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Editorial 394

 


En qué órbita vives

 

La siguiente imagen está formada por órbitas. Las órbitas son las coordenadas de la vida, indican la ubicación de cada persona. Cada persona se ubica en la órbita que le corresponde de acuerdo a la educación recibida, a su grado de desarrollo y al uso que ha hecho del libre albedrío. Cada órbita funciona de acuerdo a una velocidad, ritmo, criterios, intereses, valores, comportamientos, éxito, felicidad, etc. propios de dicha órbita.


Todas las personas tienen una idea, aunque sea lejana, de la órbita en la que viven, pues, así como el cuerpo tiene un sensor biológico que informa acerca del nivel de energía y de salud, la mente también tiene un sensor mental que informa sobre el nivel de desarrollo, de autoestima, de éxito y de felicidad.

Todos los seres humanos son impulsados por el instinto de supervivencia y de desarrollo, pero están atrapados en hábitos, temores, dependencias, problemas, ignorancia y pobreza, que hacen difícil o imposible el acceso a órbitas superiores, es decir, al desarrollo y al cambio.


Esta es la razón por la cual las personas actúan casi siempre de la misma forma y no logran cambiar. Se debe a que las conductas humanas no dependen de la voluntad del momento sino de fuerzas internas, convertidas en hábitos, las cuales impulsan en determinada dirección. Los seres humanos somos esclavos de los hábitos mentales que hemos creado a través de los años. Todo lo que hacemos: (Caminar, hablar, pensar...) y la forma en que lo hacemos, depende de hábitos.


Si no fuera por los hábitos nuestra conducta sería puramente instintiva como la de cualquier otro animal. Las conductas superiores son el resultado de hábitos. Los hábitos superiores exigen muchos años de entrenamiento y dedicación. Los hábitos positivos conducen al éxito, los hábitos deficientes conducen a la mediocridad y los hábitos negativos conducen al fracaso.


Lo ideal es que las personas aprendieran a evolucionar y se adaptaran constantemente a los cambios de la vida, pero la educación que hemos recibido ha sido muy represiva, y, por tal razón, nuestros criterios, principios y valores son muy rígidos. La rigidez impide evolucionar y hace que las personas queden estancadas mentalmente en el pasado.


Las personas no cambian ni evolucionan por adaptarse a las modas del momento. Las modas pasan, y, al final, si no hay contenido, no queda nada.


Muchas personas creen que actualizarse consiste en seguir la corriente de la sociedad. Ocurre que la mayoría de la gente es mediocre, y, como dice Ortega y Gasset: "El mediocre pertenece al hombre-masa, con escasa conciencia de su realidad; el cual, siente que funciona bien y se niega a escuchar, a aprender y a cambiar" por lo cual, la personas que quieren evolucionar necesitan independizarse de los parámetros de la sociedad.


Las personas evolucionan cuando renuevan sus estructuras mentales; lo cual exige: pensar, sentir, amar, luchar, actuar y decidir de otra forma más efectiva; pues, como dice Covey: “Ningún problema puede resolverse desde el nivel en el cual se ha generado”


Las esferas del centro significan unidad, cohesión, adaptación, energía, inteligencia y perfección, éxito y felicidad.


Las esferas de la periferia significan carencias, ignorancia y lastre de todo tipo, por lo cual, resulta difícil liberarse y difícil evolucionar. Las personas que viven en estas esferas marginales no tienen capacidad mental, ni motivación, ni energía para salir de su situación. Necesitan que las personas más evolucionadas les ayuden a surgir. Necesitan ayuda material, pero, sobre todo, necesitan cambiar su actitud mental. “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”


Aunque el escenario de la vida es el mismo para todos, la verdadera vida la vive cada uno dentro de sí mismo. ése es su verdadero y único mundo. El mundo externo es sólo el escenario, la decoración. De modo que, donde quiera que vayas, siempre estarás en el mismo lugar, porque tu verdadero lugar eres tú mismo. El cielo o el infierno lo crea cada uno dentro de sí.

Cada persona es un todo y funciona como un todo. Su funcionamiento depende de la imagen, concepto o valoración que tiene de sí misma, es decir, del grado de autoestima.


Esta imagen tiende a formarse y a consolidarse en la infancia, en base a las experiencias de afecto, de aceptación, de capacidad y de éxito. Esta imagen personal determina la forma de percibir la vida, de sentirla, de pensar y de actuar; en consecuencia, también determina el grado de desarrollo, de éxito y de felicidad.

Cada persona se ubica en una órbita de acuerdo a las capacidades y actitudes desarrolladas. El centro significa unidad, cohesión, energía, inteligencia y perfección; mientras que, la periferia significa carencias.

Esta ubicación se produce básicamente en la infancia; después resulta difícil pasar a otra órbita de nivel superior, debido a que cada órbita tiene una dinámica propia que "impide" que las personas salgan de su radio de acción; además, las personas desarrollan hábitos, los cuales con los años se consolidan y generan una resistencia instintiva al cambio. Esta es la razón por la cual resulta tan difícil el desarrollo y la superación; sin embargo, existen ideas y métodos que tienen el poder de cambiar a las personas.


¿Cómo pasar de una órbita a otra órbita superior?


Todo cambio se inicia en la mente. Las personas son como piensan y como sienten; por lo cual, sólo pueden ascender a un nivel superior si adquieren las ideas, los valores y la dinámica propios de ese nivel superior. Como puedes observar es necesaria una reprogramación mental integral.


Al entrar en una órbita superior adquirimos una visión superior de la vida y se incrementan las posibilidades de éxito y de felicidad.


Para alcanzar una órbita superior es necesario cambiar de actitud, de motivación, y, sobre todo, cambiar la dinámica del cerebro, ser mentalmente más fluido, procesar con más rapidez, ser más eficaz, depender menos de los demás, tomar el control de la propia vida, establecer objetivos importantes por los cuales luchar y ser consecuente, etc.


Lo ideal es hacer las cosas bien y tratar de evolucioan un poco cada día en todos los aspectos. Es más importante un desarrollo progresivo que por saltos.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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