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Editorial 323

 


"Camarón que se duerme se lo lleva la corriente" Refrán

 

Los refranes expresan la sabiduría milenaria de los pueblos. En pocas palabras dicen, de forma clara y categórica, todo lo que hay que decir sobre un asunto.


Este refrán sirve de base para analizar la realidad que nos toca vivir.


Las leyes que rigen la naturaleza no cambian nunca. La luz viaja a la misma velocidad. Los días duran 24 horas. El agua se evapora de la misma forma. Las aves hacen su nido como siempre lo han hecho. Los cambios significativos en la naturaleza suponen millones de años, pero los seres humos vivimos con el pie en el acelerador, tratando de ganarle al destino.

En épocas pasadas, el tiempo se medía por días y por lunas, pero luego los egipcios dividieron el día en horas y fue en el siglo XIII cuando apareció el minuto como división de la hora, pero no se utilizó como medida de tiempo hasta el siglo XVI momento en el que aparecieron los relojes capaces de medirlo. Pero, asómbrate, hoy existen:
El decisegundo, décima de un segundo.
El centisegundo, centésima de un segundo.
El milisegundo, milésima de un segundo.
El microsegundo, millonésima parte de un segundo.
El nanosegundo, mil millonésima parte de un segundo.
El picosegundo, billonésima parte de un segundo.
El femtosegundo, mil billonésima parte de un segundo.
El attosegundo, trillonésima parte de un segundo.

Los seres humanos, deslumbrados por los avances de la ciencia, hemos entrado en una aceleración tal, que estamos perdiendo la conciencia del tiempo y de la realidad.


Antes el objeto de la vida era trabajar para vivir. La gente tenía menos necesidades, se hacía menos problemas, era más conforme, más unida, más tranquila, y tal vez, más feliz.


Hoy, la gente vive para trabajar, para gastar y para satisfacer mil necesidades creadas.


La competencia, la prisa y el estrés se han instalado definitivamente en la vida de las personas. No queda tiempo para pensar, para amar, para disfrutar, para compartir, para soñar. En realidad, la gente no está en nada. Lo suyo es ir y venir de aquí para allá, tratando de resolver mil cosas que no obedecen a un plan de vida personal.


Y por los vientos que soplan, parece que esta situación va in crescendo en el mundo entero.

¿Qué hacer?


"Camarón que se duerme se lo lleva la corriente". Por tanto, lo peor que podemos hacer es vivir despistados, ajenos a lo que ocurre en la sociedad.


La dinámica de la sociedad es irreversible. Los avances de la ciencia, la globalización y la evolución, avanzan con paso de gigante, llevándose por delante todo lo que no funciona. Estamos creando un mundo extraño que nos desborda y en el cual no sabemos cómo vivir.


La mayoría de los problemas que afligen a la sociedad, no se deben en sí a la dinámica de la ciencia, de la globalización o de la evolución, sino a la incapacidad de las personas para adaptarse a la realidad de los cambios sin perder el control de su vida.


El problema está en la ignorancia, en la mediocridad, en la pereza y en la irresponsabilidad de las personas; en la falta de previsión y de planificación; en su actitud pasiva, pues, en vez de capacitarse de forma inteligente y luchar por superarse, se conforman con sobrevivir.


La ley de la vida es drástica para todos: "Adaptarse o morir" Las personas que no sean diligentes y no se pongan al día, acabarán superadas por los acontecimientos y arrastradas por la corriente como el camarón. La culpa no es de la corriente. La culpa no es del progreso ni de la globalización, sino de la ineptitud de las personas.


La humanidad ha evolucionado mucho y existen ideas y métodos para lograr que las personas se capaciten y se adapten al ritmo de la vida, pero el peso muerto de la humanidad es tal, que no hay que hacerse ilusiones en relación con los cambios sociales. La experiencia enseña que la sociedad será siempre mediocre y vivirá en crisis permanentes, de modo que, abre los ojos, capacítate, toma el control de tu vida y mantente despierto, porque "camarón que se duerme se lo lleva la corriente"


Hoy, ya no es suficiente con tener títulos, es cecesario desarrollar habilidades, fluidez mental, autoestima, criterios claros, personalidad, eficacia en la acción, ser creativo y emprendedor; lo cual no significa entrar con fuerza en la competencia y dinámica de la sociedad y sacrificar la vida por la preparación y el trabajo. Se trata de tener un proyecto propio que te permita vivir a tu propio ritmo. No importa cómo funcione la sociedad, importa cómo funcionas tú.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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