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Editorial 387

 


Simplifica la vida


La vida es abundancia, riqueza, diversidad. La diversidad de las especies animales oscila entre 2 y 10 millones. De ellos 750 mil especies son insectos.


Tan sólo en un metro cuadrado de bosque templado puede haber más de doscientos mil acáridos y en un metro cuadrado de bosque tropical puede haber 32 millones de nematodos. Sin embargo, toda esa diversidad tiene un denominador común, lo cual permite a la Taxonomía clasificar los animales; es decir, simplificar lo complejo.


Lo mismo ocurre con los alimentos. Existen miles de alimentos, sin embargo, sus componentes básicos se reducen a: proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas y minerales.


Así como la naturaleza se expande en todos los aspectos casi hasta el infinito, a la vez, tiende a reducir lo complejo a lo simple.


El mayor poder de la inteligencia consiste en reducir lo complejo a simple, lo cual sólo es posible si se tiene la capacidad de procesarlo, comprenderlo y abstraer únicamente los elementos fundamentales.


La fórmula de la relatividad: E=mc2 (Energía = a masa por velocidad de la luz al cuadrado) ideada por Einstein, es la mayor simplificación lograda por el hombre y, a la vez, la fórmula más importante de todas. Esta fórmula dio origen al despegar definitivo de la ciencia.
El arte de vivir consiste en simplificar las cosas, en establecer prioridades, en liberarse de los condicionantes sociales y en invertir la energía, el tiempo y el dinero en objetivos realmente valiosos.


¿Cuál es el valor real de las cosas?


Pareciera que los seres humanos sólo valoramos las cosas cuando las perdemos. Por esta razón quienes más valoran la libertad son quienes un día la perdieron. "No existe placer más grande que el de recuperar la libertad que se había perdido" Cervantes


¿Cuánto pagaría el ciego por ver, el paralítico por caminar, el que tiene un dolor crónico por liberarse de él, el condenado a cadena perpetua por recobrar la libertad, el enfermo terminal por recuperar las salud y la vida? Las personas pagarían todo el oro del mundo por salir de cualquiera de estas situaciones.


El valor de las cosas es relativo; el verdadero valor lo ponemos las personas. Las mismas cosas no tienen el mismo valor para todas las personas. Quienes sufren por enfermedad, valoran más la salud. Quienes han perdido su techo, valora más el tener un hogar. Quienes han sufrido los rigores de la guerra, valoran más la paz. Quienes han vivido la soledad de la prisión, valoran más la libertad. Quienes han pasado hambre, disfrutan más la comida. Quienes han estado al borde de la muerte, valoran más el milagro de vivir cada día.


Por lo que se ve, la clave para ser feliz consiste en tener conciencia clara del valor de las cosas.
Las personas están atrapadas en el ritmo de la vida, el deber, los compromisos y la responsabilidad. No hay tiempo para conversar, reflexionar, contemplar, amar...


El tiempo es relativo y también lo son: el éxito, la felicidad y la riqueza.


La vida es muy breve y el tiempo es un bien muy escaso que se va, llevando todo lo que amamos. Necesitamos simplificar la vida y centrarnos en aquellas cosas que dan plenitud y transcendencia a nuestra existencia.


Las modas imponen pautas de forma tiránica, sobre todo a la juventud, obligando a invertir tiempo y dinero en cosas que poco o nada tienen que ver con las necesidades naturales del ser humano.


Los intereses comerciales son muy agresivos. Cada año inventan modelos de carros que dejan obsoletos a los del año pasado. Inventan computadoras de "última generación", celulares, etc. y las personas necesitan comprarlos para sentirse a la moda, para sentirse bien.


Resulta muy triste que la "autoestima" y la "felicidad" dependan de la marca, de la "pinta", del BlackBerry o de cualquier otro objeto.


Los compromisos sociales y el qué dirán controlan nuestra vida.


Las personas, en vez de avanzar en un proyecto de desarrollo personal, van y vienen a la deriva, como zombis, en la dirección que marca la moda y la sociedad..


Las cosas que necesita el ser humano para ser feliz son muy pocas, están dentro de uno mismo y son gratis. Se llaman: autoestima, seguridad, conocimiento, alegría de vivir, conformidad, fe, amistad, creatividad, valores, etc.


¿Qué cosas son importantes?


Vivir habitualmente la experiencia de estar sano, ser libre, poder caminar y sentir la naturaleza, el viento, el sol, el canto de los pájaros, la belleza de las flores, la sonrisa de un niño.


Tener conciencia de las cosas que tenemos y de lo privilegiados que somos.


Disfrutar con calma el placer de la amistad, de la comida, de una buena conversación.


Disfrutar del progreso y de la dinámica de la vida, sin quedar atrapados en el estrés, ni en la angustia.

Sentir la alegría de vivir, sentirse libre, sentirse protagonista de un futuro que depende más de uno mismo que de factores externos.

Simplificar la vida no significa renunciar a nada importante. Significa establecer prioridades que den sentido y plenitud a la vida.


La necesidad "imperiosa" de tener cosas y de estar a la última moda, expresan una visión muy superficial de la vida, baja autoestima, dependencia de la opinión de los demás, inmadurez y cierto vacío interno.


Cuanto más realizada y plena se sienten una persona, menos cosas necesita.
Recuerda, la vida es un viaje hacia el futuro. No te llenes de cosas que no puedes llevar. Desarrolla aquello que forma parte de ti y que puedes llevarlo a donde quiera que vayas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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