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Editorial 305

 


La parte oscura de la mente

 

No podemos olvidar que las raíces profundas del ser humano son de origen animal. El hombre es un animal que ha evolucionado a través de un proceso que ha durado millones de años.


Hace 15 millones de años en la familia de los homínidos comenzó la evolución hasta el hombre actual.

 

Antecesores del hombre


El Australopithecus.
Apareció hace 4 millones de años


El Homo habilis.
Apareció hace 2 millones de años, cazaba intencionalmente y fabricaba utensilios. Se cree que podría haber hablado utilizando un lenguaje humano rudimentario.


El Homo erectus.
Apareció hace 1.5 millones de años. Descubrió el uso del fuego y fabricó la primera hacha.


Homo sapiens.
Apareció hace 200 mil años. Sus características físicas son las mismas que las del hombre actual.
El homo sapiens protagonizó, a partir del año 10.000 a.C. cambios muy importantes en la organización económica y social, inició las primeras formas de agricultura y domesticación de animales y la vida en pequeñas ciudades.


Los seres humanos modernos somos primates, así como los gorilas, los lemures y los chimpancés, sólo que en algún punto de la evolución, el desarrollo humano continuó por un camino distinto y hemos evolucionado hasta el día de hoy.


Las claves de la evolución son el desarrollo del lenguaje, de la inteligencia y de la conciencia, los cuales constituyen la esencia de la cultura.


La experiencia y la necesidad de convivir en paz, dio origen a la creación de leyes, de principios, de normas y de valores que sirven para evitar la anarquía y la guerra.


Cuando nace un niño tiene un cerebro evolucionado, que si es bien entrenado puede convertirse en genio, pero, si no es educado, se imponen las fuerzas instintivas y el niño queda reducido a un simple animal. Así lo demuestran los casos de los llamados niños lobos. Se trata de niños que se perdieron en el bosque cuando eran muy pequeños y cuando fueron hallados, después de varios años, su comportamiento era totalmente animal y jamás pudieron ser reeducados.


Hoy, los seres humanos tenemos una mente evolucionada (formada por buenas ideas, valores y sentimientos positivos que nos ayudan a controlar los instintos y a comportarnos de forma civilizada, pero en el fondo de la mente humana existe una parte oscura, animal, instintiva y pasional, la cual está reprimida y controlada por principios religiosos, morales y sociales aprendidos a través de la educación.


La tendencia de todo ser humano es el libertinaje. Los instintos animales siguen latentes, buscando la forma de expresarse, lo que obliga al ser humano a invertir casi el 70% de su energía mental en controlar los impulsos instintivos y los temores procedentes de la parte oscura de la mente, es decir, del subconsciente.


En la mente de cada ser humano vive agazapado un lobo feroz, listo para atacar; el cual puede surgir en cualquier momento si nos descuidamos.


A veces nos horrorizamos por comportamientos humanos aberrantes; pero nadie puede decir: "De esta agua no beberé". Si nos descuidamos, todos podemos llegar a actuar como animales salvajes, y, aún peor, pues, ningún animal masacra, pero el ser humano puede llegar a límites de perversión absoluta.

En la medida en que las personas están bien educadas, tienen más control sobre sus instintos salvajes; mientras que las personas carecen de principios y valores, son desbordas por los instintos.


La parte oscura de la mente está habitada por instintos, temores, pasiones, odios, resentimientos, frustraciones, fanatismos. Son fuerzas violentas que carecen de toda moral, de modo que, cuando se desatan arrasan sin piedad con todo lo que encuentran a su paso. Esto explica las conductas aberrantes, los crímenes pasionales, las guerras de exterminio, los genocidios, etc.


Todos llevamos dentro de nosotros un potencial delincuente o un criminal controlado.

Cuando se debilitan los principios y valores surge la parte oscura de la mente y se impone el imperio de los instintos, de la fuerza, de la brutalidad, de la corrupción y del crimen.


La experiencia y la historia nos enseñan que las personas y las sociedades se desarrollan mientras son impulsadas por principios, valores e ideales y decaen cuando se debilitan sus principios morales. De aquí la importancia de una educación que promocione los valores.


Los principios y valores son la luz que ilumina el camino a seguir pero son las emociones la fuerza que mueve el mundo.


De aquí la importancia de aprender a controlar los sentimientos y emociones.


Las dictaduras, las guerras y la corrupción, son una consecuencia directa del debilitamiento de los valores a nivel personal y social.


Las leyes y los valores son la muralla que separa la barbarie de la civilización.


Cuando cede esta muralla se impone la ley de la selva.


Los valores hacen que cada persona se controle a sí misma y que sea posible la convivencia social. Una sociedad sin valores resulta incontrolable.

La humanidad ha vivido siempre en crisis, pero sigue su proceso evolutivo de forma irreversible, lo que hace que avancemos hacia una forma de vida más civilizada.

Las crisis surgen cuando cuando se debilitan los principios y valores. La línea que separa la barbarie de la civilización es muy débil y se puede romper en cualquier momento generando el caos.


En tiempo de crisis es fundamental activar la mente positiva de todas las personas para contrarrestar las fuerzas salvajes provenientes de la mente oscura.

Es fundamental que los padres se capaciten para educar bien a sus hijos. Educar no es reprimir. Educar es estimular, enseñar valores, crear conciencia, autoestima, disciplina, responsabilidad, libertad y espíritu de superación.

En la actualidad, existe una pérdida de valores debido a fallas en el proceso educativo. El desarrollo de la inteligencia y de la conciencia es la mejor defensa contra las fuerzas procedentes de la mente oscura.


Es importante no olvidar que nuestras raíces profundas son de origen animal, que tendemos al libertinaje y a la corrupción y podemos llegar a ser fanáticos y violentos, por lo cual, necesitamos ejercer un control constante sobre nuestra mente. También es importante permanecer alerta a nivel social para impedir que surjan ciertas ideologías o fanatismos, cuyos efectos todos conocemos.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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