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Editorial 348

 


Por qué no alcanzamos el éxito

 

Casi todas las personas conocen el camino que lleva al éxito, y, sin embargo, no lo siguen. Conocen los mandamientos, las leyes, las normas de educación, conocen sus deberes, y, sin embargo, son irresponsables, a sabiendas de las consecuencias negativas que se derivan.

Los padres saben lo importante que es educar bien a los hijos, pero pocos compran libros para informarse.


Los estudiantes saben qué tienen que hacer para ser exitosos, pero ponen poco empeño y comprometen el futuro de toda su vida.


Los profesionales saben qué tienen que hacer para alcanzar mayor independencia laboral, progreso, etc. pero siguen atrapados en un trabajo que cumplen de forma rutinaria durante toda su vida.


En teoría, todas las personas saben lo que tienen que hacer para ser exitosas, y, sin embargo, la mayoría no lo hace o lo hace mal. ¿Por qué?


Como ya hemos explicado en alguna oportunidad, nuestras conductas no dependen sólo de la voluntad del momento, sino de los hábitos que hemos desarrollado a lo largo de la vida, los cuales imponen su dinámica. Somos esclavos de los hábitos adquiridos.


Las conductas ineficaces son producto de hábitos mediocres, así como las conductas exitosas son producto de hábitos excelentes.


Cada quién produce ideas y soluciones de acuerdo a la clase de persona que es; es decir, de acuerdo a los hábitos intelectuales, afectivos, sociales, morales y espirituales que ha desarrollado.
Cada elemento produce efectos de acuerdo a su naturaleza. Cada ser sólo puede dar lo que es y lo que tiene.


El cuerpo humano funciona como un todo sincronizado. Cada órgano, cada glándula y cada célula cumplen con su función de forma exacta y perfecta, lo cual se traduce en vida y salud. En general, el cuerpo funciona bien, debido a que es regido de forma automática y perfecta por el sistema nervioso autónomo.

La mente también funciona como un todo y sería maravilloso si las personas tuvieran una inteligencia desarrollada, valores lógicos y equilibrados, experiencia, autoestima, creatividad y felicidad, pero, desgraciadamente, somos esclavos de la ignorancia, de los temores, del egoísmo, de las pasiones y de hábitos mediocres que dan al traste con nuestros deseos y esfuerzos.


La humanidad ha evolucionado mucho. Los seres humanos poseen alto grado de evolución genética, lo cual hace posible el desarrollo de una inteligencia superior, pero ésta es sólo una posibilidad que sólo puede materializarse si las personas reciben una educación de calidad (estímulos ricos y variados a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual)


Desgraciadamente esto no ocurre, debido a que la sociedad es tremendamente represiva. De cada diez mensajes o estímulos que recibimos, nueve son represivos de alguna forma.


Si la sociedad fuera gobernada por personas evolucionadas, todo funcionaría mejor, pero, en la competencia de la vida no siempre se imponen los mejores, con demasiada frecuencia se imponen las personas más ambiciosas, más agresivas y más corruptas.


Los seres humanos sólo vemos las olas superficiales del mar político, económico y social. Desconocemos las corrientes profundas y el entramado oculto que gobierna el destino de la sociedad. Tal vez es mejor así, porque si lo conociéramos, nuestra angustia y nuestra rabia serían inmensas, sobre todo, porque no podríamos hacer nada al respecto.


¿Por qué la mayoría de la gente no está satisfecha con sus logros?

Las razones pueden ser muchas:
Expectativas demasiado altas, que, al no ser satisfechas generan frustración.


Baja autoestima. La autoestima condiciona todo en la vida. La baja autoestima genera un vacío que no se llena con nada.


Deficiencias a nivel intelectual y profesional que impiden alcanzar éxitos significativos.


Ambicionar lo que nos falta en vez de valorar y disfrutar lo que tenemos.


Poner la ilusión en el a logro de cosas materiales (dinero, fama, poder) los cuales son efímeros.


La actitud. Una actitud positiva ayuda a ver los aspectos agradables de la vida, mientras que, una actitud negativa siempre encuentra motivos para la insatisfacción.


Las personas no son felices o infelices, por lo que logran, sino por la actitud que tienen ante las cosas.


El mayor problema del ser humano es que podía ser muy feliz , pero no lo es, porque no sabe reconoce, ni valorar, ni disfrutar de tantos bienes maravillosos que le ha obsequiado la vida.


Si elaboramos una lista de todos los bienes que nos ha obsequiado la vida (salud, inteligencia, familia, amigos, tiempo para realizar nuestros sueños, cierta calidad de vida, etc.) y observamos todo lo que ocurre en el mundo (millones de personas que no tienen nada de nada, que no tienen presente ni tienen futuro) tal vez comencemos a pensar de otra forma y a comprender que somos privilegiados y que hemos alcanzado éxitos muy importantes.



El problema surge, cuando nos comparamos con los demás, cuando ambicionamos lo que tienen otros, cuando nos creamos infinidad de necesidades superfluas que no podemos satisfacer, cuando queremos aparentar, cuando juzgamos nuestro valor por las cosas materiales que logramos.


Si pudieras entrar en la mente de muchas personas a la que admiras o envidias, tal vez cambiarías de opinión.


Los verdaderos éxitos no son materiales, son internos. ¿De qué sirve tener el bolsillo lleno si está vacía la mente y el corazón?


El dinero es necesario y sin él no tenemos paz, pero una vez que hemos logrado el dinero nos damos cuenta de que, el dinero no llena el corazón ni trae la paz a la familia ni a las personas.


Hoy tenemos una calidad de vida infinitamente superior a la que tenía la gente hace cien años, cuando la mayoría vivía en la miseria; sin embargo, no estamos satisfechos, debido a que, la satisfacción o la insatisfacción, no depende tanto de las cosas que logramos, cuanto del desarrollo que alcanzamos.


De todos modos, los problemas económicos, afectivos y existenciales nos seguirán a donde quiera que vayamos, porque la esencia de la vida es necesidades que satisfacer y problemas que resolver. La diferencia está en la actitud que tomamos hacia ellos y en la forma como los resolvemos.


Si pones el éxito en el logro de cosas materiales no lo alcanzarás nunca. Si lo pones en el desarrollo personal y trabajas por ser la mejor persona que puedas ser, sentirás que has alcanzado todo lo que podías lograr en esta vida.


El éxito supone logros reales en muchos aspectos, pero, sobre todo, supone una actitud positiva y desarrollo personal.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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