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Editorial 364

 


Programación mental

 

Todo en la naturaleza funciona de acuerdo a leyes preestablecidas. El ser humano, desde el punto de vista biológico o material, también está sujeto a dichas leyes (Gravedad, Causa y Efecto, Evolución, etc.) Pero, desde el punto de vista humano, depende de las programaciones que recibe a través de la educación, sobre todo en la primera infancia y del uso que hace del libre albedrío.


El ser humano nace con numerosas potencialidades desde el punto de vista genético, como resultado de la evolución, pero, si estas capacidades no se desarrollan a tiempo, por medio de estímulos adecuados, quedan atrofiadas.


Existen programaciones que deben realizarse en el momento adecuado, porque después ya es tarde y no echan raíces. Por ejemplo, es necesario enseñar a los niños los valores religiosos, morales y sociales a través de una actitud positiva y del ejemplo, pues, los valores más que una enseñanza son una vivencia, una experiencia íntima. Lo mismo ocurre con ciertos hábitos, la disciplina y el lenguaje.


Es fundamental desarrollar un lenguaje rico en vocabulario y de contenido positivo, pues, el cerebro procesa en base a un código verbal; por tanto, cuanto más rico y variado sea el vocabulario, mayor será la capacidad procesadora del cerebro, mayor el nivel de inteligencia y de aprendizaje y mayores las posibilidades de éxito.


Existen algunos casos aislados de los llamados "niños lobos" Se trata de niños que se perdieron en el bosque y por circunstancias desconocidas se integraron en la vida de una manada de lobos; perdieron sus capacidades humanas y se comportaban como lobos. Fueron atrapados y encerrados debido a su peligrosidad. Intentaron reeducarlos pero todo fue inútil. Físicamente eran personas pero habían perdido todos los rasgos humanos y se habían programado como fieras.

 

Cómo programarse para el desarrollo, el éxito y la felicidad

La humanidad ha evolucionado mucho y existen ideas, métodos y experiencias probadas que ofrecen los modelos a seguir para programarse correctamente y adquirir hábitos eficaces que garanticen el éxito en muchos aspectos.


Sin embargo, la mayor parte de la sociedad es ignorante, inmadura, irresponsable... ¿Por qué?
Los seres humanos somos hijos de una sociedad represiva. Estudios realizados en Estados Unidos indican que, de cada diez mensajes que transmiten los padres a sus hijos, nueve son represivos de alguna forma y algo similar ocurre a nivel social, tanto en las conversaciones como en los medios de comunicación. Lo cual hace que, desde que nacemos hasta el final de nuestra vida, recibimos infinidad mensajes negativos que nos programan de alguna forma.


Además de la influencia que ejerce la sociedad, cada persona se auto programa a sí misma. La forma en que pensamos, hablamos, sentimos, reaccionamos y decidimos va dejando huella a nivel consciente y subconsciente y se convierte en hábitos, es decir, en una forma determinada de ser y de actuar. Con el tiempo estos hábitos se consolidan y se convierten en conductas automatizadas.
Con el paso de los años y con los golpes de la vida, las personas se dan cuentan de muchas conductas inadecuadas que son causa de fracasos y desean cambiar pero les resulta difícil o imposible, debido a que están programadas.


Las programaciones son hábitos adquiridos o esquemas mentales. Ante un estímulo o situación se activa automáticamente el esquema mental correspondiente y se desencadena un comportamiento. Conociendo la estructura mental de una persona podemos predecir con bastante seguridad sus comportamientos.


Los seres humanos tomamos decisiones a distintos niveles. Las decisiones comunes o circunstanciales dependen del estado anímico del momento, pero, las decisiones importantes, dependen de la estructura mental profunda.


Las personas creen que toman las decisiones porque quieren, pero no es así; en cierta forma, las decisiones están preestablecidas y las toma el cerebro cuando están dadas las condiciones.


Según experiencias de Benjamin Libet, neurólogo de la Universidad de California, el cerebro toma las decisiones casi un segundo antes de que las asumamos conscientemente.


Según Singer, lo que el ser humano experimenta como una decisión, no es otra cosa que la justificación posterior a algo que ya ha consumado el cerebro, el cual actúa en base a la experiencia propia.


El cerebro no toma decisiones de forma arbitraria. Las decisiones se basan en experiencias acumuladas, por lo cual. "Lo que voy a hacer en adelante es la consecuencia de lo que soy hoy"
Según esta teoría, el cerebro posee una dinámica propia, hasta cierto punto, independiente de la voluntad consciente de las personas. Esta dinámica está dirigida desde las estructuras profundas de la persona. Las estructuras profundas son la realidad auténtica de la persona, es decir lo que verdaderamente piensa, conoce, cree y ama. Esta realidad es básicamente subconsciente.
Por esta razón cada quien actúa de acuerdo a la clase de persona que es. Existe una congruencia absoluta entre lo que la persona es y su comportamiento.


A veces nos encontramos ante personas que han tenido una trayectoria "impecable" y de repente nos sorprenden con actuaciones incomprensibles. En realidad, estas decisiones no surgen por generación espontánea. Toda conducta importante tiene su génesis. Lo que ocurre es que las personas podemos fingir, o simplemente, ignoramos lo que ocurre en nuestro interior.


Muchas personas se sorprenden de ciertos comportamientos que tienen, los cuales van en contra de su forma de pensar, pero existe alguna programación mental a nivel subconsciente que escapa al control de la conciencia y desencadena la acción.


Muestra mente es como un iceberg, del cual sólo conocemos una parte mínima.


Todos los seres humanos hacemos promesas sinceras de cambiar pero seguimos cometiendo los mismos "pecados" debido a que nuestras conductas fundamentales dependen de las programaciones mentales que hemos desarrollado.


Los seres humanos, por el hecho de ser seres libres, somos responsables de las estructuras mentales que hemos desarrollado y de las conductas que se derivan de ellas.


A la naturaleza no le importa las circunstancias por las cuales hemos pasado. Dios puede perdonarnos y la sociedad puede comprendernos, pero la naturaleza no perdona ni excusa. La ley es drástica: "Adaptarse o morir"


Lo expuesto nos enseña que, cada quien debe hacerse cargo de sí mismo desde niño y aprender a desarrollar estructuras mentales (hábitos) que le garanticen el control de su vida, el éxito y la felicidad.


Cuida tus ideas, tus sentimientos, tu lenguaje y tus decisiones porque ellos te modelan día a día, de forma lenta pero profunda.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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