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Editorial 314

 


Quién controla la sociedad

 

Sabemos que el cosmos está regido por leyes físicas (gravitacionales, electromagnéticas, etc.)


Sabemos que las plantas están regidas por leyes biológicas, los animales por el instinto y los seres humanos por la inteligencia.

El cosmos, las plantas y los animales siguen con fidelidad pautas establecidas por la naturaleza. El problema surge cuando se trata de los seres humanos.


No podemos olvidar que las raíces profundas del ser humano son de origen animal. El hombre es un animal que ha evolucionado a través de un proceso que ha durado millones de años. Los seres humanos m odernos somos primates, así como los gorilas, los lemures y los chimpancés, sólo que en algún punto de la evolución, el desarrollo humano siguió por un camino distinto y hemos evolucionado hasta el día de hoy.


En el fondo de la mente humana existe una parte oscura, animal, instintiva y pasional. En la mente de cada ser humano vive agazapado un lobo feroz, listo para atacar en cualquier momento si nos descuidamos.


Todos llevamos dentro de nosotros un delincuente potencial o un criminal controlado. Es importante no olvidar que nuestras raíces profundas son de origen animal, que tendemos al libertinaje y a la corrupción y que podemos ser corruptos y violentos.


Quién controla la sociedad


En realidad los seres humanos somos simples actores en el teatro de la vida. Nos limitamos a representar el papel que elegimos, o si prefieres, el papel que nos asigna el destino. El guión ya está escrito y forma parte del proceso evolutivo de la especie humana. A cada persona y a cada país les ocurre lo que tiene que ocurrirle de acuerdo a su nivel de evolución.

Los seres humanos acostumbramos a juzgar las cosas por las causas inmediatas y por los efectos inmediatos; ignoramos que somos el resultado de un proceso largo que hunde sus raíces en la prehistoria y que todo lo que nos ocurre de forma individual y como sociedad es el resultado de una historia profunda que viene de lejos.


Hoy estamos pagando las consecuencias de las guerras que se libraron hace miles de años y lo que hacemos hoy, bueno o malo, repercutirá en la vida de las generaciones futuras durante miles de años.


Los daños materiales se subsanan, pero los daños morales, la corrupción y los odios que generan, permanecen latentes y se transmiten de forma subconsciente de generación en generación. Los seres humanos seguimos haciendo bien o mal después de muertos.


Muchos piensan que con el tiempo se olvidan las cosas. Esto es cierto a nivel consciente, pero no a nivel subconsciente. El subconsciente no olvida jamás y de alguna forma lo transmite de generación en generación. Esto explica en parte, por qué la humanidad evoluciona de forma lenta y por qué seguimos cometiendo los mismos errores que se han cometido en el pasado.

Todos pensamos que existen poderes políticos y económicos que controlan la sociedad para sus propios intereses. Esto es cierto sólo en parte.


En realidad, nadie tiene capacidad ni poder por sí solo para controlar a la sociedad. Hitler no habría podido hacer nada si no hubiera contado con el apoyo de la sociedad. Los dictadores sólo prosperan cuando están dadas las condiciones de ignorancia y de sometimiento en la sociedad.

La sociedad es una sola y la controlamos o descontrolamos entre todos; sin embargo existen algunas personas y grupos que por circunstancias especiales toman el control y deciden por los demás. Estas personas son la expresión de la sociedad.


Los gobernantes, los políticos, los jueces, los banqueros y los delincuentes no son extraterrestres, son producto de la sociedad. Han crecido y han sido educados en una familia;


de modo que, cada sociedad produce sus gobernantes, sus políticos, sus banqueros, sus jueces y sus delincuentes. En realidad, somos todos quienes entregamos el poder y quienes ponemos las armas en manos de los criminales; así como también son méritos de toda la humanidad los descubrimientos y logros alcanzados, pues, quienes los logran lo hacen en representación de la sociedad, sin la cual (padres, maestros...) nunca habrían logrado nada.

Conclusiones


No existe ninguna mano negra que tenga control sobre la sociedad, pero existen muchas personas ignorantes, mediocres, egoístas e irresponsables, las cuales, con su proceder crean las condiciones para que personas indeseables hagan y deshagan a su antojo.


Los países del norte de Europa progresan y tienen buena calidad de vida porque su gente es honesta, trabajadora y responsable.

La sociedad es como el cuerpo humano, cuando todas las células cumplen con su función, el cuerpo funciona bien y hay salud. De forma similar, cuando cada persona cumple con su función, la sociedad funciona bien, hay progreso, paz y felicidad. De aquí la importancia de que las personas buenas y capaces comprendan que deben trabajar unidas para erradicar la ignorancia, la pobreza y la injusticia y para promocionar los valores, porque al final los problemas nos afectan a todos.


Ser buen ciudadano no significa sólo cumplir la ley, significa también exigir que todos cumplan la ley. "El mundo no está amenazado por las malas personas, sino, por aquellos que permiten la maldad" Einstein.

Las personas buenas y honestas aportan energías positivas a toda la sociedad; así como las personas corruptas nos afectan a todos, no importa a quién hagan el daño directamente ni en qué parte del mundo lo hagan.


Cuando roban a alguien, roban algo a cada uno de nosotros y cuando matan a alguien, matan algo en cada uno de nosotros. La razón está en que los pensamientos y las acciones de los seres humanos expresan energía positiva o negativa que se transforma en vibraciones, las cuales se expanden por todo el mundo influyendo para bien o para mal en la vida de las personas.


Muchas personas honestas se sienten impotentes ante la corrupción y la violencia que amenaza destruir la sociedad. Es importante entender que las crisis son parte de la vida y que la incertidumbre es compañera inseparable de camino; pero, siempre existe la posibilidad de triunfar, de ser feliz y de ayudar a los demás.


Deja que la historia y la sociedad sigan a su camino. Lo tuyo es aprender a controlar tu vida y capacitarte para ser libre y sustraerte de la dinámica de la sociedad. Tú no puedes cambiar la sociedad pero puedes ser parte de la solución. Si no eres parte de la solución, entonces, eres parte del problema.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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