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Editorial 374

 


Por qué es necesario comprender a los demás

 

Los seres humanos estamos obligados a convivir en un mismo espacio, llamado Planeta Tierra.


Hasta hace unas décadas, cada cultura, cada familia y cada persona, vivían en un espacio "propio", pero, la globalización ha eliminado todo tipo de barreras y ahora todos estamos condenados a convivir y a entendernos.

Cada persona es como es porque así ha sido programada. Sus ideas, sus costumbres y sus comportamientos obedecen a estas programaciones y, es poco lo que la gente puede hacer para cambiar.


La naturaleza del ser humano es la misma en todo el mundo. Sus necesidades fundamentales, sus intereses y sus aspiraciones son los mismos (desarrollarse, ser libre, triunfar, ser feliz...) por lo cual, aunque las diferencias entre las distintas culturas y entre las personas aparentan ser muchas, en realidad, son mínimas; sólo es cuestión de enfoque. Lo que ocurre es que nos fijamos mucho en lo que nos diferencia, (lo cual suele ser de escasa importancia) , y nos fijamos poco en nuestras semejanzas naturales que son muchas.


Cuando conocemos a las personas, comprendemos su estructura mental y las razones por las cuales actúan de una forma o de otra. Esta comprensión nos lleva a aceptar a cada persona como es y a respetar su proceder, aunque no lo compartamos. Se trata de vivir y dejar vivir. Se trata de evitar hacer juicios de valor sobre las personas. Se supone que todas las personas desean se buenas, inteligentes, honestas, generosas y amistosas, porque éstas son condiciones para triunfar y ser feliz, pero, desgraciadamente, muchas personas han sido mal programadas o no han tomado a tiempo decisiones inteligentes, por lo cual, están desadaptadas a la realidad y generan conflictos por donde quiera que van.


Estas personas sufren mucho y éste sufrimiento es su peor castigo, por lo cual, lo más humano e inteligente que podemos hacer es comprenderlas, tenerles un poco de compasión y ayudarles a salir de la situación en que se encuentran atrapadas.


Es bueno ponerse en el lugar del otro y pensar que somos privilegiados al tener una preparación que nos permite ganar lo necesario; que tenemos una educación que nos proporciona autoestima y dignidad; que tenemos unos valores que nos protegen del vicio y de la corrupción; que podemos mirar al futuro con fe e ilusión, etc. Imagina cómo se sentirán esas personas que no tienen los elementos básicos para triunfar.


Cuando te encuentres con una persona prepotente, piensa que utiliza su ataque para protegerse de sus temores e inseguridad. Compréndela.


Cuando te encuentres con una persona envidiosa, piensa que se siente tan poca cosas que necesita envidiar a los demás. A través de la envidia siente que se apodera de lo que no tiene y que nunca tendrá. Compréndela.


Cuando te encuentres con una persona descontenta, que vive quejándose, criticando... Imagínate cómo se sentirá por dentro. Compréndela y aléjate de ella.


Cuando te encuentres con una persona corrupta, piensa que ha sido tan poco inteligente que ha cambiado lo más valioso de sí: Sus valores, su dignidad, su conciencia, el auto respeto y el respeto de su familia y amigos por un poco de dinero. Compréndela


Cuando te encuentres con alguien que pierde el tiempo, que no tiene metas ni proyectos, piensa que no ha despertado a la realidad, que no sabe para qué existe y que en su interior sólo hay vacío y soledad. Compréndela.


Comprender a los demás significa que entendemos y aceptamos que “los otros” tienen razones para pensar como piensan y actuar como actúan, aunque no compartamos su forma de pensar y de actuar. Así como "los otros" también deben entender nuestra forma de pensar y de actuar. La comprensión debe ser mutua. La comprensión supone respeto, tolerancia y también perdón.


La comprensión va unida a la tolerancia y supone que las personas merecen respeto, por tanto, no debemos combatir contra las personas, pero sí debemos denunciar y combatir sin tregua: la mentira, la injusticia y todas las lacras que dañan a la sociedad.


Ni tú ni yo somos policías para perseguir a los ladrones, pero sí podemos ser abanderados de la libertad, de la justicia y del respeto a la gente y a la ley. Y, por efecto mariposa, nuestro pequeño aporte puede llegar a ser gigante. Es suficiente un fósforo para incendiar un bosque y es suficiente una semilla para generar un bosque.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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