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Editorial 350

 


Técnica del espejo


El espejo conoce los secretos de tu alma,
habla en silencio y dice la verdad,
es confidente y amigo,
es sabio e incorruptible.


Mírate en él y conoce tu verdad.


Cuenta una leyenda persa que un rey malvado oprimía y explotaba a su pueblo. Un día enfermó de un mal incurable, por causa de su maldad. Desesperado pidió consejo a los sabios de su reino, pero ninguno tenía respuesta para su mal.


Un día llegó a oídos del rey la noticia de que en una ciudad del reino vivía un anciano que curaba todas las enfermedades. El rey ordenó traerlo a palacio y cuando lo tuvo frente a sí, le pidió su curación; pero el anciano le respondió: ¡Oh! mi rey. Yo no puedo devolverle la salud. Sólo usted puede curar su mal.”
_ ¿Cómo? Le preguntó el rey.
_ Mírese en el espejo. Escuche atentamente lo que él le diga y luego siga su consejo. El rey se miró en el espejo y el espejo le habló. (En realidad fue su propia conciencia quien le habló y le dijo: “Tú eres el opresor de tu pueblo y debes cambiar si quieres sanar.”
El rey irritado, golpeó el espejo con su bastón y lo redujo a añicos. Ahora veía su rostro reflejado en cada espejito y oía cientos de voces que le gritaban ¡Tirano! ¡Tirano!
No pudiendo soportar el peso de tantas culpas enloqueció.

 

El espejo es sincero e incorruptible. Habla con la verdad; por eso es un verdadero amigo.


Muchas personas tienen miedo a conocerse porque poseen una imagen muy pobre de sí y creen que si quedara al descubierto su realidad interna perderían la autoestima y la dignidad. Pero debemos reconocer que todo ser humano es bueno por naturaleza y posee unas capacidades y una dignidad que están por encima de todos los defectos y errores.


El peor de todos los males es la ignorancia. Especialmente la ignorancia de sí mismo.


La ignorancia es como el cáncer, destruye en silencio.


El filósofo Sócrates, siempre en busca de la verdad, fue a la ciudad de Delfos para preguntar al oráculo de Apolo por el principio de la sabiduría y éste le respondió: “Conócete a ti mismo. ” El conocimiento es la base del éxito. Si conocemos algo, podemos manejarlo, pero si lo ignoramos, no tenemos poder sobre ello.


Ahora bien. ¿Qué conoces de ti mismo, además de tu nombre y de unas cuantas trivialidades?


Habla con el espejo, pregúntale y escucha atentamente. Recuerda que el espejo es la voz del subconsciente, la voz de tu conciencia. El subconsciente es sabio conoce tu situación, y, sobre todo, conoce tus grandes poderes, si los activas podrás resolver todas sus dificultades.


Prográmate en positivo. En adelante el espejo será tu amigo, tu conciencia, tu confidente y tu asesor. No lo quiebres como el rey, porque tú no te volverás loco, ni podrá huir de ti mismo.

Observa tu rostro.
¿Expresa salud, energía, franqueza, seguridad, éxito, o, por el contrario expresa tensión, temor, inseguridad?
Mejora tu imagen, pero no puedes mejorarla por fuera si no la mejoras por dentro.

 

Observa tu mirada.
¿Es firme, profunda y humana, o bien, es tímida, insegura, nerviosa y evasiva?
Mira profundamente a tus ojos; son la ventana de tu alma; descubre a través de ellos tu valor inmenso como ser humano, a pesar de todos sus defectos.
Mira a los demás a los ojos con respeto y humanidad, para que ellos también te vean y se vean con respeto y humanidad.


Observa tus manos.
¿ Se mueven con naturalidad y armonía o se mueven a la deriva?

 

Observa tu cuerpo.
¿Son sus movimientos rítmicos y flexibles o rígidos e inseguros? Cuida tu cuerpo y tu apariencia. La imagen es importante. La gente se fija mucho en lo externo, pero le interesa más la riqueza interna que expresas.


El espejo es una oportunidad increíble para reírse de sí mismo, para gesticular, hacer muecas, hacer el payaso; para liberarse de complejos, de temores y del miedo a hacer el ridículo. ¡Libérate!
Coloca en el espejo, en que te miras cada mañana, un mensaje que te dé fuerza para iniciar cada día con fe, ilusión y voluntad de superación.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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