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Editorial 313

 


¿Eres miel o eres vinagre?

 

"Más moscas se atrapan con una gota de miel que con un barril de vinagre"


Todos los seres vivos responden a estímulos. Todo estímulo genera una reacción, o lo que es lo mismo, todo estímulo produce un efecto. Estímulos positivos producen efectos positivos y estímulos negativos producen efectos negativos.


De aquí la importancia de conocer la mente humana. Cómo es el ser humano, cómo piensa, qué siente. Cuáles son sus necesidades profundas, sus intereses, sus sentimientos, sus temores. Cuáles son sus ideas, sus creencias y sus valores. En definitiva, se trata de conocer la estructura mental de las personas para saber a qué atenerse.


De esta forma podemos utilizar los estímulos adecuados en cada caso para relacionarnos de forma asertiva y lograr nuestros objetivos.


El filósofo Sócrates, pasó mucho tiempo tratando de encontrar el principio de la sabiduría, y, en vista de que no hallaba la solución, viajó a la ciudad de Delfos para consultar al oráculo del dios Apolo.


En el tempo de Apolo vivía una anciana pitonisa que era sabia y tenía el poder de adivinar y dar respuestas acertadas a las preguntas que le hacían las personas.


Sócrates le preguntó: "Cuál es el principio de la sabiduría" y la pitonisa le respondió: "Conócete a ti mismo"

Conocerse a sí mismo es una de las empresas más difíciles. "Si logras juzgarte a ti mismo eres un verdadero sabio" A. de Saint Esupery


Los seres humanos viajamos en el vehículo Tierra a una velocidad de 30 kilómetros por segundo (dos millones quinientos mil kms. cada día) pero no nos enteramos porque formamos parte de la tierra.

Para medir, evaluar o juzgar algo, necesitamos puntos externos de referencia. Así, la velocidad de un desplazamiento la medimos en relación con un objeto fijo. El tiempo lo medimos con el reloj o en relación con las cosas que ocurren.


Los seres humanos podemos juzgar a los demás pero resulta imposible juzgarse a si mismo. Tenemos una opinión de las personas que conocemos pero cuando se trata de hablar de nosotros mismos no sabemos qué decir y nos ponemos a hablar de cosas que hacemos pero no de cómo somos.


Por esta razón hay un refrán que dice. "Si no tienes un amigo que te diga tus defectos, paga a un enemigo para que te haga el favor"


Muchas personas fracasan en la vida debido a que tienen un carácter avinagrado. Son seres negativos, envidiosos, inoportunos y criticones, pero no se dan cuenta porque su conducta forma parte de su modo de ser.

Si alguien les da un consejo con el fin de ayudarles, se molestan y se sienten ofendidos.

Esta es una de las razones por la cual los seres humanos no pueden cambiar sustancialmente.


Para cambiar, deberíamos poder vernos desde afuera. Sería muy útil que alguien nos filmara en distintas situaciones sin que tuviéramos conocimiento del hecho. Al ver la grabación nos daríamos cuenta de muchas cosas ilógicas y absurdas que hacemos sin darnos cuenta.

Existen muchas personas buenas, honestas y simpáticas que viven con la alegría en el rostro, con la sonrisa en los labios y con palabras de aliento. Son ángeles humanos que iluminan la vida por donde quiera que van. La gente aprecia y respeta a estas personas que cumplen con una misión muy importante en la vida.


A estas personas les va bien en la vida porque producen energía positiva que irradian generosamente y a su vez reciben energía positiva. El ser humano es como un imán magnetizado que tiene el poder de atraer hacia sí las vibraciones de acuerdo al nivel en el cual vibra.


Existen también personas negativas, amargadas, frustradas, envidiosas y rencorosas que llevan a todas partes problemas y discordia. Sus vibraciones negativas contaminan todo a su paso. Es importante detectar esta clase de personas para evitarlas


La vida es como un espejo, nos devuelve nuestra propia imagen. A cada quién le va de acuerdo a las ideas y sentimientos que cultiva, de acuerdo a las actitudes y decisiones que toma y de acuerdo a la forma en que se respeta a sí mismo y trata a los demás. Si eres bueno y dulce como la miel todo lo bueno vendrá a ti, pero, si eres agrio, amargo, mal educado, egoísta, te irá mal, pues, además de ser tu propio enemigo, todas las personas valiosas se alejarán de ti.


La prisa, la competencia y el estrés pueden ir avinagrando nuestro carácter de forma progresiva, sin que nos demos cuenta. Es importante conservar como mínimo la educación, el respeto y el buen trato.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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