay personas dotadas de grandes capacidades que se desgracian a sí mismas y por qué personas que tienen todo en contra, surgen y logran cosas impresionantes.
Creo que esto es un tema digno de un estudio científico profundo.


¿Suerte, destino o decisión personal?


Podemos aceptar que existe la suerte y el destino que nos han permitido nacer, pero a partir de aquí, lo que determina nuestra vida es la educación recibida en la infancia y las decisiones que hemos tomado.


Todos inventamos mil razones para justificar nuestras fallas, pero a la naturaleza no le interesan excusas ni razones, le interesan los hechos. Por lo cual, debemos aceptar que, a cada quién le va en la vida de acuerdo a las decisiones que toma.


Todos tenemos un cerebro con una evolución genética similar y con potencialidades similares. La diferencia entre quienes triunfan y entre quienes fracasan depende de su actitud, de su espíritu de superación. Quienes triunfan han comprendido que la vida es lucha y asumen la responsabilidad de su propio desarrollo como un reto ineludible, mientras que, quienes fracasan viven esperando que las cosas cambien y que las circunstancias les favorezcan.


Las personas creen que para triunfar hay que hacer grandes esfuerzos y sacrificarse constantemente, pero no es exactamente así.


Cuando alguien toma la decisión inquebrantable de triunfar, el cerebro se programa y produce tal cantidad de energía, de ideas y de motivación, que le resulta asequible lo que para otros es imposible.


Cuando las personas asumen que algo es un deber, les resulta fácil aceptarlo y responsabilizarse por ello. Luego, con el ejercicio se convierte en un hábito que hace agradable lo que para otros resulta insoportable. Así, el trabajo, el estudio, etc. pueden convertirse en un placer. Por ejemplo, escribo este tema por dos razones: Porque siento el deber de ayudar a la gente y porque disfruto ecribiendo.


Cuando las personas entendamos que cada uno depende de sus decisiones, de sus actitudes, de sus ideas, de su lenguaje y de sus decisiones; cuando entendamos que “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días". Benjamin Franklin, entonces seremos más conscientes y responsables. Comprenderemos que es importante hacer bien las cosas, porque todo lo que hacemos nos marca de alguna forma para toda la vida y comprenderemos que el verdadero éxito está en tratar de ser la mejor persona que podemos ser en cada momento.


Si el éxito dependiera de “grandes golpes de suerte” tendríamos mil justificaciones para no triunfar; pero, el éxito depende de “pequeñas cosas que ocurren todos los días” las cuales están al alcance de todos; por lo cual, quienes fracasan no tienen excusas. Por esta razón la naturaleza es inflexible y no perdona a nadie.


Hoy somos el resultado de las decisiones que hemos tomado a lo largo de la vida y mañana seremos el resultado de las decisiones que tomemos a partir de hoy. Tú decides como quieres que te vaya en la vida.


La vida es como un espejo, refleja tu propia imagen. Lo que te ocurre es el reflejo de lo que eres y de la forma en que actúas. Si no estás satisfecho con las cosas que te ocurren, necesitas analizar tus ideas, creencias, sentimientos, actitudes, amistades, etc. y rectificar.


Lo peor que puedes hacer es seguir en la misma dirección, pues, cuando las cosas no funcionan tienden a complicarse si no se rectifica a tiempo.


Todo cambio supone esfuerzo y perseverancia, debido a que se trata de rectificar conductas que se han consolidado a lo largo de los años, las cuales tienen una dinámica poderosa; pero, cuando una persona toma la decisión inquebrantable de cambiar, su cerebro comenzará a trabajar a su favor.


Lo cierto es que, no importa lo que hagan o dejen de hacer los demás, lo que importa es lo que haces con tu vida.

No esperes nada de la suerte ni de la vida, porque la vida ya te ha dado todo lo que necesitas para triunfar. Tampoco esperes de la gente, pues cada uno ya tiene bastante con resolver su propia vida.

 

Tú dependes de tus propias decisiones.


- Tú eliges ver este día con optimismo o con pesimismo.
- Tú eliges esforzarte o esperar que el mundo cambie.
- Tú eliges respetarte a ti mismo o mentirte.
- Tú eliges comprometerte en tus proyectos o justificar tus fracasos.
- Tú eliges ser responsable o sentirte víctima.
- Tú eliges ser autocrítico o culpar a los demás de tus fracasos.
- Tú eliges mejorar tus relaciones o dejar que el mundo ruede.
- Tú eliges ser protagonista o espectador en la vida.
- Tú eliges asumir o dejar pasar.
- Tú eliges correr riesgos o transitar por el aburrimiento.
- Tú eliges ser exigente o permisivo en tu vida.
- Tú eliges la humildad o la arrogancia.
- Tú eliges tomar tus decisiones o dejar que la vida las tome por ti.
- Tú eliges escuchar la voz de tu conciencia o hacerte el loco.
- Tú eliges escuchar las razones del los demás y entenderte o...
- Tú eliges ganar o perder.
- Tú eliges seguir como hasta ahora o cambiar.

 

Ahora entenderás por qué los que triunfan tienen su mérito y por qué los que fracasan son responsables de su fracaso.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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