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Editorial 339

 


No pierdas tiempo en corregir tus defectos


No pierdas tiempo en corregir tus defectos porque no terminarás nunca.


La mejor forma de alejarse del peligro es correr en dirección contraria.


La mejor forma de corregir los defectos es adquirir las cualidades opuestas.


Cada planta produce frutos de acuerdo a la clase de planta que es. La calidad de la semilla determina la calidad de la planta y del producto.


Existen laboratorios dedicados a mejorar la calidad de las semillas con el fin de incrementar la producción y los resultados son excelentes.

De forma similar, cada persona produce acciones de acuerdo a la clase de persona que es. Tanto las cualidades como los defectos no son aspectos aislados o circunstanciales de la persona que se adquieren o se eliminan de un día para otro. Toda conducta, toda actitud, toda palabra, son expresión de la estructura profunda de la persona, de lo que es realmente en su fuero interno. Así como una gota de sangre revela el código genético de la persona, así una palabra o una actitud pueden revelar la calidad intelectual o moral de una persona. Dice un refrán que "Basta un botón por muestra"


En fondo, todos somos libertinos, inmorales, envidiosos, hipócritas, rencorosos, temerosos, en mayor o menor grado, y, para ocultar esta realidad a los ojos de una sociedad, pronta para criticar, juzgar y condenar, nos vemos obligados a crear una máscara. Y, de tanto utilizar la máscara, terminamos por perder la conciencia de nuestra verdadera personalidad.


Si bien los seres humanos somos libertinos e inmorales, también somos buenos, comprensivos, compasivos, solidarios, éticos y espirituales. Deberíamos centrarnos en estos aspectos positivos con los cuales podemos construir un futuro exitoso y olvidarnos de los aspectos negativos que son causa de fracaso.


La psicología nos dice que, cuanto más importancia damos a algo, más lo fortalecemos. Cuanto más repetimos una idea, un sentimiento o una acción, más fortaleza adquieren y con el tiempo se convierten en hábitos que funcionan de forma automática. Así, el miedo escénico no surge de forma espontánea. Es un hábito adquirido a lo largo de los años. Cada vez que una persona piensa que es difícil hablar en público, que es terrible equivocarse, activa sentimientos de temor que pueden crecer hasta convertirse en terror y en pánico.


La angustia y el temor producen un efecto devastador en la mente de las personas, convirtiéndolas en cobardes e inútiles. Como ésta es una realidad de todos los días nos acostumbramos a aceptarla como algo normal.


En realidad nuestra vida depende de hábitos físicos, intelectuales, afectivos, sociales, morales y espirituales que hemos desarrollado a lo largo de la vida


Nuestros defectos son hábitos, son parte estructural de nosotros, con los cuales hemos convivido durante toda nuestra vida, casi sin darnos cuenta, pero llega un momento en el cual, los defectos se convierten en obstáculos que pueden dar al traste con nuestros proyectos e ilusiones. Es en este momento, cuando las personas toman conciencia de la necesidad de rectificar.


El origen de nuestros defectos está muy lejos. Se ubica en la prehistoria. A lo largo de los siglos los padres han educado a sus hijos lo mejor que han podido, es decir, mal. La sociedad es represiva. Estudios realizados en EE.UU. indican que de cada 10 mensajes que reciben las personas desde el día de su nacimiento, 9 mensajes son represivos de alguna forma. De este modo, los padres programan a sus hijos para ser los represores de las futuras generaciones. Así la sociedad adulta siempre conserva el control. En pocas palabras, los adultos les dicen a los jóvenes ¿Por qué vas a tener la libertad que yo no pude tener? Esta conducta es básicamente inconsciente y tiene como objetivo dominar para prtegerse de los propios temores.


Si nuestros padres nos hubieran educado de forma menos represiva y más proactiva, tendríamos pocos defectos y muchas cualidades, pero no podemos reclamarles lo que nadie les dio, sólo nos queda agradecerles el amor y los valores que nos transmitieron. Gracias a ellos, nos encontramos en este tema, lo cual dice mucho positivo de nosotros.


Cómo eliminar los defectos.

Las cualidades y los defectos forman parte de nuestra estructura mental, y, al igual que las estructuras de los edificios no se pueden cambiar.


Los defectos son algo así como la metástasis del cáncer que se extiende e invade todas las células del organismo. Los defectos no son aspectos aislados que se pueden extirpar, son parte de la dinámica total de la persona, por lo cual, no se pueden eliminar nunca; sin embargo podemos controlarlos, pero permanecerán latentes y surgirán apenas bajemos la guardia.

Ahora bien, como ya hemos indicado, la psicología nos dice que, cuanto más importancia damos a algo, más lo fortalecemos. Cuanto más repetimos una idea, un sentimiento o una acción, más los fortalecemos y con el tiempo se convierten en hábitos que funcionan de forma automática; por tanto, el modo más práctico de controlar los defectos consiste en no darles importancia, en no alimentarlos mentalmente, de esta forma se irán debilitando.

Si alguien para corregir un temor dice:"No tengo miedo", lejos de disminuirlo lo aumenta, porque su cerebro no presta atención a la palabra "no" sino a "temor" que es la palabra que verdaderamente tiene significado. De modo que, olvida tus defectos, mira en la dirección opuesta y avanza.


Ahora se trata de desarrollar las cualidades opuestas a los defectos. Este proceso es lento al principio, porque se trata de reorganizar la mente, de formar nuevas estructuras mentales, pero resulta muy gratificante, debido a que la persona comienza a sentir que se está alejando del peligro y del fracaso y que está avanzando hacia la libertad. Esta experiencia cambia la perspectiva de la vida, y, donde antes veía problemas, ahora ve oportunidades.


Finalmente, una reflexión para padres y educadores y en general para todos. Podemos lograr dinero, poder y fama a través de cualquier medio, pero lo más valioso de la vida como son: La dignidad, la amista, la paz, la alegría de vivir, la libertad y la felicidad, sólo podemos lograrlos funcionando en positivo.


Trabaja en ser buena persona y en ser feliz y los defectos se irán esfumando como por arte de magia.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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