Editoriales

Editorial 406

 


Por qué existen varias clases sociales

 

Somos unos ocho mil millones de personas y cada persona es única e irrepetible desde el punto de vista genético y desde otros puntos de vista (temperamento, carácter, inteligencia, etc.)


La ley de Desigualdad distribuye dones de acuerdo a la misión que asigna a cada persona. La distribución es justa y equitativa. Cada persona llega a esta vida con la dotación necesaria para cumplir su misión con eficacia. Para la Ley de Desigualdad todas las misiones son igualmente importantes. Pero la sociedad no piensa lo mismo. La sociedad ha creado sus propios criterios acerca del éxito. Según estos criterios, lo importante es lograr dinero y poder, porque con ellos se pueden comprar muchas cosas.


La sociedad clasifica a las personas en clases sociales de acuerdo a su nivel económico. Al establecer el dinero como valor de referencia para clasificar a las personas, hace que el valor de las personas quede supeditado al dinero. Este error es causa de que muchas personas no se sientan satisfechas con lo que son ni con lo que hacen, debido a que se comparan con los que tienen más y envidian su suerte.


¿Por qué no dividir las clases sociales de acuerdo a los valores, a los sentimientos o a otra clase de factores más importantes que el dinero?


Si clasificamos a la sociedad por el dinero, más de la mitad de la sociedad es pobre, pero si la clasificamos por sus valores o por sus sentimientos es posible que la inmensa mayoría de la humanidad se sintiera feliz a pesar de su pobreza material.


Al clasificar a las personas por el dinero las estigmatizamos, las devaluamos como seres humanos y las condenamos a una situación de inferioridad, y, como todo tiene un precio, la falta de dinero les veda el acceso a los bienes de la vida: alimentos, conocimiento, etc.


Esta situación hace que las personas se centren más en lograr dinero que en desarrollarse como personas.


La desigualdad es el origen del movimiento y de la acción, por tanto, del desarrollo y de la vida. Si no hubiera diferencias de ideas, todos pensaríamos lo mismo, no habría movimiento intelectual, ni creatividad, ni progreso.


A lo largo de la historia han surgido distintas ideologías que han pretendido imponer la uniformidad a nivel político, económico, religioso, social, cultural, etc. pero han fracasado rotundamente porque van en contra de la Ley natural de Desigualdad.


La pluralidad y la desigualdad humana obedecen a un plan sabio de la naturaleza. En este plan, cada persona ocupa el lugar que le ha asignado la naturaleza. Este lugar es el mejor. En este lugar debe desarrollarse y ser feliz. De aquí la importancia de descubrir la propia vocación y seguirla con ilusión y conformidad.

Al final, lo más importante no es el estatus ni lo que tenemos sino cómo nos sentimos. No es lo que hacemos sino la forma en que lo hacemos.


¿De qué serviría el trabajo de los medicos si no existieran los barrenderos?


Lo expuesto no tiene nada que ver con las desigualdades sociales y económicas generadas por la sociedad. La ley de Desigualdad no justifica estas diferencias que son producto de la ignorancia, de la pereza, de la injusticia y del egoísmo de las personas.


Necesitamos cambiar ciertos criterios y prejuicios y apreciar a las personas por sus valores personales.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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