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Editorial 416

 


Invierte en tu cerebro

 

Los seres humanos llegamos a este mundo con un cerebro evolucionado, dotado de inmensas capacidades, el cual, si es bien entrenado, puede convertirnos en genios.


Lo más importante de la evolución es el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia, de las cuales derivan todos los bienes que ofrece la vida, como son: Sabiduría, autoestima, progreso, éxito, libertad, calidad de vida.


El cerebro humano funciona de acuerdo a programaciones. Las programaciones establecen un patrón de conducta subconsciente o hábito que determina los comportamientos.


Todo lo que realizas (moverte, caminar, hablar, leer, escribir, pensar, etc.), es el resultado de hábitos acquiridos. Cuanto más perfectos son los hábitos, más fluidas y eficaces son las conductas y mayores las posibilidades de éxito.
El desarrollo y el éxito dependen de la adquisición de hábitos eficaces, por lo que es importante aprender a hacer bien las cosas y vivir en actitud constante de superación, pues, al final, "Tú dependes de la calidad de lo que haces"


De aquí la importancia de invertir tiempo y dinero en desarrollo intelectual, profesional y personal.
El tiempo más productivo y el dinero mejor invertido es el dedicado a superarse.

 

Todas las cosas están sujetas al devenir caprichoso de la vida y las puedes perder en cualquier momento, pero la capacitación y el desarrollo forman parte de ti, los sientes como un poder interno que te acompaña siempre y te da seguridad. Nadie puede robártelos y los puedes llevar contigo a todas partes.


El mayor problema de la sociedad es que no evoluciona al ritmo de la vida. La vida es cada día más dinámica y más compleja y exige respuestas rápidas y eficaces, pero las personas no están preparadas para procesar con rapidez y actuar con eficacia.


La información fluye a gran velocidad y el cerebro humano necesita aprender a procesarla con rapidez y precisión. La rapidez procesadora es la clave para el éxito en cualquier actividad.


La velocidad de la cual hablamos no tiene que ver con la prisa, sino con la eficacia. Se trata de un proceso mental natural que todos podemos desarrollar. La velocidad procesadora indica que la persona posee información amplia y de calidad, que tiene ideas claras y bien definidas, que todos sus conocimientos están bien organizados e integrados en un esquema mental, lo cual permite que la información fluya a gran velocidad y que esté disponible cuando se necesita.


El valor de las computadoras está determinado por su capacidad procesadora; es decir, por la cantidad de bites (unidades de información) que procesa por segundo.

Busca en google la palabra "libertad". En décimas de segundo aparecen 175 millones de lugares relacionados con la palabra libertad. Ahora, imagina que tu cerebro es más capaz que la computadora más sofisticada. Tiene alrededor de mil millones de neuronas y cada neurona establece en promedio 1.000 conexiones con otras neuronas, sumando un total de 1 billón de conexiones. Si se pusieran en línea recta todas las fibras nerviosas, alcanzarían una longitud de 400.000 kilómetros. Con ellas se podría dar 10 veces la vuelta a la tierra.


Las neuronas trabajan en equipo, permitiendo recordar distintas cosas a la vez. Imagina hasta dónde podrías llegar si aprendes a desarrollar tu cerebro con los ejercicios adecuados y con métodos eficaces.


El cerebro humano no es un robot, es sensible al afecto. Es increíble la facilidad con la cual aprendemos aquello que nos gusta, aquello que amamos; por tanto, una forma de invertir en el cerebro consiste en tener motivación y razones para hacer las cosas, desarrollar la autoestima, tener buena relación con las personas, ser buena persona, disfrutar de la alegría de vivir y tener un gran deseo de ayudar a las personas.


Se trata de no malgastar ese 70% de energía que utilizamos para controlar las angustias, temores y preocupaciones e invertirla en desarrollo y producción.


Existen otras cualidades que influyen en el buen funcionamiento del cerebro como son la honestidad, el espíritu de superación, el deseo de triunfar, la disciplina, la perseverancia, etc.


También es importante trabajar en un proyecto propio con el fin de que puedas identificarte totalmente con lo que haces y puedas expresar con libertad tu creatividad. De este modo evitarás que te pongan límites u obstáculos.


Es importante establecer con claridad las premisas de lo que quieres llegar a ser y controlar todos los aspectos importantes de tu vida, porque la dinámica de la sociedad es muy poderosa, y, si te descuidas, puedes llegar a parar a donde nunca habrías deseado.


Cuando aceptamos el estudio, el trabajo u otra responsabilidad como un deber ineludible, este deber se convierte en un reto que estimula la inteligencia y la voluntad. Este deber convertido en reto, toma el control de la mente y marca la dirección de nuestra vida. En adelante, nada ni nadie podrá apartarte de tus retos. Las personas que triunfan se debe a se plantearon retos y fueron consecuentes.


El deber cumplido genera tal satisfacción y tal plenitud que se convierte en el mayor premio de la vida. Es una satisfacción íntima y profunda que da verdadero sentido a la vida. Esta experiencia es el mayor estímulo para el cerebro.


Cuando tienes como objetivo ayudar a los demás, tu cerebro se activa de forma especial y produce toda la energía necesaria para llevar a feliz término tus proyectos.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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