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Editorial 401

 


La infidelidad


En la mente de las personas, la palabra infidelidad está asociada al adulterio. A su vez la palabra adulterio significa engaño, traición, perversión.


Hubo tiempos en que la gente era fiel a sus ideas, a su palabra, a la amistad y a la familia. Tenían más consistencia moral. En la actualidad, el relativismo moral está de moda. "El fin justifica los medios" y en nombre de la libertad, muchas personas hacen lo que les viene en gana. Parece que se estuvieran borrando los límites entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, entre lo justo y lo injusto.


Si tenemos en cuenta que las relaciones humanas, especialmente el matrimonio, se basan en la confianza y en la fidelidad, las cosas no pintan muy bien.

La infidelidad no se limita al adulterio, existen muchas formas de infidelidad tanto o más perniciosas que el adulterio, como son la infidelidad a los principios y valores. Los principios y valores no son de creación humana, ni son impuestos por Dios. Derivan de la misma naturaleza humana.


En la naturaleza existe un determinismo total. Todo se rige por leyes naturales. El ser humano por ser inteligente, se sustrae al determinismo de la naturaleza y se rige por leyes morales que le exigen hacer el bien y evitar el mal.


Pero el ser humano está dotado de libre albedrío, lo que le permite elegir entre el bien y el mal. Sin embargo, sólo es verdaderamente libre cuando elige el bien.


Muchas personas creen que son libres porque hacen lo que quieren. Debemos estar conscientes de que nadie quebranta las leyes morales impunemente. La naturaleza es justa y actúa a través de numerosas leyes, Ley de Causa y Efecto, Ley de Correspondencia, etc. Lo cierto es que en esta vida se hace justicia y cada quién recibe el premio que merece en retribución por sus buenas acciones o sufre el castigo como expiación por sus malas acciones.


Nadie sabe cuándo, dónde, ni cómo premia o castiga la naturaleza, pero es un principio universal que todo ser humano es responsable del bien o del mal que causa, el cual, por efecto búmeran, regresará a él.


Los problemas, los fracasos, la angustia y la frustración que sufren muchas personas se deben a que no han sido fieles a sí mismas en muchos momentos de su vida. Cuando eran niños y jóvenes no adquirieron suficientes conocimientos, hábitos y disciplina y ahora carecen de fortaleza para enfrentar la vida con éxito; mientras que, las personas que han sido fieles a sus responsabilidades ahora triunfan en la vida.


La mayor infidelidad del ser humano es contra sí mismo. Consiste en traicionar a su propia conciencia y a su propio desarrollo.

En vista de la traición, corrupción e infidelidad crecientes, las personas están desarrollando mecanismo de defensa, tales como desconfianza, celos, temores, prejuicios y egoísmo. El eslogan "Nada es para siempre" se ha convertido en un tópico habitual que parece justificar demasiadas infidelidades. Esta situación perjudica el desarrollo personal y la convivencia social. La propensión natural de las personas es desconfiar y dudar. Las personas tienden a ocultar sus ideas y sus sentimientos y a desconfiar de las ideas, de la palabra y de los sentimientos de los demás.

¿Qué hacer?


Cada persona es responsable de su vida y nosotros no tenemos derecho a juzgar a nadie. Lo importante es entender que existen muchas formas de infidelidad en las que estamos atrapados. Estas infidelidades nos causan grandes daños, de los cuales no nos damos cuenta.
El mentir, disimular o engañar, es una forma de ser infiel a la verdad.
El perder tiempo en el trabajo es una forma de robar a la empresa.
El no capacitarse es una forma de ser parásito de la sociedad.
El no ayudar o el utilizar a los amigos es una forma de traicionar la amistad.

 

Puedes continuar esta lista de cosas que no deberías hacer, porque son formas de infidelidad a ti mismo, que te perjudican de alguna forma. Sólo cuando tomes conciencia de cantidad de detalles que te perjudican podrás corregirlos.


Estas conductas forman parte de nuestros hábitos diarios, por lo cual no nos damos cuenta; sin embargo, estas conductas, aparentemente normales, son la causa de nuestra mediocridad. Cambia estas conductas y verás cómo cambia tu vida.


Sé fiel a ti mismo, no esperes que nadie lo reconozca. Cada persona está tan ocupada de sí misma que no tiene ojos para los demás.


Sé fiel a la verdad, al amor, a la amistad, a la paz, a la justicia, a la libertad, a tu misión... y te sentirás orgulloso de ti mismo.

Cuando el Principito llegó al Quinto planeta, saludó respetuosamente al farolero.
_Buenos días. ¿Por qué apagas el farol?
_Es la consigna
_Y ¿Qué es la consigna?
_Apagar y encender el farol.
_No lo comprendo, dijo el Principito.
_No hay nada que comprender, dijo el farolero. La consigna es la consigna y apagó el farol.
El Principito miró con cariño a este farolero que tan fielmente cumplía su consigna y, mientras proseguía su viaje, se iba diciendo para sí: Este farolero es el único que no me parece ridículo, quizás porque se ocupa de otra cosa y no de sí mismo”

La infidelidad, la mentira y la traición van de la mano,


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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