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Editorial 407


El hijo rebelde

 

 

 

La rebeldía es una reacción de autodefensa. Los pueblos oprimidos se  rebelan. Los niños y los jóvenes se rebelan. ¿Contra qué se rebelan?


Contra la injusticia, contra la incapacidad y contra la incomprensión.


Nadie se rebela contra la justicia, contra la libertad o contra el amor.

 

En épocas pasadas los niños eran sumisos. La autoridad era temida y respetada. De este modo crecieron generaciones enteras, aptas para ser las masas de las dictaduras. Quienes tenían criterios propios eran perseguidos como rebeldes y desadaptados; pero han cambiado las cosas; la humanidad avanza en forma incontenible hacia la libertad, hacia la igualdad y hacia la democracia; está tomando conciencia de sus derechos y reclama sus libertades.

 

Los niños nacen más inteligentes cada día, con un sentido muy desarrollado de la justicia y de la libertad. Resulta impresionante observar a niños de 3 ó 4 años, enfrentándose sin temor a sus padres.


Los adolescentes son más propensos a la rebeldía, debido a que necesitan cortar el cordón psicológico para independizarse de los esquemas mentales de sus padres y definir su propia personalidad.


Cuanto más protectora y dominante ha sido la educación más fuerte es la rebeldía que los hijos necesitan desarrollar para independizarse. Cuando llega este momento, los padres sienten que sus hijos se vuelven extraños e indiferentes; lo que ocurre es que, ahora miran hacia fuera, hacia el mundo.

 

Muchos padres, en especial las madres, sienten que han perdido a sus hijos.


Si usted siente que ha perdido a sus hijos es porque pensó que eran posesión suya, pero:”Tus hijos no son tuyos son hijos de la vida”


Es un mensaje a los padres, para que revisen su forma de educar, para que sean más lógicos, más humanos y más oportunos; para que comprendan las necesidades de sus hijos, confíen en ellos y les traten con el respeto y dignidad que merecen.

 

Con frecuencia, los adultos, no entendemos que el mundo ha cambiado. Los jóvenes de hoy día nos retan porque tienen el poder para retarnos. El poder viene del acceso continuo que ellos tienen a la información y el conocimiento.


La tecnología, el internet, el Cable TV y el mundo globalizado les da un poder a los jóvenes de hoy día que no existía antes. Hoy día, un niño de 15 años sabe muchas cosas y está en posición de retar, no por rebeldía, sino porque posee un conocimiento que le da poder"

 

Cuando la rebeldía traspasa los límites normales, entonces, nos encontramos ante un hijo que tiene un problema psicológico serio. Su personalidad está gravemente amenazada, debido a carencias afectivas, dificultades de adaptación, fracaso escolar, etc. El hijo, desesperado, reacciona contra todo lo que significa disciplina, orden y autoridad. Esta es una forma inconsciente de pedir ayuda.

 

¿Cómo ayudar al hijo rebelde?

 

• No existe rebelde sin causa. Toda rebeldía tiene una razón.


• La rebeldía es una reacción defensiva que surge cuando la persona se siente amenazada.


• La rebeldía puede ser activa o pasiva. La rebeldía activa molesta pero es preferible porque ofrece la oportunidad de rectificar. La rebeldía pasiva es una bomba de tiempo, hecha de temor, frustración, resentimiento y desesperanza.

 

• Cada día se está imponiendo con más fuerza una filosofía materialista que conduce a la pérdida de la fe, de la familia y de la amistad, produciendo un vacío, una soledad y una frustración que genera muchas formas de rebeldía, de agresividad y de violencia.

 

• La rebeldía puede consolidarse y convertirse en una actitud constante.

Muchas personas creen que deben enfrentarse siempre a los demás para poder ganar. La televisión y la sociedad competitiva alimentan constantemente este tipo de conducta irracional. En medio de esta crisis son los padres los llamados a enseñan a los hijos el valor de la ley y de la paz.

 

• La verdadera rebeldía debe ser contra la propia ignorancia y contra los propios temores porque son ellos nuestros verdaderos enemigos.

 

 

• Debemos eliminar las conductas que favorecen la rebeldía, como la injusticia, el autoritarismo, la crítica y los malos tratos.

 

• La excesiva libertad, en los primeros años, hacen que, al llegar las dificultades de la adolescencia surja la rebeldía y la oposición a toda forma de autoridad, de disciplina y de responsabilidad. Es como el caballo salvaje que ha experimentado la libertad.

 

• Evitar entrar en el juego de la discusión. Los hijos utilizan la discusión para enfrentar a los padres, para sentirse poderosos, para culpar y para justificar sus conductas; creen que pueden liberarse de la autoridad paterna descalificándola. La discusión es una lucha de sentimientos y no de razones, por lo cual, nunca resuelve nada y siempre encona los sentimientos.              

• En el corazón de todo hijo rebelde siempre hay una frustración, un resentimiento y una acusación. De esta enfermedad sólo se cura con justicia, con respeto, con comprensión y con éxito en el estudio y en la adaptación a la vida.

La rebeldía puede ser una reacción instintiva de defensa o puede ser una reacción consciente de una persona valiente que se rebela contra la injusticia. Ambas rebeldías son positivas porque obligan a realizar cambios necesarios. Debemos aceptar que gracias a muchos rebeldes, la humanidad ha conquistado los derechos y libertades que hoy disfrutamos.

 

• Enseña a tus hijos a defender sus derechos y los derechos de los débiles, porque los derechos de tus hijos están en peligro mientras existan débiles sin derechos.
La frustración ha conducido a Javier a la rebeldía. Ahora no se conforma con evadir sus responsabilidades; ha aprendido a enfrentarse a sus padres y a sus maestros y mañana se enfrentará al mundo entero. Se ha vuelto intolerante, crítico y rebelde, lo cual le acarreará problemas permanentemente.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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