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Editorial 341

 


Exito profesional y autoestima

 

Existe una creencia universal según la cual, lo profesionales exitosos tiene alta autoestima, pero varios estudios indican que el éxito profesional apenas representa el 20% de la autoestima. Esto explica por qué hay profesionales exitosos, con varios títulos universitarios, que son tímidos, inseguros y hasta cobardes cuando salen de los predios de su profesión, y, por qué hay personas que, ni siquiera fueron a la escuela y tienen la autoestima alta.


Parece que la autoestima depende más de factores emocionales y de experiencias familiares y sociales positivas vividas en la infancia y en la juventud, que de factores intelectuales; sin embargo, el éxito en algún aspecto de la vida es fundamental.


La autoestima es el valor que se da una persona a sí misma. Ahora bien, en qué valores se apoya la verdadera autoestima.


La autoestima se basa más en una buena adaptación social y en sentimientos positivos sobre sí mismo y sobre los demás; es decir, en una visión positiva de la vida.


La baja autoestima es el resultado de poner el valor de la persona en el logro de cosas materiales, en vez de ponerlo en el desarrollo de cualidades superiores. Si te guías por los criterios valorativos de la sociedad es posible que te sientas desilusionado de ti mismo, porque los valores prioritarios para la sociedad son: la belleza, la riqueza, la fama y el poder, los cuales, además de efímeros son muy difíciles o imposibles de alcanzar; pero, si basas tu autoestima en valores internos, propios del ser humano, como la honestidad, la bondad, el esfuerzo, la buena voluntad... entonces encontrarás muchas razones para sentirte digno, valioso y respetable.

Muchas personas son programadas con mensajes y valores erróneos, lo que les impide adquirir la verdadera dimensión de la vida. La falta de perspectiva correcta genera temor e inseguridad, lo cual se traduce en baja autoestima.


Las ideas claras, los criterios claros sobre los aspectos fundamentales de la vida, los sentimientos positivos y los valores sólidos, proporcionan una sensación de poder, de capacidad y de certeza que se traduce en alta autoestima; mientras que, la falta de criterios claros, de sentimientos positivos y de valores sólidos, genera temor, duda e inseguridad, lo cual reduce la autoestima. La autoestima es como la salud mental, surge del buen funcionamiento general de la persona. Es necesario cuidarla y alimentarla todos los días.


Bienestar, autoestima y felicidad son tres palabras que van de la mano. Suponen el buen funcionamiento de la persona y éxitos suficientes en las áreas fundamentales de la vida.


Muchas personas basan su autoestima en éxitos económicos, laborales o profesionales, lo cual es bueno, pero lo hacen a costa de sacrificar la vida familiar, la relación con hijos, los amigos y el esparcimiento necesario, lo cual es un error; pues, cuando pasan los años y estos éxitos se esfuman, como pasa con todo lo material, no les queda nada, pues, lo que no se cultiva se pierde.
Por lo cual, es importante basar la autoestima en valores internos, propios del ser humano, como son la honestidad, la bondad, el esfuerzo, la buena voluntad y en consolidar buenas relaciones con la familia, los amigos y con la gente en general, entonces encontrarás muchas razones para sentirte digno, valioso y pleno por dentro.


Es importante triunfar a nivel profesional, pero es más importante vivir con autoestima y plenitud interna. Valora tu profesión en todo lo que vale y siéntete orgulloso por lo que haces, pero la vida es algo más que trabajo profesional, es ser feliz y hacer felices a los demás, comenzando por tus seres queridos. De lo contrario, en el correr de los años, la vida te demostrará que estabas equivocado, pero entonces, de nada te servirá.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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