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Editorial 336

 


Tú no decides, tu cerebro decide por ti

 

Las personas creen que deciden de acuerdo a su voluntad pero no es así, si así fuera, decidiríamos siempre por la verdad, por el bien y por el éxito, y jamás por la mentira, ni por la corrupción, ni por el fracaso, puesto que todos sabemos las consecuencias negativas que acarrean.

Muchas personas miente, se corrompen y hacen el mal, porque su estructura mental les impulsa a ello. Cuando una persona ha sido bien educada, posee criterios, valores y hábitos mentales positivos que se han consolidado a lo largo de la vida. Su mente está programada para hacer el bien, y, en consecuencia, su tendencia natural es hacer el bien. Sin embargo, nadie es perfecto y a pesar de la buena educación puede incurrir, de forma accidental, en el mal.


Pero, cuando una persona es "educada" sin principios, sin criterios, sin respeto a los derecho de los demás, sin responsabilidad y sin disciplina, no tiene estructura mental capaz de controlar los instintos y las pasiones. Estas personas creen que hacen lo que quieren, como quieren y cuando les place, pero, en realidad no es así. Lo único que hacen es seguir sus impulsos internos. Ahora bien, como viven en una sociedad que exige ciertas reglas, se ven obligados a controlar algunos aspectos para no ser marginadas, pero como dice el refrán: "La cabra tira al monte"


La mayoría de las personas están mal programadas, por esta razón la sociedad tiene tantos problemas. Los problemas sociales son la expresión de los problemas internos de las personas. Si predominan las personas inteligentes, capaces y civilizadas, la sociedad funcionará de forma inteligente, será productiva y civilizada, pero, si predominan las personas problemáticas y mediocres, la sociedad será problemática y mediocre.


Todo cambio se inicia en la mente. Para cambiar la sociedad, antes hay que cambiar a las personas. Las leyes sirven de poco si no van acompañadas de un plan orientado a cambiar la actitud mental de las personas. Todas las leyes del mundo no sirven para controlar a una sola persona. La pueden reprimir y encarcelar, pero jamás controlar su mente. De aquí la importancia de orientar los esfuerzos al cambio de actitud mental, porque más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro.


Las personas creen que toman decisiones por voluntad propia pero estudios recientes indican otra cosa. Parece que es el cerebro el que toma las decisiones de acuerdo a la información que maneja y un segundo después la persona toma conciencia de la decisión tomada por el cerebro. Lo importante es que el cerebro actúa de acuerdo a los contenidos mentales (intelectuales, afectivos morales y espirituales) que rigen la vida de la persona. Por tanto, si quieres mejorar la calidad de tu vida, no lo vas a lograr sólo con planificaciones, necesitas ir directo a la estructura de tu personalidad y revisar principios, creencias y comportamientos laborales, sociales, morales y espirituales.


Cuando, a pesar de los esfuerzos, no logramos los éxitos esperados, sin duda, existe algún error en la forma de pensar o en la acción, por lo que es necesario pensar y rectificar, pues no tiene sentido seguir en la misma dirección.


Aunque el cerebro es quien decide, no significa que la persona carezca de libre albedrío, pues el cerebro se limita a actuar de acuerdo a las programaciones internas desarrolladas por la persona; de modo que, cada quien decide de acuerdo a la clase de persona que es. Hay muchas cosas que las personas no desearían hacer porque tienen conciencia de que no son convenientes, pero a nivel subcosnciente sí desean hacerlas porque esa es su dinámica profunda.


El que miente es porque tiene una estructura mental mentirosa. El que es corrupto lo es porque tiene una estructura mental básicamente corrupta y el que es honesto lo es porque tiene una estructura mental honesta. En definitiva, nuestras conductas importantes no son circunstanciales, son la expresión de lo que somos a nivel profundo.


Ahora bien, lo dicho no es absoluto ni para siempre. El malo puede convertirse y el bueno puede caer en la tentación.


Somos parte de una sociedad, que nos obliga a decidir constantemente, pero las decisiones verdaderamente importantes son las relacionadas con el propio desarrollo. Estas decisiones íntimas y personales son las que deciden nuestra vida; por tanto, son estas decisiones a las que debemos prestar mayor atención.


Nadie puede decidir con libertad, si está condicionado internamente por la ignorancia, por el temor o por las pasiones. Este condicionamiento interno conduce al sometimiento externo. Si eres libre en tu mente y en tu corazón, nadie podrá someterte


La mayoría de las personas están atrapadas en costumbres, hábitos, creencias, prejuicios, temores, deberes y culpas, que tienen que ver muy poco con la realidad.


La conciencia, la dignidad, la libertad y la decisión, son personales, indeclinables e intransferibles.

 

Conclusiones

• La vida es una serie ininterrumpida de decisiones. Hoy somos el producto de las decisiones tomadas hasta ayer y mañana seremos el resultado de las decisiones que tomemos a partir de este momento.


• Cada persona es lo que decide ser, pero nadie puede ser aquello para lo que no está preparada.


• Cada uno es libre y responsable de su destino, sin importar las circunstancias en las que le toca vivir.


• La mayoría de los problemas personales y sociales se deben a decisiones no tomadas más que a errores cometidos.


• Cada decisión es una respuesta de toda la persona. Es el yo total quien ve, siente, piensa, vive y actúa. Por tanto, cada persona toma decisiones de acuerdo a la clase de persona que es. De aquí la importancia de trabajar en ser más auténtico, honesto, disciplinado y perseverante.


• La palabra, las ideas y los proyectos, tienen el valor y el poder de la persona que los produce; por tanto, no te preocupes por las decisiones que debes tomar; trabaja en superarte como persona, aclara tu mente, adquiere convicciones profundas y metas definidas y atractivas, porque cuando funciones a nivel superior tendrás la libertad, la inteligencia y la voluntad para convertir tus sueños en realidad.


• Las decisiones más difíciles son las que se relacionan con el propio desarrollo, debido a que suponen cambios profundos, a los cuales se resiste la naturaleza.


• No le exijas algo a las personas si antes no les has enseñado a estar a las alturas de las circunstancias, porque no se trata de querer, se trata de poder. Eso de que, "el que quiere todo lo puede es bastante relativo"


• No pierdas tiempo en cambiar la cosas, cambia tú y las cosas cambiarán fácilmente.


• No pierdas tiempo en cambiar a los demás, sé un ejemplo de educación, de éxito y de felicidad y los demás seguirán tus paso.


Historia
Cuanta una historia que Confucio, angustiado por la corrupción en que vivía la gente en China, decidió dedicarse a moralizarla. Recorrió los pueblos enseñando el valor de la amistad, de la honradez y de la virtud, pero pronto se dio cuenta de que la gente no le entendía. Entonces, regresó a su pueblo y trató de convencer a su familiares y amigos, pero tampoco le hicieron caso. Decepcionado, decidió dedicarse a su propia superación. Es por aquí por donde debió haber comenzado.


Confucio murió pero no sus principios, los cuales han guiado durante dos mil quinientos años la vida social, moral y espiritual del pueblo chino.
Ponte a valer en todos los aspectos y te sorprenderás del poder interno que desarrollas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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